Cap. 159

2.4K 279 208
                                    

Narra Willow

Después de enviarle un mensaje y hacerlo esperar alrededor de quince minutos afuera de mi puerta pude controlarme. Decidí ponerme el collar, sería difícil fingir que no sabía que era lo que llevaba colgando en el cuello. Era una sincera declaración de amor que realmente estaba casi decidido a corresponder. Incluso me había cambiado la camisa para que el collar se notara lo más natural posible. Respiré profundo y abrí la puerta.

—Empezaba a preocuparme—me sonrió y no sé si era culpa del reciente descubrimiento que acaba de hacer, pero lo vi muchísimo más guapo que de costumbre. Que el usara colores más animados que los míos en su forma de vestir era algo demasiado atrayente.

— ¿Por qué te preocupabas? ¿Qué te imaginabas?—me esforcé por sonar lo más casual posible mientras cerraba mi puerta.

—Muchas cosas, tantas que estaba pensando seriamente en usar mi juego de llaves para abrir la puerta o entrar por tu ventana.

— ¿Qué? ¡Te he dicho que me tienes que dar ese juego de llaves! No es normal que lo tengas si no te lo he dado—suspiré negando ligeramente—No sé si estoy contigo por miedo o por presión social.

—Bueno, sea cual sea el motivo espero lograr que cambie a que la razón principal sea que me ames—pasó sus manos por detrás de su nuca y solo sonrió. Tan calmado como solo él podía.

—Hablando de eso...—tal vez si este tema llego en inicio de nuestra millonésima cita, era hora de decirlo... o eso creí hasta que me interrumpió.

—O mi segunda opción siempre se inclina hacia el secuestro.

Genial, Elliot había arruinado mi oportunidad de decirlo. Aunque... ¿Qué era exactamente lo que iba a decir? Ahora solo me debatía entre salir huyendo o regresar dentro de casa.

—Creo que debemos conocer otras personas—mascullé ligeramente malhumorado mientras comenzaba a caminar.

— ¿Qué? ¡No! Era solo una broma, lo juro.

—Me pregunto si debería pedir una orden de restricción—hacerlo sufrir un poco, también era divertido.

—No podrías, te apuesto a que no recuerdas mi nombre completo—se encogió de hombros sintiéndose seguro de su propio argumento.

—Bueno...realmente yo no sé muy bien...--era odioso pensar que tenia la razón--No, no lo sé. ¿Alguna vez lo mencionaste?—me miró fijamente y suspiro.

—Creo que como un millón de veces—miró al techo con el ceño un poco fruncido.

—Te llamas...Elliot...--hice un gran esfuerzo, pero nada. Yo era pésimo para esas cosas--Estoy seguro que lo recordare en algún momento y te lo diré. ¡Además se está haciendo tarde!—Wou, que presión tan grande acababa de sentir sobre mis hombros.

—Bien, Solo porque soy un novio comprensivo no me quejare Willow Lemmington—beso despreocupadamente mi mejilla. Como si eso no fuera a alterarme los nervios, aunque como soy genial en esto me mantuve firme, aunque casi me estampo con la puerta del elevador por andar de distraído—Hoy vamos a ir a un lugar realmente interesante.

— ¿Interesante?

—Adivina

—No se...algo... ¿Como un restaurante de comida ultra picante?

—Ni siquiera te gusta el picante Willow—soltó una risa divertida.

—Cállate, no necesito que me recuerdes que no me gusta el picante.

—Bien, pero igual no es eso a donde te quiero llevar.

— ¿A una exposición de pasteles ultra lujosos?

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora