Cap. 153

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Narra Willow

No había podido quitarme la desazón que Elliot me había dejado después de sus últimas palabras antes de irse. Se veía extrañamente apagado y hasta podría decirse que estaba bastante deprimido. Cosa que me había preocupado. Razón por la que ahora estaba aquí, siguiéndolo estúpidamente como si yo fuera un espía o algo así. Por millonésima vez ¿Que estoy haciendo y por qué?

Estaba sentado en una jardinera que estaba justo enfrente de la florería en la que acababa de entrar. Me había puesto una gorra y unas gafas oscuras recién compradas para intentar pasar inadvertido. Esperaba que funcionara.

No tuve que esperar mucho, ya que salió más rápido de lo que esperaba. Lo que más me sorprendió era que hubiera salido con las manos vacías. Primero que nada, para quien compraba flores ¿Para su madre? ¿Para su abuela? ¿Para su prometida? Es decir, no esperaba que estuviera soltero después de todo este tiempo. Aunque dijo que me amaba.

Mnh, me había quedado tan sumido en mis pensamientos que; cuando volví a la realidad, me di cuenta que se me había adelantado bastantes cuadras. Por lo menos había ido en línea recta. Me levante rápidamente y casi corrí para alcanzarle. Bueno, en realidad solo camine rápido. Cuando estuve a una distancia prudente relaje mi andar. Sentía que todo esto era ridículo. Qué tal si solo iba a su casa y no salía de ahí en todo el día, como lo hacen las personas normales. Como una persona deprimida lo haría...espera, ¿Por qué estaría deprimido? Y por qué pensaba que encontraría respuestas viéndolo entrar a su casa.

Suspire pesadamente y me quite las gafas, toda esta persecución era una estupidez. Sería mejor volver a casa. O eso pensé. Hasta que lo vi bajar las escaleras hacia la estación del tren y mis pies instintivamente me llevaron hacia allá. Odio que mi cuerpo haga lo opuesto a lo que estoy pensando.

Pague mi boleto y me subí en el mismo vagón que el pero a una puerta de distancia. Enserio, un poco más tonto y me darían un premio. Pero él estaba tan absorto en sus pensamientos que no me notaba. El viaje, que me pareció eterno nos llevó a la última estación en donde todos bajaron. Perdí de vista a Eliot momentáneamente. Pero era imposible no encontrarlo con ese cabello blanco y ese gorro que llevaba a todos lados.

Lo seguí dejando distancia entre nosotros. Este lugar tenía poca gente y menos lugares donde esconderme. Camino hasta lo que parecía ser una estación de autobús. Donde se sentó y espero pacientemente. Fue cuando decidí probar que tan distraído iba. Así que me senté justo al otro extremo de esa banca. Ni siquiera volteo a verme. No sé si me ofendida o debía halagar mis habilidades espía para camuflarme.

El bus no tardo mucho tiempo en llegar y cuando él lo abordo lo hice yo detrás de él. Pero ya no quise retar a mi suerte y en este momento iba tapando mi cara con un libro que había sacado de mi mochila. El viaje fue largo, nuevamente. Tan largo que llegamos a un momento donde solo nosotros dos estábamos en el bus. Un cuarto de hora después Elliot decidió que era hora de bajar. Bajo por la puerta delantera y yo por la trasera.

El lugar en el que nos bajamos me tomo por sorpresa. Todo era como un pueblo. Había mucha vegetación y las casas estaban muy separadas entre sí. Un lugar muy bonito. Vi a Elliot caminar un par de casas más adelante. A mí me pareció un bloque entero, pero claro, era un pueblo. Se acercó a un cancel negro que tenía dos vallas a los lados. Era la entrada de una casa muy bella.

Lo empujo y este cedió con un chirriante sonido, no pensé que entrar a robar en las casas de pueblo fuera tan fácil. Habían dejado un cancel sin llave ¿Que seguía? ¿La puerta principal también sin llave? Como al parecer a Elliot tampoco le importaba la seguridad, dejo el cancel lo suficientemente abierto como para que pudiera infiltrarme sin que este me delatara con su estridente sonido.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora