Te propongo un desliz

SIETE

:= Amanda =:

¿Cuándo es que mi vientre comenzará a crecer? No noto nada extraño en mi persona al observarme en el espejo.

¿Realmente cambiará mucho mi aspecto? He visto a algunas embarazadas que parecen a punto de reventar mientras otras a penas se les nota.

Pareciera que nada estaba pasando dentro de mi cuerpo, que nada crece ni se desarrolla. Pero la prueba en sangre no pudo haber fallado, ¿o sí?

Abro la llave del lavabo para llenar mis manos y poder mojarme el rostro.

Existen falsos positivos, o algo así leí en internet, pero las náuseas y los mareos en definitiva no es algo normal o falso.

Estás embarazada, acéptalo.

Suelto un largo quejido al aire, intentado sacar el estrés que empieza a acumularse en mi cuello. Me observo en el espejo, pero no sé qué hacer ahora. El agua baja por la piel de mi rostro y parpadeo.

No es el fin del mundo. No soy una adolescente y debo comportarme como una adulta. Estoy embarazada, intentando abrirme espacio en el ámbito laboral y soltera.

Sí, no es el fin del mundo porque no soy la primera ni la última embarazada en pasar por adversidades.

Además, tengo a Adán —un extraño bastante simpático y que la vida no lo ha tratado muy bien—, que se interesa por este bebé, sin importarle qué no sea suyo.

Eso me recuerda que debo pensar en lo que haremos. ¿Debemos intentar ser pareja? La estabilidad familiar es algo bueno en los niños, pero, sí me junto con él, ¿tendríamos estabilidad? No nos conocemos de nada y no sabemos si compaginamos.

Un pensamiento fugaz opacó todos los demás, pero lo alejé al instante. Ni siquiera debería considerar eso, hay otras alternativas. Es más, no creo ser tan mala madre.

Nadie nace sabiendo.

Quizá puedo comprar uno de esos bebés electrónicos para hacerme a la idea.

O al menos debería cuidar un huevo, como en la escuela, y cerciorarme de que este no se me rompa.

Sí puedo cuidar un huevo, podré con un bebé.

Con un nuevo animo, me seco el rostro y salgo a la oficina donde daba mis prácticas antes de graduarme. Ser asistente de Juan Aguilar es un sueño para cada arquitecto en ascenso pues él, a pesar de ser tan joven, ha crecido bastante en el ámbito, teniendo a su poder grandes proyectos.

Algún día me gustaría ser como él. Y si quiero lograrlo, debo estar atenta a todo lo que haga.

Espero que la frase de que un alumno supera al maestro aplique en mi caso.

Guardo todas mis notas antes de mirar la hora en mi celular, mas un mensaje ilumina la pantalla antes de cumplir mi meta.

Edertrikis: ¿Estás lista? Te espero afuera.

Aún no he tomado una decisión sobre lo que sucederá con nosotros, porque eso afectaría a lo que sea que debería de pactar con Adán.

¿Por qué le dije que lo veía hoy?

—Antes de ir a comer, ¿necesita algo? —me dirijo a Juan. Él levanta la vista de su restirador y deja el lápiz a un lado. Estrecha sus ojos y después niega.

—Estoy bien. No tardes tanto, tenemos mucho trabajo.

Asentí y me apresuré a salir. Cruzando la calle estaba la camioneta Jeep de Eder, con él en el interior y con las ventanas abajo, mientras golpea el volante con ritmo.