—No, estas cerca, pero no es eso.

— ¡A un curso donde te enseñen a hacerlos!

— ¿Te rindes?

—Está bien—no me hacía mucha gracia perder, pero me había quedado sin opciones.

—Te voy a llevar a conocer a Augusto Solei—me detuve en seco al escuchar su nombre.

Seguro me estaba jugando una broma. Era imposible que eso estuviera pasando. Quiero decir, estábamos hablando de uno de los mejores reposteros de todo Inglaterra y más allá. El místico hombre que había desarrollado algunas de las mejores técnicas de decoración. El que era responsable de que cuando yo era pequeño llorara por horas para conseguir uno de sus kits de repostería súper exclusivos.

— ¿Qué? Es-estas bromeando...esto no puede ser verdad. El señor Solei ni siquiera ha dado una presentación o conferencia—yo lo hubiera sabido de ser así—No es cierto, tú estás jugando conmigo—una risa nerviosa salió de mis labios.

—Pues créelo, yo he hecho lo imposible.

—...—lo abracé por inercia. Lo abrace tan fuerte que a lo mejor lo podría asfixiar si seguíamos así. Pero era lo único que podía decir en ese momento.

—No fue súper sencillo, pero tampoco me costó tanto trabajo. Puedes darle gracias a mi abuelo por esto—me acaricio el cabello y beso mi frente.

—Oh lo hare, definitivamente lo hare cuando lo vuelva a ver.

— ¿No crees que merezco un premio por ser tan genial?

— ¿Qué clase de premio?—pregunté dudoso pero sin alejarme de él.

— ¿A ti tal vez?—susurró muy bajito en mi oído, haciendo que los vellitos de mi nuca se erizaran.

— ¡No! ¡Vamos a ir a ver al señor Solei! No sé qué parte de mi quieres, pero que no se te ocurra—traté de escapar de la situación, pero no me dejo.

--Ósea que si estuviéramos en tu casa... ¿Me darías lo que quisiera de ti?—detestaba cuando se ponía coqueto, hacía que yo no supiera muy bien que hacer. ¿Dónde había quedado el puro e inocente Eliot?

—Mnh...N-no lo sé...—miré hacia todos lados buscando una salida— ¿A qué hora es el encuentro?

—Solo jugaba--soltó una carcajada que me hizo querer golpearlo, pero siempre estaba un paso adelante de mi-- por ahora solo quiero algo fácil de llevar conmigo—y me robo un beso. Ahí, afuera de los apartamentos como si fuera algo sencillo y después se recuperaba tan fácilmente—Dentro de una hora y...—esa sonrisa de tonto había surcado su rostro, eso solo iba a terminar posiblemente mal para mí— hay que ir a las afueras de la ciudad he he~

— ¡Tendríamos que estar yéndonos ahora! Nos tardaremos más de una hora en llegar y se ira pensando que somos malos para ser puntuales. ¡Oh dios!—podía ver mi vida terminar en ese mismo instante.

—Es que no contaba con que te tardarías en salir—ok, punto a su favor—Pero llegaremos, además él nos perdonara si tardamos un poquito, por lo que aprendí era amigo de mi papá.

—Wou, nunca lo he visto en persona. Tengo todos sus libros y dvs con sus conferencias. Pero nunca pensé poder conocerlo.

Era algo memorable para mí. Un día perfecto que no podía salir mal. Conocería a mi héroe de la infancia, yo quería ser como él. Ahora gracias a Elliot algo que pensé imposible estaba ocurriendo. Estaba demasiado emocionado y aprendería todo lo que pudiera de esta experiencia.

~*Horas después*~

Fue el mejor evento al que he asistido en toda mi existencia, incluso conseguí que firmara mi libro; que por alguna razón que prefería no indagar Elliot llevaba consigo. Volteé a verlo mientras apretaba ligeramente su mano.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Where stories live. Discover now