Ad Originem Capítulo 230 - Concilio en la Asamblea: Colisión

35 16 2
                                    



-Concilio en la Asamblea: Colisión-



     Exceptuando a su esposa la Noble Cieloazul Cilia, que estaba al tanto de sus problemas de conciencia, nadie podía creer lo que estaba diciendo el Noble Cabo Cieloazul Talos.

Pero para él, la gota que colmó el vaso, fue la celebración de la supuesta muerte de su hermana.

De no ser por lo que pudiese pasarle a su mujer y a sus hijos en ese momento, les hubiese dicho a todos lo que pensaba de ellos, aún a costa de su vida.

Pero ya no podía y no quería callar más y como sus dos hijos estaban a salvo en el Cuartel General de la División Omega, no lo hizo.

- Talos, hijo. ¿Qué estás diciendo? Retráctate de lo que acabas de decir inmediatamente.
Ordenó su madre la Noble Cieloazul Udali.

- No madre, ya no más. Se acabó callarme ante todo lo que le habéis hecho a Ibeli, incluso celebrando su supuesta muerte... ¿Eso es lo que os importa la familia? No os dais cuenta de que eso no es ser una familia. ¿Si alguien no cumple las órdenes de padre... se le mata? ¿Qué clase de personas sois? ¿Enserio podéis vivir con ello? Pues yo no, se acabó, yo ya no pienso mirar hacia otro lado. ¿Vais a intentar matarme a mí también?
Preguntó hasta con rabia y casi con lágrimas en los ojos el Noble Cabo Cieloazul Talos.

- Eso no es así, hijo... Retráctate enseguida y luego lo hablaremos tranquilamente en casa.
Ofreció la Noble Cieloazul Udali, pensando en que estaban en la peor situación posible, justo cuando iban a ganar tiempo.

Solo tenían que sobornar al Telépata que fuese a traer la Asamblea, pero esto lo complicaba todo.

- Talos no se va a retractar y yo puedo corroborar todo lo que ha dicho mi marido, porque estaba con él, igual que todos los que calláis ahora... Noble Veccia, tu marido no es un santo, eso lo sabemos todos. ¿Pero no te importa cómo ha acabado aún siendo siempre fiel y seguir todas y cada una de las órdenes de su hermano?
Preguntó la Noble Cieloazul Cilia, aferrándose al brazo de su esposo el Noble Cabo Cieloazul Talos, dispuesta a apoyar a su marido con todas las consecuencias que ello le pudiera acarrear.

- No... yo... no sé... no... no sé nada...
Balbuceaba la Noble Cieloazul Veccia, sin valor a enfrentarse al Noble Magistrado Cieloazul Caelos.

- ¿Tía Caelia? Sé que no eres como padre, no eres como ellos. Este es el momento de dar la cara.
Presionó el Noble Cabo Cieloazul Talos que tenía fe en que su Tía, la Noble Cieloazul Caelia supiese de que lado debía estar.

Pero esta no tuvo opción de responder.

- ¡BASTAAAAA...! Esto me está haciendo darme cuenta de que fui demasiado blando con todos vosotros. ¿Qué pretendes, enterrar a la familia? Ya eres mayorcito para saber de sobra que te estás hundiendo en tierras pantanosas de las que no vas a poder salir. ¿Querías enfurecerme Talos? Pues lo has conseguido.
Dijo el Noble Cieloazul Caelos, emanando su Poder Espiritual antes de golpear con rabia a su hijo el Cabo Cieloazul Talos en el pecho.

Haciendo que se le escapara bruscamente de entre los brazos de su esposa la Noble Cieloazul Cilia, antes volar varios metros hasta empotrarse contra una pared de la Asamblea.

- ¡TALOSSS...!
Gritó la Noble Cieloazul Cilia preocupada, corriendo hacia donde estaba su esposo.

El cual, calló al suelo de rodillas y se puso una mano en su pecho intentando respirar, pues el golpe aunque no fue ni de lejos con toda la fuerza del Noble Cieloazul Caelos, fue demasiado fuerte para el joven Cabo Cieloazul Talos.

Ad Originem (Volumen 2)Where stories live. Discover now