Ad Originem Capítulo 208 - Cacería de Gorgonas

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-Cacería de Gorgonas-



     A la mañana siguiente, los que iban a partir hacia el Cementerio de Arena se levantaron bastante pronto.

Según Arin se incorporó un poco, la Joven Señorita Cienfuegos Amia e Ibeli se despertaron y de inmediato se le aferraron cada una a un brazo.

Dado que la noche anterior, por fin dieron ese paso de gigante en su relación con Arin y en ese preciso instante, lo único que querían era disfrutar y consolidar ese nuevo rumbo en su relación.

Y a pesar de ser una extraña relación de tres, para ellas era totalmente incuestionable que era maravilloso.

Y pensaban que justo cuando eran las mujercitas más felices del mundo, el insensible de Arin se tenía que marchar por unos días a hacer el idiota con sus descerebrados amigos Korbis y Rao...

Estaba claro que la inquietud y el miedo asomaba en sus corazones.

- Arin, no te vayas al Cementerio de Arena. Quédate con nosotras por favor...
Imploró Cienfuegos Amia con temor en sus ojos, intentando persuadirlo de nuevo.

- Por favor Arin, déjalo para cuando seamos más fuertes, iremos los tres juntos.
Pidió también Ibeli, intentando retenerlo.

- Ya os lo dije ayer, jamás me atrevería a dejaros solas. Tendré sumo cuidado y volveré con todos de una pieza. Además, necesitamos poderosos Vasallos Rúnicos que luchen por protegernos y tengo entre manos otra increíble fórmula mejor que la de Behemot, que aunque no es para el Cultivo de Poder, será de vital importancia para todos y la necesitamos sobre todo ahora que aún somos débiles.
Explicó Arin, el cual ya tenía la decisión tomada firmemente.

- ¡¡Arin...!!
Comenzaron a decir ambas chicas pero este las cortó.

- ¿Qué hablamos ayer? No podemos paralizar nuestra vidas solo por el hecho de que puedan surgir situaciones peligrosas... Además, os he prometido que viajaremos por las estrellas y que veremos todos esos increíbles mundos los tres juntos... ¿Acaso creéis que faltaría a mi palabra?
Preguntó Arin con gesto sonriente.

- No... Yo sé que cumplirás tu palabra...
Respondió Ibeli intentando devolverle la sonrisa.

- Yo... Confío en tu palabra más que nada, ya lo sabes... Al menos podrías dejarnos ir contigo.
Contestó Cienfuegos Amia, que quería replicarle pero sabía que era completamente inútil convencerle de no ir.

Por lo tanto intentó que al menos las dejara ir con él.

- No Amia, tenéis que mantener este sitio en orden por favor... Solo tenéis que esperar a que vuelva en unos días. ¿Esperaréis mi vuelta?
Preguntó Arin acariciando las mejillas de ambas.

- ¡¡Mn...!!
Afirmaron ambas a la vez con sus mofletes sonrojados.

Incluso le esperarían toda una vida de ser necesario.

En ese preciso instante Lluviaestelar Korbis llamaba a la puerta, dando unos toques con sus nudillos y sin esperar una respuesta pasó dentro de la habitación.

- No te retrases Arin debemos salir cuanto antes, ya sabes lo largo... que es... el... el viaje...
Dijo Lluviaestelar Korbis que no pudo evitar pasar un poco de vergüenza al ver a ambas chicas desnudas, metidas en la cama con Arin.

- Sal de aquí, mirón...
Dijo Cienfuegos Amia con los mofletes tan rojos que le ardían y tirándole una zapatilla de andar por casa, mientras trataba de tapar sus enormes pechos con las sábanas.

Ad Originem (Volumen 2)Where stories live. Discover now