VEINTICINCO

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:= Adán =:

Yo estaba seguro que no era el fin del mundo, solo el fin de una etapa, como lo fue en el 2012, cuando todos creíamos que los Mayas habían pronosticado el fin de todo, pero pudo ser que solo se les acabó el espacio o el calendario sea solo una mínima parte de otro que no hemos encontrado.

En todo caso, siempre se encuentra luz al final del túnel, no importa a qué profundidad estés. Puedes escalar para ver el brillo del sol o excavar más para toparte con la lava, pero siempre estará la luz esperando por ti.

He podido encargarme del trabajo desde casa, lo preocupante es que mañana vendrán por Picky y aún no estoy listo para verlos juntos. Supongo que me despediré de mi cachorra antes y no saldré de la habitación, dejando que Amanda se la entregue.

Eso no es de cobardes, es parte de sanar y que deje de sentir este dolor asfixiante en el pecho. Ya el tiempo dirá si algún día podré convivir con ellos tranquilamente, como personas civilizadas y adultas que somos.

—Mhm, ¿qué huele tan rico?

Observé sobre mi hombro y después volví a la comida.

—Solo es pollo.

—Pues huele muy bien —concluye. Le bajo al fuego y me giro para verla sumergida en su tableta y la pluma digital; está muy concentrada en su tarea desde el día de ayer que llegó del trabajo. Siente mi mirada y levanta la cabeza. Me sonríe.

—¿Qué?

—¿Qué tanto dibujas? —Me acerqué a la isla cuando ella me pasó la tableta. Fruncí el ceño al ver un edificio medio destartalado de la fachada.

—Vaya, que... —Busqué una palabra que no la haga sentir mal y devolví la tableta—, contemporáneo.

Amanda se rió de mí y siguió dibujando.

—Así fue el pedido del cliente, solo hago lo que quiere.

—El cliente siempre tiene la razón.

—No siempre —replicó—, pero ellos creen que sí y algunas veces es difícil hacerlos cambiar de opinión. No todas las personas son fáciles de tratar.

—Dímelo a mí. —Recargué mi peso en la isla y mi barbilla en mi palma—. Algunos clientes llegan exigiendo que hagamos movimientos que son imposibles, porque ni siquiera se puede demandar por eso.

»No importa cuantas veces se los expliques, ellos creerán que están bien y buscarán a un abogado que esté dispuesto a aceptar su dinero para una demanda que no procederá.

—Te gusta mucho tu trabajo, ¿verdad?

—Me gusta ayudar a las personas, sí.

—¿Por qué elegiste la abogacía?

Solté un suspiro y me enderecé para ver el pollo, pero aún le faltaba, así que volví a mi puesto, con Amanda esperando una respuesta que no tengo. Hay muchas profesiones en las que puedes ayudar a las personas, y no sé porqué me fui hacia esta área.

—Supongo que fue porque no me gustaban las injusticias que habían a mi alrededor; ver como los jefes de mi padre se aprovechaban de él por tener pocos recursos y no saber defenderse.

»Quiero ayudar a la gente que no sabe.

—Eres muy noble, Adán. Demasiado para este mundo.

—También tengo la teoría de que moriré joven.

—Rogaré que no sea así —dijo como último antes de sumirse nuevamente en su dibujo. Me giré para darle privacidad y picar un poco de brócoli antes de sazonarlo con salsa inglesa y echárselo al pollo.

Te propongo un deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora