15

605 118 43
                                    

—He sido tremendamente amenazado. —Aseguró Yukhei el día que Kunhang lo invitó a su casa a ver sí nadie los interrumpía ahí, pero había recibido negativas en cuanto preguntó. —Yangyang me cae bien, en serio, pero el cabrón me amenazó para que no te dijera y, ¿qué te digo? Me gusta mi pene donde está y a las chicas también.

—No quiero tener imágenes mentales contigo, tu pene y chicas. —Kunhang sacudió la cabeza y luego se sentó con un puchero entre los labios. Estaban en su habitación, su madre había estado feliz de verlo convivir con su primo y Kunhang no tuvo corazón para corregirla. —¿Por qué no puedes decirme?

—Me amenazó.

—Al menos dime, ¿es algo vergonzoso?

—Sí, es súper vergonzoso, yo me avergonzaría toda la vida. —Yukhei murmuró algo más, pero lo hizo tan bajo que Kunhang no se molestó en tratar de entenderlo porque igual él no iba a decírselo.

—¿Podría burlarme de él si lo supiera?

—Sí, pero sería muy cruel. —Yukhei frunció el ceño y Kunhang también. —Yo te ahorcaría si lo hicieras. Sabes que soy muy cruel, pero no así.

—¿Es grave?

—Umm, no. —Yukhei se encogió de hombros, lanzándose después contra su cama y haciendo a Kunhang rebotar. —Es estúpido, hasta él lo admite, pero no es grave.

—¿Pero no me puedo burlar?

—Puedes. —Yukhei levantó la cabeza apenas un poco, para poder mirar a Kunhang y él frunció el ceño, mirándolo. —Pero no te lo recomiendo.

—¿Por qué no?

—¿Te gustaría que alguien se burlara de algo que es importante para ti? —Kunhang tuvo que permitirse sentirse sorprendido.

Yukhei jamás había sido alguien que se detuviera de burlarse sólo porque fuera importante para alguien, o al menos no lo recordaba, así que el que le recomendara no burlarse porque era importante para Yangyang era algo... Nuevo.

—Tal vez creas que no me fijo en eso, pero lo hago. —El más alto se acomodó en la cama boca arriba, colocando sus manos detrás de su cabeza. —Sólo que tú no me caes bien.

—Pues ya son dos contra mí. —Kunhang se acostó en la cama, quedando al lado de Yukhei y volteando a verlo, el mayor frunció el ceño por la cercanía, pero no dijo nada de eso.

—¿A quién más le caes mal? —El más alto se rio. —Digo, lo entiendo, ¿pero quién es?

—Yangyang. —Si Yukhei había reído antes, esta vez se rio todavía más fuerte, parecía que acababa de pasarle algo realmente divertido, pero Kunhang no pudo saber qué era.

Entonces su madre apareció, con una bandeja de sándwiches cortados en triángulos y dos vasos de jugo y sonrió, porque vio a Yukhei reír y supuso que habían estado bromeando, no se puso a analizar que, literalmente, su hijo estaba con cara de desconcierto.

Yukhei se lanzó sobre la bandeja apenas pudo, tomando tantos sándwiches como pudieran caber en su boca y Kunhang hizo una mueca, tomando apenas uno y dándole una mordida chiquitita.

Su madre se fue, sonriendo en grande, realmente estaba feliz de verlos convivir, pero Kunhang no podría llamar a eso "convivir". Yukhei continúo comiendo como si no lo hiciera nunca y entonces reparó en Kunhang y en que este lo estaba viendo feo, mientras sostenía apenas un sándwich.

Kunhang no podía creer que realmente su primo estuviera cubriendo a Yangyang, ¡ni siquiera lo conocía hace mucho! ¿Cómo se atrevía a respaldarlo tanto? Además, ahora estaba mucho más curioso que antes y en serio quería saber el secreto de Yangyang, ¿por qué era tan importante? ¿Por qué Yukhei se empeñaba tanto en ayudarle a ocultarlo?

Entonces pensó que tal vez debería adivinarlo. Okay, Yukhei no le diría, pero si lo adivinaba, entonces no tendría que decirle y no perdería su pene.

—¿Es sobre algo que le pasó?

Yukhei rodó los ojos.

—No le ha pasado, —Yukhei se rio, un pedazo del pan del sándwich le asomó en el labio y Kunhang le extendió una servilleta. —más bien, le gustaría que le pasara.

¿Le gustaría que le pasara? ¿Qué cosa?

—¿Es... Sobre él mismo? —El mayor se rio, pero esta vez pareció captar lo que quería conseguir.

—Sí, y también sobre... Alguien más. —Yukhei hizo mucho énfasis en el "alguien". Kunhang supuso que por ahí era.

Así es, tampoco es tan idiota. O sea, sí, pero no tanto como para no ver lo obvio.

—¿Es sobre alguien que le gusta? —El mayor le dio otro mordisco a su sándwich para no decirle nada, Kunhang abrió grandes los ojos y saltó levemente sobre la cama por la emoción. —¡Sí! Es sobre alguien que le gusta, ¿no? Okay, entonces... ¿Quién es?

—Estás idiota si crees que te diré directamente. —El más alto se incorporó en la cama y lo señaló con la servilleta con la que acababa de limpiarse. —Puedes intentar adivinar y te daré pistas, pero no te diré nada directamente. Mi pene está en riesgo, do you remember?

Kunhang rodó los ojos, pero al menos ya tenía una pista.

De nuevo, debería preocuparse de conseguir una cita, pero Yangyang era más importante. Pero sólo por ahora.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now