Dark Shadow ~Severus Snape

Capítulo 107 - Enharinar

- ¿Cómo sabías la edad de Remus?

- Conozco a alguien que fue compañero de curso de él. Me sorprende que lo llames Remus y no Lupin.

- No podría llamar por su apellido a alguien con quien llevo meses soñando despertar desnudos en la misma cama.

- Tonks, no pensé que fueras así – comenté anonadada.

- Ni yo – admitió.

- Cómo se nota que llevamos la misma sangre.

Ambas nos miramos unos segundos. Unas pequeñas risillas no tardaron en convertirse en sonoras carcajadas.

- ¡Eres mala! Por un momento pensaba que era una loca indecente.

- Bueno, quizás lo seas, pero no eres la única.

- ¿Por cuanto tuviste esos sueños?

- Hasta que conseguí estar con él – respondí sincera.

- ¡No me digas eso! No quiero morirme soñando con las posibles hipótesis

- Los hombres lobos son tan altos como la longitud de su hocico hasta su cola cuando se convierten. ¿Eso será también proporcional a su tamaño de hombre lobo? ¿Cambiará de forma cuando se transforma?

- ¡Lyra!

- ¡¿Qué?! Solo es curiosidad – me defendí.

- ¿Crees que sea peligroso cuando se transforme?

- Estoy segura de que no. Severus lleva años preparándole y mejorando la Poción Matalobos.

- ¿Severus? – preguntó extrañada - ¡No me digas que tú también eres una friki de las pociones como Penny!

- No, no lo soy. Admito que a veces he jugueteado un poco, pero nada del otro mundo.

- ¿Qué harás cuando salgas de Hogwarts?

- Una maestría en Pociones... - respondí entre dientes.

- Eres otra friki – sentenció.

- Solo quiero quedarme en el castillo todo lo que sea posible, no soportaría estar fuera sin tener nada a lo que aferrarme – ella me miró con compasión, podía imaginarse a lo que me refería con aquellas palabras.

- ¿Y Pociones es la mejor opción para eso?

- Es lo más llevadero – sentencié.

- ¿Snape es llevadero? – se rio.

- Más de lo que te puedas llegar a creer – admití.

- Ese hombre siempre me ha dado mala espina.

- Severus no es un mal hombre – me mordí la lengua al terminar la frase, había soltado su nombre con total familiaridad.

- No sabría yo que decir – el silencio se instauró por unas escasas milésimas -. ¡Noooo! – se incorporó rápidamente del escritorio.

- No, ¿qué? – el miedo se coló entre aquellas palabras.

- ¿Qué edad tiene Snape?

La miré mientras me mordía la lengua.

- Lyra... Venga, sé que lo sabes – me animó a decir.

- Treinta y cinco – murmuré entre dientes.

- ¡No me lo creo! ¡Dime que no es cierto! – comenzó a dar vueltas por el pequeño cuarto.

- Tonks, me estás poniendo nerviosa, siéntate.