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Su mamá siempre le había dicho que era bonito.

Es decir, las mamás siempre dicen que eres bonito porque el amor es ciego y todo eso, pero lo había comprobado en la primaria, ninguna niña ni maestra ni mujer en general se resistía a su sonrisa angelical y sus ojitos de "Yo no hice nada".

Pero claro. Su cara bonita no venía con un manual de cómo usarla, lo cual sería genial, le habría ahorrado muchísimos problemas en la vida. Por ahora, el invierno ya se había ido, y había más chicas en la heladería, lo cual era parte de su plan para conquistar una. En general llegaban en traje de baño.

Y otra cosa por agregar: a Kunhang le gustaba que las chicas fueran en traje de baño, a él mismo le gustaría hacerlo, pero no puede, porque, de nuevo, tiene que usar el uniforme.

Vio a un grupo de al menos cinco chicas, todas en traje de baño, amontonándose para ver el menú y pedir sus helados.

Bien, Kunhang se preparó, eran suficientes para que al menos una no lo encontrara raro. O bueno sí, pero que su rarez le guste tanto como él, ojalá.

—Bien-

—Bienvenidas a la heladería "Candy"— se adelantó Yangyang, sin siquiera despegar su mirada de la revista que leía. Kunhang no entendía qué había de interesante en una revista de autos de carreras—. ¿Qué helado les gustaría ordenar?

Todas las chicas comenzaron a murmurar entre sí, mirando a Yangyang y al menú simultáneamente, tal vez pensando qué ordenar.

—¿Podrías darnos dos helados de chocolate, uno de fresas con crema, uno de vainilla y-?— la chica que estaba hablando se interrumpió, volteando a mirar a una de sus amigas para consultarle—. ¿De galleta, Lian?

La mencionada Lian asintió, entonces Yangyang se despegó por fin de la revista y fue a preparar los helados, con Kunhang teniendo que ayudarle porque eran muchos. En la heladería había una política, la cual consistía en que el primero en hablarle al cliente era quien atendía.

Así que por más que quiso tuvo que quedarse callado. Lo que no evitó que le echara miraditas a las chicas, pero ellas sólo fruncían el ceño y continuaban mirando a Yangyang.

Espera...

—Y... ¿Cómo te llamas?— preguntó la chica que había hablado antes, la líder quiso suponer él. Yangyang la miró, con pereza—. Yo soy Meiling.

Yangyang no respondió y Kunhang simplemente miró como las chicas seguían murmurando entre sí, esperando una respuesta que no parecía llegar. Y que no llegó.

El rubio les entregó sus helados en completo silencio, la chica que había dicho que se llamaba Meiling le pagó y se fueron murmurando entre ellas, aún sin perder la esperanza. El pelinegro le dio un codazo a Yangyang, él ni siquiera lo miró y sólo hizo una especie de "¿Hum?" con la garganta.

—¿Por qué no le dijiste tu nombre? Era linda.

—Mi nombre está en el uniforme— Kunhang casi se da un golpe en la frente. Es verdad—. Y no era linda, era tonta.

Quiso replicar, preguntar por qué, pero al final simplemente chasqueó la lengua y no dijo nada.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now