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Era malísimo para socializar. Bueno, le gustaba decir que era malo, pero en realidad Yangyang sabía que sólo no le gustaba.

Aunque no diría que no le gustaba sólo así, a secas, más bien que no entendía cómo es que otras personas lo hacían tan fácilmente, no tenía problemas con socializar, pero sentía que la gente esperaba demasiado de él una vez que les hablaba y no podía satisfacer las ideas de todos.

Con Kunhang sentía que no había ideas, él era demasiado... Random, realmente no había momento en el que supieras exactamente qué estaba pensando porque sus pensamientos cambiaban mucho, aunque también era muy transparente, no tenía reparos en decir lo que pensaba o sentía, además de que a veces soltaba cosas sin pensar y luego se reía porque si pensaba en eso pero no quería decirlo. Era involuntariamente divertido, lo que también lo hacía adorable, pero a veces también era involutariamente misterioso, tenía dos facetas completamente distintas que incluso daba miedo verlas combinadas en una sola persona.

Kunhang era un persona transparente, sí, pero también era bastante nebuloso cuando decidía serlo. Lo peor era que no te dabas cuenta cuándo estaba siendo transparente y cuándo nebuloso.

Aunque Yangyang lo notaba algo distante últimamente.

El fin del verano estaba a menos de dos semanas, atribuía lo distraído de Kunhang al hecho de que no había conseguido una cita todavía, aunque no paraba de hablar de la tal Chengxiao, pero no había mencionado ninguna cita y mucho menos había insinuado que le pediría una.

Ese día, los amigos de Yuqi (y aparentemente también de Kunhang) habían pasado a darse una vuelta a la heladería, cosa con la que Yangyang no tenía problemas, porque siempre pagaban lo que consumían y él no tenía quejas con eso, mucho menos su padre. Esta vez, sin embargo, Yuqi había estado con sus amigas todo el tiempo, sin distraer en lo absoluto a Yukhei como en otras ocasiones, mirándolo de vez en cuando y haciéndolo sonreír a la distancia, cosas de coqueteo inicial que Yangyang seguía sin comprender, él jamás haría eso con nadie.

Otra cosa que había cambiado en aquella visita, era que Kunhang no dejaba de ver a uno de sus amigos, atendía a los clientes, escribía pedidos, pero continuaba viéndolo y okay, Yangyang sabía que a Kunhang no le interesaban los hombres, pero... ¿Por qué lo veía tanto? Es decir, era lindo, pero...

—Somos algo así como amigos, —Kunhang voltea a verlo cuando Yangyang le habla, el menor cortó cualquier comentario hiriente que hubiera comenzado a formular en su cabeza cuando vio a Kunhang mirarlo sorprendido. —pero eso no evitará que te despida si sigues mirando a tu amigo sin prestarme, ¡Sin prestar! Atención al trabajo.

Atrás, recargado de la máquina de helados, Yukhei fingió reírse del artículo de una revista de bordado.

—Lo siento, —Kunhang se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja, luego, cuando volvió a salirse de su lugar, decidió quitarse la gorra de marinero para acomodarse el cabello por completo. —es que Renjun se ve algo triste.

—Ah, claro, Renjun. —Yukhei volvió a reírse, esta vez Yangyang le dio un golpe con el trapo con el que limpiaba el mostrador y el mayor se dobló sobre su estómago, protegiéndose de otro posible ataque. —¿Quieres ir a entregarle su helado a los amigos de Kunhang y dejar de reírte como retrasado?

—Ya, perdón. —Yukhei levantó la manos, mostrándose falsamente inocente, antes de tomar tres hekados e ir a entregarlos, riendo.

Kunhang nuevamente se quedó callado, mirando a Renjun a la distancia, que recargaba su cabeza sobre la palma de su mano, mirando hacia el suelo de forma distante y no parecía participar en la animada plática que tenían los otros dos chicos.

Candy ⇢ HenYangTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon