23

725 123 153
                                    

—A las chicas, o bueno, —Yuqi se rió y se acomodó un mechón de cabello. —a la mayoría, no nos gusta que sean, pues... Ustedes.

—¿Cómo? —Kunhang llevaba su libretita de apuntes para entender a las mujeres, pero hasta ahora sólo volvió a escribir “No entiendo”.

—Mira, más fácil. —Yuqi tomó una servilleta del mostrador, le quitó su bolígrafo y comenzó a hacer una especie de mapa mental, dibujó a una chica y a un chico y luego señaló a la chica. —La chica está aquí, siendo una chica, y luego está este chico, coqueteándole y haciéndolo evidente, entonces la espanta y ella se va.

—Sigo sin entender.

Yuqi se dió un golpe en la frente de la frustración, Kunhang se sonrojó.

Era algo difícil para él entender a las mujeres... A las personas en general, era demasiado despistado, así que casi siempre estaba en su propio mundo y no era capaz de comprender los demás mundos.

Pero ahora quería hacerlo, de verdad quería. Había estado utilizando mal su bonito rostro, las chicas a las que él les gustaba, él no las notaba hasta que era tarde, mientras que las chicas que a él le gustaban, no lo notaban, era un caos. Escribía acerca del romance, pero no lo comprendía del todo en realidad, cómo funcionaba, qué seguía una vez que se daba el sí; creía que estaba destinado a ser un solterón que escribe sobre el amor toda su vida.

Era difícil de explicar, puesto que estaba soltero, no había tenido una novia que le durara más de cuatro meses en toda su vida, una vez le gustó un chico, pero ni siquiera recuerda quién fue. Y escribe sobre amor, ¡já!

Le decían que escribía tan bonito que les daba esperanzas a los demás de encontrar a alguien o que incluso los hizo encontrar a alguien y Kunhang se sentía Cupido, ¿Cupido estará destinado a enamorar a los demás, pero también a no enamorarse jamás? Porque entonces tendría sentido.

—Dios, —Yuqi se cubrió la cara con las manos y lo miró a través de un hueco entre ellas. —¿cómo es que escribes el romance tan bien y eras una papa en la realidad?

—Irónico, ¿no? —Kunhang puchereó, sí, era muy irónico. Yuqi resopló al ver su carita de perro pateado, así que se descubrió la cara y le tomó la mano.

—Está bien, no puedes ser experto en todo. —Esas palabras no lo hicieron sentir mejor, eran verdad y describían perfectamente su situación, pero no por eso lo hacían sentir mejor. —Yo te ayudaré, ¿sí? Nunca has mantenido una relación por mucho tiempo, ¡y está bien! Podrás hacerlo, sólo necesitas... Confianza.

—Eso precisamente no tengo. —Alguien bufó a su lado y Kunhang repentinamente fue consciente de donde estaban.

Era su hora de almuerzo, Yuqi, al igual que Yukhei al principio, se había colado a su trabajo para ayudarle, ya que Kunhang le había pedido ayuda explícitamente, poniendo en sus manos la esperanza de no perder la apuesta.

Aunque ella, igual que Dejun, había dicho que era una estupidez, pero había aceptado ayudarle y no se había echado para atrás como Yukhei a última hora.

Yangyang no había estado feliz de verla, puesto que eso significaba tener otro amigo de Kunhang en su heladería, una amiga que no trabajaba ahí y que no necesitaba y que, si agarraba la misma costumbre de ir seguido como Yukhei, terminaría por cometer un crimen de segundo grado que lo metería a prisión al menos por diez años.

Eso es lo que había dicho Yangyang textualmente y Yuqi tembló como una hojita de papel antes de sentarse y susurrarle que cómo podía trabajar con alguien así y él respondía que no tenía idea.

—Es que... ¿Sabes? —Yuqi movió la cabeza, indicándole que continuara hablando, Kunhang vió por el rabillo del ojo a Yangyang que comía su almuerzo en una esquina, sin hacer ruido. —El amor de mis fanfics es muy distinto al real, ¡y no lo digo porque sea imposible! ¡No lo es! Más bien... Lo digo porque yo sé lo que mis personajes sienten, lo que quieren, lo que van a decir, cómo van a actuar, yo sé todo de ante mano, pero con las personas... No lo sé. No sé si les gusto, no sé si no les gusto, no sé qué dirán o qué harán.

Yuqi no dijo nada, pero tampoco soltó su mano, más bien lo tomó más fuerte, como si quisiera darle apoyo.

El lugar se había quedado repentinamente en silencio, Kunhang pasó saliva, no le gustaba el silencio después de expresar lo que sentía y decidió mejor seguir hablando.

—Me siento un poco tonto. —Kunhang se rió y Yuqi ladeó la cabeza, al fondo, Yangyang frunció el ceño, pero eso sólo lo notó Yuqi.

—¿Por qué? No es tonto sentir miedo del amor real, —Yuqi le acarició el rostro de una forma que le pareció muy maternal, al fondo se escuchó un gruñido, pero no le prestaron atención. —es nuevo para ti, desconocido. Todos le tenemos miedo a lo que no conocemos, no está mal, lo que está mal es no querer dejar de tenerle miedo.

—Siento que todo este tiempo estuve... —Kunhang chasqueó la lengua y Yuqi le acarició el cabello esta vez. Se sentía como su madre, ¿cómo era posible? Tenían la misma edad. —Demasiado ocupado con el romance de mis personajes y me olvidé del mío. ¿Es estúpido si te digo que... A veces quisiera que todo fuera como lo escribo, que pudiera planear todo?

De repente, Yangyang se puso de pie y salió corriendo de ahí, hacia la puerta de salida trasera que tenían en el lugar, Kunhang lo vió confundido, pero cuando volteó a ver a Yuqi ella estaba sonriendo.

—No tienes que planear todo, eso es lo bonito y... —Yuqi vió por donde se fue Yangyang y luego hacia él. —Yo te ayudaré a entender.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now