Ad Originem Capítulo 237 - La aparición de un Enertal

38 11 4
                                    



-La aparición de un Enertal-



     A la mañana siguiente, como todos los días a las seis menos cuarto de la mañana, sonaba la campana que avisaba a los trabajadores que debían incorporarse e ir a sus puestos de trabajo. 

Los esclavos tenían quince minutos, para levantarse, coger sus herramientas y estar en su galería preparados para cuando sonara de nuevo la campana que daría inicio a la nueva jornada.

- ¡Vamos, perros holgazanes, a trabajar!
Dijo el 6º Jefe de Cuadrilla Eudaldo según sonó la primera campana, cuando aún siquiera había abierto los ojos.

- ¡Sííí... 6º Jefe de Cuadrilla...!
Respondieron prácticamente dormidos los integrantes de la cuadrilla, mientras incorporaban sus cuerpos bostezando.

- Buenos días santurrón, comienza un nuevo día. He de dejarte solo, pero estaré aquí de nuevo en la noche.
Dijo con voz suave Suer, mientras le observaba con una mirada complicada.

Hasta que se fue a su habitáculo a coger sus herramientas y fue a reunirse con sus compañeros de cuadrilla para ir a la galería que tenían asignada.

No eran días fáciles para Suer.

Ella era una orgullosa y poderosa guerrera, que junto a Arin luchó con valentía contra la poderosa Maestra Gorgona Euríale y bueno, perdieron.

Suer asumía su derrota, eso no era un problema para ella, porque ni era la primera vez que perdía en un enfrentamiento ni sería la última y ella luchó al lado de Arin, porque no quería deberle nada a nadie.

Y si hubiese muerto en aquel feroz enfrentamiento, también lo hubiese aceptado.

Pero en el último momento, Arin se puso delante de ella para evitar que muriera y aunque sufrió daño igualmente y se debatió entre la vida y la muerte durante al menos tres días, de nuevo Arin le había salvado la vida y por ello, él quedó en un estado lamentable.

El día que Suer conoció a Arin, pensó que solo era otro patético santurrón y hasta pensó que moriría por algún estúpido buen acto que se le volvería en su contra.

De hecho, aún seguía pensando que era un atontado santurrón, pero lo que sucedió ese día le hizo reflexionar.

Pues Arin sobrevivió justo gracias a esa actitud que ella condenaba y que seguía aborreciendo y lo peor era que de nuevo se encontraba en ese punto inicial, en el que le otra vez le debía la vida a Arin.

Suer y Arin permanecieron en el Oasi dell'Impero d'Oriente (Oasis del Imperio Oriental) durante seis días.

En este tiempo ambos fueron tratados con los efectivos Ungüentos Regeneradores de Arin y fueron curados de sus heridas casi en su totalidad.

Después de eso, fueron llevados a L'Oasi delle Miniere (El Oasis de las Minas) por la misma Gorgona Euríale.

Antes de volver al Oasi dell'Impero d'Oriente, la Gorgona Euríale le dejó una advertencia a Suer entre risas.

El día que muriese Arin, ella le seguiría.

Suer estuvo esforzándose mucho por mantener vivo a Arin, aunque sin darse cuenta, pasar tanto tiempo cuidándole, le hizo encontrarse con nuevos sentimientos.

Sentimientos que ni tuvo, ni esperaba tener por nadie jamás y poco a poco, sentía más aprecio y apego por él, y ya no lo cuidaba porque si moría, ella lo seguiría a la tumba.

Ad Originem (Volumen 2)Where stories live. Discover now