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A pesar de que había prometido ayudarle, Yukhei sólo se había aparecido en la heladería para molestar a Yangyang con un tema que Kunhang todavía desconocía y no lo había vuelto a ayudar.

—Pero dijiste que lo harías, ¿por qué ya no me quieres ayudar?

—Mira, primo, jamás soy buena persona y lo sabes— Kunhang asintió efusivamente, recordando todas las veces que él ha sido malo sólo porque sí—. Pero esta vez me dije que debería ser bueno, así que no te ayudaré.

—¿Eso en qué es ser bueno?

—Estoy siendo buenísimo.

—Deja por una vez de decir que estás buenísimo, ese no es el punto.

—Dije que estoy siendo buenísimo, no que estoy bueno— corrigió el mayor, con el dedo índice en alto, mientras Yangyang al fondo rodaba los ojos. —que sí estoy, pero primo, hablo de mi forma de actuar.

—Como sea, ¿con quién estás siendo bueno?— Kunhang se cruzó de brazos. —Porque conmigo no es.

—Con Yangyang.

—¿¡Estás ayudándolo a ganar la apuesta!?

—¿Cuál apuesta?— por primera vez en lo que llevaba conociéndolo, Yukhei se mostró confundido—. Tú a Yangyang le gu-

—¡Sí!— Yangyang golpeó a Yukhei con su revista, justo en la cara—. ¡Justo eso! Me ayuda a ganarte, ¿no es así? Le caigo bien, accedió a hacer trampa conmigo.

Yukhei, todavía con la revista en la cara, se quejó de que vivía de su cara y que Yangyang aprovechaba cualquier oportunidad para tratar de volverlo feo.

No que le fuera fácil, para Kunhang, Yukhei ya era feo, pero bueno, eso debía ser porque era su primo y no podía sentirse atraído por él.

—Yukhei, eres mi primo— el mencionado se sobaba la cara, mirando a Yangyang con el ceño fruncido—. No deberías ayudar al enemigo.

—Te ayudo más a ti de lo que lo ayudo a él— Kunhang frunció los labios, Yukhei se rio, olvidándose de que se suponía que estaba enojado con Yangyang—. Créeme.

Y de nuevo, Yukhei se fue a través de la puerta de "Sólo personal", dejando a Yangyang con un tic nervioso en el ojo que parecía que le haría explotar el globo ocular y a Kunhang sin entender en qué molestaba a Yangyang lo que decía Yukhei.

Además, estaba ayudándolo, ¿no? ¿Por qué se molestaría de tenerlo cerca si estaba ayudándole a ganar la apuesta?

—Creo que eso de ser una molestía es de familia— no quiso sentirse ofendido, pero sí, el comentario de Yangyang lo ofendió y hasta podría decirse que incluso lo hirió. Quizá el menor lo notó, porque pronto agregó algo más—. Aunque ahora él está muy por encima de ti, ¿siempre es así de odioso?

Kunhang quisiera poder decir que no se sintió bien saber que ahora Yangyang no lo encontraba tan molesto, pero la verdad es que hasta sintió algo cálido en su pecho cuando se lo dijo.

Quizás ahora podrían ser amigos, ¿qué podían perder? Además, sí se unían para encontrar a Yukhei una molestía, definitivamente se llevarían bien.

—Desde que lo conozco— respondió simplemente y Yangyang bufó, agarrando su revista de nuevo para seguir leyendo—. Nació molestando a la gente. Al doctor que lo recibió, le pateó la nariz.

—¿Por qué no me sorprende?— Yangyang se puso de pie cuando sonó la campana, Kunhang creyó que iba a atender a los clientes, pero en su lugar sólo se les quedó viendo, sin pretender comentar nada o siquiera atenderlos.

Kunhang bufó, así que entendió que a él le tocaba atender a los clientes.

Eran una mujer adulta y dos adolescentes, probablemente de la misma edad que Yangyang y Kunhang o tal vez más jóvenes. Los chicos comenzaron a ver los diferentes sabores de helado que habían disponible, Kunhang suspiró, listo para decir su línea.

—Bienvenidos a la heladería "Candy"— iba a continuar, cuando Yangyang le puso una mano sobre la suya, como queriedo detenerlo.

—¿Qué helado les gustaría ordenar?— ese diálogo lo hizo fruncir el ceño. Yangyang no había querido atenderlos en primer lugar, ¿por qué ahora parecía querer que se repartieran el trabajo?

Los adolescentes comenzaron a hablar al mismo tiempo, la mujer ni siquiera les prestó atención y miró los sabores, probablemente eligiendo primero el helado que ella quería.

Y aquellos chicos pudieron seguir hablando un rato más, hasta que uno de ellos pareció notar algo y se quedó en silencio, mirando a Yangyang y a Kunhang como si les acabara de salir una tercera cabeza unida entre sí frente a sus ojos. El otro chico también lo notó, se miraron y parecieron tener una conversación telepática, incluso la mujer volteó a verlos confundida.

Como trabajador de una heladería recibía esa clase de miradas constantemente, una vez incluso se encontró con un ex compañero de la secundaria que había pretendido ser amable y terminó por restregarle en la cara su carrera universitaria una vez que supo que Kunhang había abandonado el colegio a tres años de acabarlo. No sabía sí esos chicos habían adivinado la razón por la que ahora trabaja, o sí esas miradas eran por otra cosa.

La mujer carraspeó, haciendo que Yangyang volteara a verla, dispuesto a tomar su pedido.

—Quisiera pedir uno de fresas con crema y dos de nuez— los chicos se quejaron de inmediato por la orden de su madre, quien obviamente había ignorado lo que ellos realmente querían, sin embargo la mujer les sonrió y volteó a verlos. —si no estuvieran tan ocupados siendo indiscretos, habrían podido decirme qué querían pedir.

Los chicos calmaron sus protestas y se cruzaron de brazos, enfuruñados.

Cuando la mujer volvió a verlos, les sonrió abiertamente, haciendo que Kunhang se sintiera incómodo, ¿por qué los miraba como si supiera toda su vida?

—Disculpen a mis nietos— la mujer miró hacia sus manos, ahí recién Kunhang se dio cuenta de que Yangyang todavía no lo había soltado y se alejó rápidamente—. Mi yerno no les ha enseñado a respetar a las personas como ustedes.

—No... Nosotros no— Kunhang intentó excusarse, pero no se le venía a la mente ninguna excusa, es que ni siquiera había notado la mano de Yangyang sobre la suya.

Volteó a ver a Yangyang por ayuda, pero él ya estaba preparando los helados, sin molestarse en corregir a la mujer, así que Kunhang decidió hacer lo propio y le ayudó. Quiso preguntarle a Yangyang si estaba bien, porque vio que tenía la cara roja.

En días anteriores tenía los nudillos blancos de frío y ahora las mejillas rojas, ¿de calor?

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now