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Luego de que la película terminó, y de que Yangyang comprobó que las escenas de la pareja gay fueron cortadas, él y Kunhang se subieron al mismo autobús y, curiosamente, descubrieron que vivían a sólo dos cuadras de distancia y que de alguna forma eso los hacía vecinos.

Kunhang se había reído de la ironía y había sugerido pasar por él mañana para ir al trabajo, luego pareció que creyó que era demasiado raro, así que el mayor carraspeó y murmuró algo así como “Olvídalo” que los sumió en un ligero silencio, que Yangyang pronto rompió al decirle que tenía auto y que sí quería podía llevarlo, porque de todas formas iban al mismo lugar. Aunque al principio Yangyang estuvo seguro de que Kunhang no aceptaría y ya estaba apunto de decirle que estaba bien sí no quería, Kunhang finalmente aceptó que lo llevara.

Así que lo siguiente que hicieron fue acordar la hora en la que se verían en la entrada de la casa de Kunhang, aunque al principio no podían coordinarse porque Kunhang no estaba prestando atención a lo que Yangyang le decía y miraba de vez en cuando hacia la ventana de su casa, como si creyera que hacía algo lo suficientemente malo como para que alguien desde adentro lo vigilara.

Yangyang creyó ver algo moviéndose del otro lado de la ventana una vez, pero creyó que no era algo en lo que debería meterse, así que lo dejó pasar.

—De acuerdo, nos vemos mañana. —Kunhang asintió a sus palabras, un poco ausente, Yangyang chasqueó los dedos frente a él y el mayor lo miró, parpadeando lentamente. —Oye, sé que es raro pero...

Por el rabillo del ojo volvió a ver nuevamente un movimiento en la ventana, Kunhang también pareció notar que vio algo y se asomó ligeramente.

Yangyang creyó que estaba haciendo las cosas demasiado largas, por lo que decidió ser breve.

—... Tú y yo somos amigos, ¿sí? —Kunhang asintió, pareciendo estar en otro lado dentro de sus propios pensamientos. Yangyang se humedeció los labios y luego suspiró con la boca. —No actúes raro o voy a tener que meterte un palo a través del esófago.

—¿Del... Esófago? —Yangyang asintió a la pregunta, Kunhang frunció el ceño y, mirando hacia el suelo, murmuró—: ¿Dónde está el esófago?

—No importa. —Yangyang le restó importancia haciendo un ademán con la mano, bajó un escalón de la entrada de la casa de Kunhang y luego estiró un puño hacia él, invitándolo a chocar los puños. Él lo hizo automáticamente, igual a un robot a control remoto. —Sólo no seas un imbécil y tu esófago estará bien.

—¿Está bien? —Kunhang finalmente pareció reaccionar, pero demasiado lento, al final sólo alcanzó a despedirse de Yangyang moviendo la mano, puesto que él ya iba demasiado lejos.

Lo siguiente en la lista de Liu Yangyang aquel día, era ir a la casa de Renjun y estrangularlo con sus propias manos por armarle una cita con Kunhang a pesar de saber perfectamente que las cosas se pondrían extrañas entre ambos si lo hacía.

Renjun y él han hablado de ello, de que el camino que debía recorrer para hacer que Kunhang se sintiera cómodo con él, porque son amigos, todavía era largo, puesto que Kunhang sabía lo que Yangyang sentía por él y eso hacía que no quisiera ser demasiado cercano a Yangyang aunque Yangyang no estuviera pidiéndole nada más de lo que sabe que puede darle.

Han hablado por horas de lo que siente por Kunhang y de que esos mismos sentimientos son su motor para conseguir reprimir lo que siente y conseguir ser sólo amigo de Kunhang.

Aunque Renjun era su amigo, igual se había atrevido a hacer algo así aunque era obvio que Yangyang sólo quería dejar atrás todo lo romántico.

Por eso debía darle unos buenos golpes en la cabeza, a ver si así entendía que no quería su ayuda porque no quería ser novio de Kunhang. Es decir, se convence de que realmente no quiere serlo, porque Yangyang cree firmemente que en algún momento su mente creerá en ello y será más fácil.

Toca la puerta del departamento donde vive Renjun, pero la puerta no la abre él, sino su pesadilla hecha persona: Wong Yukhei.

—Hola, —Yukhei se recarga contra el marco de la puerta y se cruza de brazos con una sonrisa. —¿buscas a Junnie?

Yangyang tiene que admitir que tiene una mente muy imaginativa y sí, sabía que Yukhei tenía la dirección de Renjun, pero estaba tratando de procesar cómo porqué él estaría ahí.

¿Por qué Renjun lo dejaría regresar a su casa? Él tenía reglas, ¿no?

—Creo que es obvio, —respondió, empujándolo para poder pasar al departamento. —al menos que ahora tú vivas aquí.

—Nop, todavía no. —Yangyang volteó a verlo y Yukhei le regaló una estúpida sonrisa que lo hizo rodar los ojos.

En la sala había una consola de videojuegos con el juego pausado, Renjun estaba sentado como un indio frente a la pantalla, vestido con una pijama rosada y sostenía el mando de la consola, esperando a Yukhei.

—Hola, bastardo. —Renjun sonrió incluso antes de voltear a verlo, sabiendo perfectamente que él era el único que lo llamaba así. Cuando lo volteó a ver, Yangyang tomó un cojín de su sofá y se lo lanzó, Renjun se rio cuando este le dio justo en la cara y cayó a sus pies. —Tú y yo tenemos que hablar, pequeña mierda.

—Oye, cómo te atreves a hablarme así, —se quejó Renjun, luego tomó el cojín del suelo y se lo aventó de vuelta. —¡soy mayor que tú, perra!

—¿Por qué le dijiste a Kunhang que fuera conmigo al cine? —Yangyang se acercó a Renjun, ignorando lo que dijo y mirándolo desde arriba para confrontarlo, el mayor continuaba sonriendo al hallarse sorprendido en casa, bien cómodo, mientras que en la tarde había jurado estar enfermo.

—En realidad le dije lo mismo que a ti, —Renjun se encogió de hombros, luego le dio play al videojuego en modo de un solo jugador y continuó hablando mientras jugaba. —que no quería perder la entrada y que lo enviaría como reemplazo de mí. No sabía que iría contigo, él aceptó porque dijo que quería ver esa película. Pude haberlo mandado a secuestrar para que termine de escribir de una vez por todas la saga de “Black hole” y él ni en cuenta, ¿seguro que te gusta?

—De acuerdo, lo dejaré pasar por ahora, —Yangyang decidió ignorar la última pregunta y miró detrás de sí hacia el sofá, donde ahora Yukhei estaba sentado observando atentamente a la pantalla donde Renjun jugaba “Infamous” con mucha concentración. Luego regresó la vista a Renjun y, cuando perdió la partida, lo hizo mirarlo sosteniéndole el mentón con dos dedos y habló en susurros. —¿qué hace él aquí?

—Lamentablemente no follamos, por sí eso te preocupa. —Renjun también susurró al responderle.

—Sabes que esa mierda no me preocupa, —volteó a mirar a Yukhei, que ahora entrecerraba los ojos como si así pudiera escuchar lo que susurraban. Regresó su vista a Renjun y él, sorpresivamente, se sonrojó y se quitó la mano de Yangyang de encima con una sacudida. —por mí puedes follártelo, pero tú y yo sabemos que eso sería una estupidez.

—Sé que parece que no, pero sé lo que hago. —Renjun miró a Yukhei, se sonrojó de nuevo y carraspeó, apagando el juego y también la consola mientras se ponía de pie y caminaba más lejos hacia la cocina, para que Yukhei no escuchara. —Él sólo está aquí porque quiere ayuda con Yuqi y es lo que hago, no permitiré que mi mejor amiga esté con un idiota que no la entiende.

—Entonces no deberías ayudarle. —Yangyang se sentía como una madre protegiendo a su hijo, pero aunque Renjun no fuera menor que él, sentía que debía cuidarlo. —Si no es capaz de entender a Yuqi él solo, entonces no la merece... Y tampoco a ti.

—Yo no tengo nada que ver...

—Sabes que sí. —Con eso último se dio media vuelta y se dirigió a la salida. —Adiós, bastardo.

—¿De qué hablaban? —Le preguntó Yukhei cuando lo tuvo cerca, Yangyang lo miró.

—Qué te importa.

Cerró la puerta detrás suyo y emprendió el camino de regreso a su casa.

¡Hola! Dios, este Renjun me enamora demasiado y Yangyang también, yo no sé ustedes xd. Estoy completamente de acuerdo con Yangyang respecto a Lucas, aunque tampoco puedo juzgarlo por querer saber de su crush 👀.

En fin, espero que les haya gustado el capítulo y nos leemos el próximo sábamingo 😘.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now