29

617 123 180
                                    

¿Qué por qué le molestaba? No tenía idea.

Hace algunas semanas habría estado feliz de descubrir al chico que le gustaba a Yangyang, pero ahora simplemente no podía evitar estar molesto.

Es decir, sabía que no tenía sentido, pero su pecho estaba todo el tiempo oprimido y cuando veía a ese tal “Winko” llegar a la heladería, comenzaba a actuar como un idiota. Además, estaba el hecho de que Yangyang le había dicho que no quería ser cercano a él y Kunhang, por alguna razón, se sintió profundamente herido y no volvió a mencionar la posibilidad de salir con él.

Bueno, o sea, salir como de amigos, no de algo más. Ay, qué imbécil, obviamente era una salida como amigos, porque Yangyang no le gustaba y él no le gustaba a Yangyang y...

Como sea. Hacía poco comenzó a escribir un nuevo fanfic de universo alterno, en el que Peter Parker estaba perdidamente enamorado de un compañero de clase, Wade Wilson, y que le resultaba inalcanzable porque incluso él tenía una novia. Lo comenzó como una idea, ni siquiera sabía si lo iba a concluir y tenía en mente que fuera triste porque Peter no iba a quedarse con Wade.

Pero le daba algo de miedo lo fácil que fue para él escribir a Peter de esa forma, tan enamorado y tan... Miserable. Es decir, generalmente siente lo que sus personajes sienten, pero eso era un nuevo nivel de conexión con ellos, además, el fanfic se llamaba temporalmente candy y joder que esas eran demasiadas coincidencias, ¿debería ver a un psicólogo?

—Deberíamos salir. —Comentó el amigo de Yangyang, tirándolo suavemente del brazo en un berrinche que lo hacía ver estúpidamente tierno. —Ándale, Yang, hay un nuevo restaurante de comida italiana cruzando la ciudad.

—¿Por qué no vamos todos? —Preguntó Yukhei y Kunhang rodó los ojos, porque a su maldito primo parecía caerle muy bien el amigo de Yangyang y él mientras hervía de enojo allá atrás.

—¡Sí, sí! —Ahora fue el turno de Yuqi de hablar, Kunhang nunca le haría daño a una mujer, pero durante cinco segundos lo consideró seriamente. —Vayamos todos, nos serviría para conocernos más, ¡ándale, Yangyang!

Él no había querido insistir, porque no quería volver a sentir aquel rechazo de la otra vez, pero miró a Yangyang, porque él parecía más dispuesto esta vez, volteó a ver a su amigo y este le sonrió en otra muda súplica que hizo que Kunhang quisiera arrancarse los ojos.

Y luego quiso arrancárselos a él, porque dijo que sí, que sí saldrían todos juntos, puta madre, ¡pero la vez anterior dijo que no! Prácticamente lo mandó a la mierda, ¿y ahora dice que sí? ¿Qué había cambiado?

Kunhang obtuvo su respuesta cuando volvió a verlos y el tal Winko le sonreía a Yangyang, y Yangyang le sonreía a él y él sólo...

—Yo no voy. —Todos lo miraron cuando lo dijo, incluso Yangyang había dejado de sonreírle a Winko y él se sintió bien por un momento de tener su atención otra vez y sacudió la cabeza ante el pensamiento porque, ¿qué mieda?

—Si no vas, voy a arrancarte los testículos con un alfiler y los colgaré, —Yangyang hizo una pausa de una de sus clásicas amenazas para señalar la puerta de “sólo personal”. —de esa puerta. ¿Quieres que te ofrezca una disculpa? Lo haré, pero mueve tu lindo culo hacia el maldito restaurante primero.

Dicho eso, todos los demás le hicieron caso, yendo hacia la puerta trasera, asumiendo que Kunhang los seguiría.

Y eso hizo, con un puchero en los labios porque creía que debería haberse hecho más del rogar, pero Yangyang podía ser realmente amenazante cuando quería, además seguía siendo algo así como su jefe y él...

Él... ¿Llamó lindo a su culo? ¿Pero por qué haría algo así?

—¿Quieres moverte? Los lugares se van a... —Yuqi detuvo su pequeño regaño a Kunhang al verlo ahí, de pie en mitad de camino, mirando hacia el suelo con los ojos ausentes y el rostro completamente rojo. La chica se apresuró a tocarle la cara, para comprobar su temperatura. —¿Estás bien? ¿Tienes fiebre?

Kunhang le dió un manotazo.

—Sí, estoy bien. —Se dió aire con la mano, para apresurar a su sonrojo a desaparecer e hizo a Yuqi a un lado para pasar. —Vamos.

La chica ahogó una risa en su puño, ¿realmente Kunhang no se había dado cuenta?

Yangyang no era nada discreto, de sus ojos salían corazones cada vez que enfocaban a Kunhang, sonreía mucho a su alrededor y tomaba los bolígrafos que Kunhang perdía y los ponían en lugares donde pudiera encontrarlos de nuevo.

Además, Kunhang le parecía el ser más hermoso incluso cuando imitaba al burro de Shrek.

Mientras todos morían de la vergüenza por sus torpes imitaciones, Yangyang estaba al fondo viéndolo como si fuera una hermosa pieza de arte. Si eso era no ser indiscreto, entonces Yuqi sinceramente no sabía qué sí lo era.

Candy ⇢ HenYangWhere stories live. Discover now