705 117 16
                                    

—Por Dios— el recién llegado se frotó las manos para entrar en calor, aún cuando traía guantes puestos—. Me estoy congelando, ¿Por qué hace tanto frío aquí?

—Es una heladería— Yangyang estaba leyendo una revista recargado del mostrador, Kunhang rodó los ojos—. Puedo subir la temperatura, ¿Vas a comprar algo?

—¿Qué? No, hace frío.

—Entonces seguirá haciéndolo.

—¿¡Qué!? ¡Pero sí tú-!

—Déjalo— Kunhang hizo un ademán hacia su amigo, quien lucía desconcertado.

—Sí eres cliente, subo la temperatura— Yangyang cambió de página—. Si no, se queda como está.

—¿Qu-?

—Déjalo, Dejun— insistió Kunhang, abriendo la puerta que separaba el área de empleados del área de clientes—. No sé qué tiene con el termostato.

—Es una heladería— el rubio interrumpió su lectura para mirarlos. —tiene que hacer frío.

—Está obsesionado con eso— le dijo Kunhang a su amigo, restándole importancia.

—Sí— el rubio volvió a cambiar de página—. Así como tú estás obsesionado con tus pelotas.

—¡Se me congelan!

—A mí igual, ¿Y me ves especialmente preocupado por ellas?— Yangyang señaló hacia su pantalón, sin verlos.

Tanto Kunhang como Dejun se miraron con asco, decidiendo entrar a la sala de "Sólo personal" para hablar ahí a gusto, porque a ambos los incomodaba bastante Yangyang, era extraño.

Y eso era mucho viniendo de parte de ambos, especialistas en ser extraños todo el tiempo.

—Lo bueno es que ya casi acaba el invierno— comentó Dejun, sentándose en el sofá del lugar, suspirando—. Comenzará a hacer más calor pronto.

—Ojalá— Kunhang se sentó a su lado—. Yangyang se pone pesado con la temperatura y eso no es un problema en verano.

—Ah, ¿Se llama Yangyang?— el pelinegro asintió—. Creí que era un apodo.

—Sólo les pongo apodo a los que me agradan.

—¿Y él no te agrada?

—Qué dices, es un encanto.

—Ya veo, ¿Es muy pesado?

—Lo que acabas de ver es apenas la punta del iceberg— Kunhang suspiró, dejándose resbalar sobre el sofá—. Parece que odia a todo el mundo.

—No. No parece— Yangyang entró a la sala de "Sólo personal" como de costumbre, azotando la puerta, y Dejun saltó en su lugar. Kunhang simplemente miró hacia Yangyang—. Odio a todo el mundo.

Entonces Dejun miró a Kunhang, como si le dijera que su compañero de trabajo estaba loco.

Él creía lo mismo.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now