CUARENTA

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:= Adán =:

Debo de comprar más maíz para palomitas, porque esto de hacerles diario a los niños de Bárbara está terminando con mi ración. Aunque es bonito tener la casa llena de risas infantiles y de balbuceos incoherentes que no sean de amigos borrachos como Jesús.

Bárbara frunce el ceño y observa la puerta de la habitación donde se quedaba Amanda. De ahí sale el sonido de la música muy alta y ahora entiendo todos los cambios en los gustos musicales, gastronómicos y mixológicos de mi amigo. Se adaptó a mi hermana. Y lo dejó como si fuera un zapato viejo o de otra temporada, porque en esa relación, la vieja era ella.

—¿Nuevo compañero de casa?

—Al menos teniéndolo aquí sé que no le dará un coma etílico.

—¿Por qué está tan mal? Se veía bien la primera vez que nos conocimos —indica y yo sé que se veía bien, porque lo más probable es que mi hermana no había roto su corazón para esos tiempos.

—Tal parece tenía una relación con Adara, mi hermana, pero no terminó bien.

Bárbara chasqueó su lengua y meneó la cabeza.

—A veces no valoramos a los buenos hombres —menciona de pasada. Estira más su espalda y sonríe—. A lo que vine: los Pegraso se retiran del juego.

—¿Qué? —espeté con incredulidad.

—Como escuchas. Al menos por un tiempo, mientras las agua se calman. El plan es que dejarán que te canses de investigar y lo dejes para luego tomarte con la guardia baja.

—¿Por qué lo harán? —curioseo sin poder creerlo aún.

—Porque Tyler estropeó todo al seguir a Amanda y José al entregarte unos papeles.

La sonrisa se quedó estática en mi rostro, pero la sangre se me fue a los pies. Yo no tuve contacto con mi primo y mucho menos me llegaron esos papeles, sino a Jesús.

—¿José entregó esos papeles? —pregunté en un hilo de voz. ¿Será acaso que mi amigo me traicionó?

—No lo sé. No lo creo. Es idiota, pero no tanto —repone, mas no logra convencerme—. Eso sería entregarse, ¿no lo crees?

—Sí —musité. Supongo que notó el cambio en mi actitud, porque se puso de pie y caminó hacia donde estaban sus hijos.

¿Y si mi hermana descubrió un complot entre mi amigo y nuestro primo, siendo esa la razón de terminar su relación? Quiero pensar que no es así, pues me lo habría dicho para alejarme de él y del peligro.

Tengo que hablar con ella.

No. Tal vez lo correcto es preguntarle directamente a mi amigo, sin tantos rodeos. Como dicen, si no tienes nada que ocultar, no debes de temer. O algo así es el dicho.

Me pongo de pie y me acerqué a la habitación donde provenía la música. No sé qué está pasando allí, pero abrí la puerta para encontrarlo echado en la cama, con la botella de tequila en el piso, vacía. No quiero sentir pena por él, ni desconfiar. Es mi amigo. Necesito que siga siéndolo.

Me acerqué a la bocina que trajo de su casa y bajé el volumen.

—¿Te dio cruda? —pregunté para romper la tensión. Sus ojos se abrieron y negó con la cabeza.

Te propongo un deslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora