DARK SOUL

By The_LittleBlonde

6.3M 461K 103K

"Si no estas dispuesta a amar sus demonios, simplemente no intentes sacarlo del infierno." -No tienes que est... More

DARK SOUL
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 16
CAPITULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPITULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 22
CAPITULO 23
Capítulo 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULOS 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
Capítulo 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51 -FINAL-
EPÍLOGO
Secuela
SEGUNDO LIBRO- CONTRITUM

CAPÍTULO 15

118K 8.7K 1.3K
By The_LittleBlonde

El ambiente era bastante tenso e incómodo. Minutos antes él había intentado ahogarme y ahora estábamos los dos sentados en el césped tomando café como los mejores amigos de toda la vida que nunca fuimos.

Estaba muy pensativo y callado, aproximadamente hace quince minutos que no hablamos y eso que me costaba una eternidad quedarme callada. Miré mi reloj y ya era la hora del almuerzo. No es que sea una adicta a la comida, solo que ya era la hora de comer y pues tengo que comer ¿no?.

Él me había hecho mil preguntas acerca de lo que pasó en mi supuesto secuestro. Pero todas mis respuestas fueron "no lo sé". Y no estaba mintiendo para hacerle enojar sino que simplemente yo no lo sabía, todo ocurrió muy rápido y de un momento a otro aparecí en mi cama con todos esos moretones. No entendía que estaba ocurriendo, pero al parecer Iam si lo sabía. Cuando se lo conté su mirada se volvió más oscura de lo normal.

Le hice mil preguntas acerca de lo ocurrido. Le pregunte si él tenía algo que ver o si él sabía algo más pero me lo negó todo. Terminé resignándome ya que él no iba a colaborar con ninguna información.

-Vamos. –Me ordenó con aquella voz neutral que yo tan bien conocía.

Me quedé mirándolo mientras se levantaba, cada músculo se tensaba al moverse, su presencia era imponente, me quería arrancar los ojos para así poder dejar de mirarlo.

Cuando estaba a unos centímetros del auto se giró y me observó como si fuera una cosa extraña, no dijo nada y se metió al auto.

Definitivamente no lo entendía.

Él me hizo una seña con su mano para que me acercara. Suspiré mientras me levantaba de mi confortable lugar. Caminé hacia el auto con pasos perezosos. Sabía que cuando me metiera al auto me volvería a atacar con sus preguntas y la verdad es que no estaba de humor para preguntas cuyas respuestas no sabía.

-Entra al auto, no tenemos todo el día princesa. –Lo dijo con sarcasmo pero no pude evitar emocionarme como una niña, lo sé, soy bastante estúpida por emocionarme por cosas así de radículas, y menos en la situación en que nos encontrábamos. 

Ok, el chico de los abdominales perfectos te dijo princesa.

Sin darle más vueltas al asunto entré al auto y me coloqué el cinturón de seguridad. El leve ruido del auto encenderse se hizo presente. Aceleró con fuerza y sentí como una fuerza sobrenatural me hizo tirarme hacia el parabrisas, por suerte y gracias a Dios tenía el cinturón puesto así que no me rompí la nariz por el vidrio.

¿Cuál es su obsesión con la velocidad? Idiota.

-Me quedó claro que tu vida te importa un carajo pero a mí mi vida si me importa, por eso te pregunto amablemente ¿¡QUÉ MIERDA ES TU PROBLEMA!?

Lo sé, soy tan educada.

-No voy a chocar.

-¿Ah no? Y qué te asegura de que un imbécil igual a ti no aparezca en la misma dirección que ambos y CABUM chau Jay, chau Iam nos vemos en el cielo, fue un placer conocerte. –Tan sarcástica como siempre, me amo.

-Eso no va a pasar. –se encogió de hombros restándole importancia. De cierta manera, se veía bastante confiado y de hecho transmitía esa confianza, era como un aura que te decía "Sí, soy peligroso pero puedes confiar en mí" 

Posiblemente  me hubiera derretido ante esas palabras, pero en otra situación en la cual yo estuviera viendo una película acurrucada en el sofá, en donde el protagonista sensual era Iam y la protagonista era yo. Pero no, no era una película, era real y yo podía morir. Así que no, no me parecieron palabas irresistibles, más bien me daban ganas de patearle el trasero por ser tan idiota.

-Como digas. Pero si me muero por tu culpa, mi alma no descansará en paz hasta hacerte miserable. –lo fulminé con la mirada y él simplemente me ignoró.

Ya me estaba cansando ésta situación. Yo actuaba como una loca desesperada y él solo me rociaba con su indiferencia. Ni una sonrisa amigable, ni una mirada divertida, ni una broma. ¡Nada! Esto ya empezaba a ser estresante, tal vez debía darme la vuelta y dejar de molestarlo y ya. Y no era como si estuviera desesperada por encaminar una amistad con él, si no que simplemente esa era mi personalidad. Me gustaba conocer a las personas y ver nuestras diferencias y similitudes, pero con Iam era imposible ya que no dejaba que ningún lazo se formara. Había una conexión entre nosotros, pero era una conexión que nosotros no habíamos construido porque apenas lográbamos entablar una conversación. Sin embargo a pesar de todos los obstáculos impuestas, esa conexión existía y era bastante difícil de comprenderlo. 

Llegamos a casa y yo me bajé rápidamente del auto.

Si me incomodaba estar con él pues que se note. Además era pésima disimulando.

-Será mejor que desde ahora cada quien por su lado. –Sinceramente quería que él me dijera que le agradaba estar conmigo y que no quería cortar el contacto conmigo. Pero ya lo conocía y sabía que eso no iba a pasar.

Levanto unas de sus negras cejas acusadoramente como diciéndome "¿Quién te crees tú?"

Se ve tan apapachable con esa ceja levantada, oh dios.

-Yo soy el que pone las reglas. –Y con esa frase se largó. Yo me quedé allí parada sin saber que mierda hacer. Estaba confundida. ¿Qué se supone que significaban esas palabras? De pronto me sentía como una estúpida que no podía entender una simple frase. O tal vez yo lo entendía, pero me era más fácil decir que no lo entendía. No lo sé pero no quería pensar en eso ahora. Tenía que centrarme en otra cosa. En mí.

Me metí a la casa con esa sonrisa tonta y las cejas fruncidas mientras me dirigía a la cocina para el almuerzo. Mi padre estaba sentado en una de las sillas con un plato lleno de pastas y una copa de vino a su lado. En su rostro se podía visualizar perfectamente una sonrisa burlona. 

-¿A qué se debe tanta felicidad querida Jay? ¿Acaso tu novio te beso? Oh espera ya sé... ¡te compro comida! Eso siempre funciona contigo. –Mi padre tenía una sonrisa de "sabelotodo" mientras hacia un juego con sus cejas, ese movimiento extraño de arriba y abajo. Revoleé los ojos. ¿Acaso pensaba que esto era gracioso? Bueno, debo admitir que yo misma me hago bullying así que supongo que ha ser ser divertido fastidiarme.

-¿Hiciste pastas? No sabía que sabias cocinar. –Respondí ignorando su anterior comentario. Él me miro con indignación como si lo hubiera insultado.

-¿Yo cocinar? Por dios Jay hablas como si no me conocieras. –Su mirada de indignación era épica. –Obvio que no sé cocinar, la compré hecha. –Se encogió de hombros y siguió comiendo. Reí ante su comentario pues era más que obvio que él jamás cocinaría algo así. Al menos que de la nada hubiera  tomado clases de cocina.

Mi padre era un payaso frustrado, del tipo de hombres que bromea todo el tiempo y NUNCA te tomaba en serio. Me resultaba fácil imaginarme el momento en que mi madre se enamoró de él. Lástima que las cosas entre ellos no funcionaron.

-Pues deberías intentar aprender –Me encogí de hombros mientras le daba un bocado a mi pasta. Estaba deliciosa.

-En tus sueños señorita Jazmine Colbeck. –Me fulminó con la mirada y luego siguió devorando su comida.

Ya pasaron aproximadamente cuatro horas desde el almuerzo y pues... ¿adivinen qué? Sí, acertaron, tengo hambre. 

Si sigues así tus clases de "gimnasia en casa" no tendrán efecto.

Definitivamente por primera vez en la historia mi conciencia tenía razón. Cada vez que me aburría me largaba para la heladera y me tragaba todo lo que encontraba. Urgentemente debía buscarme algo con el cual distraerme y dejar de comer... al menos por un ratito.

Salí afuera refunfuñando por el "hambre" interior que se apoderaba de mi ser, me senté en unos sillones blancos que se encontraba en el patio y simplemente admiré el día. Las nubes estaban levemente despejadas, el cielo estaba tan azul que me ardían los ojos al levantar mi mirada hacia arriba. El pasto era de un verde limón tan intenso, el césped era tan perfecto que te daban ganas de tirarte al suelo y girar como un perro. Obvio que no haría eso.

Bueno... hoy no, otro día.

Cerré los ojos mientras una corriente de aire suave hacia relajarme mientras mis mechones se movían lentamente al ritmo de la brisa. Me estaba por dormir cuando un fuerte golpe en la cabeza me hizo despertarme mientras iba maldiciendo a todo el mundo.

Me sobé la cabeza mientras miraba en el suelo un extraño objeto. Posiblemente eso era lo que me había ocasionado el golpe.

Miré hacia ambos lados fulminando con mi mirada a quien sea que lo habría arrojado, pero no había nadie. Solté un suspiro mientras alzaba el objeto y lo abría.

Era una cajita vieja. Estaba despintada, llena de raspones y agujeros, parecía bastante anticuada.   Era una de esas cajitas de música en donde una bailarina de ballet se alzaba en lo alto mientras giraba al son de la canción que producía la caja. Fue entonces que mis ojos encontraron algo. Una nota se encontraba al fondo de la caja. 

"Recordando viejos tiempos señorita Langel. Firma: A."
 
"A" es.. ¡Allison!.... ¡No seas idiota! Supera ya ese libro.

Sentí como un hielo recorría mi cuerpo. Me quedé en shock, de nuevo estaban acosándome. Tal vez podría ser una broma de mal gusto por parte de Iam. Observé minuciosamente alrededor pero no había nadie. Bueno podría ser algún loco obsesionado con estas historias de antes. 

Tal vez podría ser un asesino acechándote.

Tiré la nota al suelo con furia. Estaba harta de esta situación. No entendía que estaba pasando y eso me estaba carcomiendo viva. Antes de entrar a la casa le di una patada a la cajita de música y la nota giró en el aire y fue ahí que me percaté de que detrás de la nota había una fotografía. Fruncí el ceño mientras volvía a tomar el papel. Se me helo la sangre. Era Iam... y yo.

Continue Reading

You'll Also Like

9M 1.2M 37
[COMPLETADA] Libro II en la Trilogía Almas Perdidas. ¡Almas Perdidas: El nuevo mundo, está disponible en librerías! Puedes comprarlo accediendo al li...
1.1M 81.5K 64
Separada de sus padres al nacer y obligada a comenzar a trabajar con tan solo dieciséis años para pagar sus estudios y mantener a la persona que más...
59.9K 7.5K 53
"Realmente... me alegro de que no puedas recordar nada. Ni de mí ni de lo que ocurrió". Despertar en un hospital y no ser capaz de recordar tu propio...
8.2K 1K 15
¿Quieres conocer la historia del gran vidente Lienet? Del como fue que llegó a parar en aquella cálida cafetería llamada el "Blue World". Donde cono...