DIECISIETE

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Hay un capítulo antes de este, por si Wattpad te trajo aquí.
...

:= Adán =:

Derrotado por la semana, me dejo caer en el sofá de mi sala, con Picky no tardando en subirse en mi piernas y dormir arriba de ellas, imposibilitando moverme, pero tampoco es como que quiera hacerlo.

Me gusta mi carrera, pero andar de un juicio a otro es cansado, y más cuando no son mis casos. Tan cansado y asfixiante que no sé nada de Amanda desde el miércoles, y el tiempo no me alcanzó ni para enviarle un mensaje. Hasta ahora.

Adán: Hola, Amanda. ¿Qué tal estás? Lamento desaparecer, tuve días ocupados.

Lo envié y esperé su respuesta mientras observaba el techo. Picky suspiró en mis piernas y se movió para acomodarse más en ellas, pero mucho no podía hacer cuando es puro hueso, hasta le ha de doler, pero parece no importarle.

Cierro los ojos e intento no pensar en nada, siendo eso imposible, pues mi estómago gruñe. Intento visualizar lo qué hay en el refrigerador y recuerdo que dejé un poco de la comida china de ayer. Tengo muy mala alimentación. Creo que saldré a correr todas las tardes que regrese o en la mañana antes de irme.

Decidido a alejar la flojera y levantarme por comida, mi celular vibra en mi pecho. Lo tomo y leo el mensaje de ella antes de desbloquearlo y contestarle.

Amanda: Estamos bien. ¿Qué tal tú? ¿Muy pesado el trabajo?

Adán: Algo, estoy cansado.

Ahora recuerdo porqué no envío tantos mensajes: soy pésimo para mantener una conversación a través de una pantalla. Yo necesito ver las expresiones de las personas para saber su ánimo, necesito estudiarla para saber lo que le gusta y así sacar un poco de conversación. Por una pantalla solo veo el chat y lo que la otra persona quiere que lea.

Bloqueé el celular y saqué mis piernas de debajo de Picky para ir a la cocina. Ella me observó en todo momento, pero no se movió. Recordé que hoy era viernes y Zoey prometió venir por ella.

—Tengo que acomodar tus cosas. Mamá va a pasar por ti —le dije y ella movió levemente la cola. Le sonreí—. Ya veremos si no te alegras de verla.

Yo me alegraré de verla. No ha ido a la oficina y no sé de su existencia. Quizá me engañó con mi primo, pero eso no quiere decir que voy a dejar de preocuparme por su bienestar. Antes de ser novios fuimos amigos, ya que no somos novios, creo que volvimos a ser amigos.

El rencor es malo, mata el alma y la envenena, así que prefiero pensar en las cosas buenas que dejó y que todo pasa por algo. No sé porqué pasó esto, sin embargo debe de haber una razón que no buscaré pero, estoy seguro, pronto entenderé. Solo debo tener paciencia.

Saco la comida del horno y regreso a la sala, enciendo la televisión, poniéndole en la siempre confiable serie de La teoría del Big Bang.

No sé cuántos episodios me vi cuando el timbre de la casa sonó. Me levanté aún mirando la escena y riendo de las respuestas de Sheldon.

Abro y le sonrió a Zoey cuando aparece en el umbral. Ahora sí puedo notar su maquillaje y se ve mejor a hace días. Su sonrisa me recibe.

Te propongo un deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora