Cap. 139

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Narra Cecyll

Estaba mentalmente perdido. ¿Qué había pasado la última vez que había visto a Brian? No podía procesar aquella información tan desconocida para mí. Pero ahora no había vuelta atrás de lo que tenía decidido para ambos. Toqué el timbre de esa casa tan grande un par de veces. Respiré profundo, estaba muy nervioso. No acostumbraba vestirme como un chico.

Amaba los vestidos, amaba el maquillaje y amaba que esa fuera mi personalidad. Pero desde que él sabía que yo era un chico no parecía nada cómodo con mi apariencia. Así que muy en contra de mí mismo había comprado pantalones de mezclilla sin diseños, una playera con un estampado de paisaje, el cabello en una coleta alta y mi rostro sin una gota de maquillaje.

— ¡Briana! ¿Dónde esta...bas...?—no terminó la frase. ¿Siempre estaría buscando a su hermana?

—Hola...—miré hacia ambos lados algo nervioso sin soltar el maletín que traía abrazado—Un gusto verte Brian—Sonreí nervioso.

—Eres... ¿Cecyll?—su expresión cambio. Ahora parecía que estaba realmente sorprendido.

—Algo así...—mascullé un poco molesto—Déjame hacerlo bien esta vez. Mi nombre es Cecyll Takanashi y nací en Japón. Todo este tiempo he estado buscando a alguien y ese alguien eres tú.

—...—esperé que respondiera algo, lo que sea. Pero en vez de eso la puerta comenzó a cerrarse lentamente y mi primer impulso fue adentrarme sin ser invitado.

— ¡Eso es muy grosero!

—Grosero es que vengas sin ser invitada...quiero decir, que vengas sin ser invitado Cecyll.

—Si no lo hacía nunca ibas a hablar conmigo, Brian. Realmente te necesito muchísimo.

—Y yo necesito que no vuelvas a hablarme Cecyll—eso fue lo que dijo, pero lo vi cerrar la puerta y suspirar. Resignado a que me quedaría ahí mientras yo quisiera—no quiero relacionarme contigo.

— ¿Te hice algo? No entiendo por qué me odias—se despeinó el cabello y suspiró de nuevo. Ahora que lo notaba estaba en pijama y su cabello estaba despeinado— ¿Por qué no has ido a la escuela estos días?

—No me he sentido bien, eso es todo—Desvió la mirada. Creo que me estaba mintiendo.

— ¿Hablaras conmigo?

— ¿Me dejaras en paz si lo hago?

—No lo aseguro—era la verdad. Yo necesitaba que alguien me ayudara y él era la persona adecuada para eso.

—Entra, solo hablaremos un rato en lo que mi hermana o Sammuel vuelven a casa.

—Antes de que juegues al papá de los pollitos necesito capturar tu atención—Pensé decidido. Por lo menos ya se había dignado a darme algo de atención.

Entramos y me sorprendió la exquisitez de la decoración. Todo estaba reluciente, tomando en cuenta que por lo poco que sabía ahí vivía su hermana, Sammuel y Brian junto con su madre. Era un caserón enorme como para que pudieran tenerlo en tan buen estado. En el salón principal había enorme cuadro de una mujer con un precioso vestido blanco acompañado de guantes y un sombrero. A su lado un hombre con un traje que se podía saber que no había sido barato y una sonrisa amable en su rostro.

— ¿Son tus padres?—Era una pregunta estúpida tomando en cuenta que se parecían mucho a los mellizos. Solo que él tenía el cabello rubio intenso y ella tenía el mismo problema de color que sus hijos.

—Sí.

—Parece que son buenos padres.

—Los mejores, pero no me gusta hablar sobre ello. ¿Quieres algo de tomar?

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora