Cap. 113

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Narra Sammuel

Tragué saliva con fuerza. No podía seguir huyendo a casa cada vez que algo se saliera de control. Solo tenía que disculparme con él por lo que había pasado aquel día. ¡Pero es que era tan difícil! Respiré profundo y giré la perilla de la puerta. Estaba listo para todo, estaba acostumbrado a que el lado que él ocupaba estuviera siempre desordenado y lleno envolturas vacías. Pero terminé llevándome una gran sorpresa.

—Creo que me equivoqué de habitación...—pensé parpadeando sin poder creerlo. Estaba limpio, ordenado y hasta un delicioso aroma inundaba el lugar—Esto debe ser un error—me asomé hacia afuera de la habitación para ver el número, pero estaba en el lugar correcto—esto debe tener una explicación—me dije a mi mismo tratando de encontrarle algo lógico a ese peculiar escenario.

Me acerqué sigilosamente hacia el pelinegro que estaba sentado frente al escritorio con unos enormes audífonos sobre sus orejas. La música estaba algo fuerte, ya que se alcanzaba a filtrar un poco de ella. Era algo en japonés que no podía entender. Era alguien muy curioso así que me acerque un poco más y por fin divise lo que hacía. Estaba dibujando y pegado en la pared había un afiche de un concurso de dibujo manga.

—Así que es por eso—susurré y me tapé la boca al instante. Pero parecía que no me había escuchado—Eres mejor dibujante de lo que pensé—traté de probar suerte una vez más y efectivamente no me escuchaba—Siento mucho lo que dije el otro día...no quería decirlo de esa manera. Es solo que Briana me insistía tanto que terminé diciendo cosas muy tontas...—respiré profundo, eso me venía molestando desde hace unos días—En verdad no eres tan raro ni tan antisocial—mis manos sudaban, no estaba acostumbrado a ser tan sincero—Hasta eres agradable y tienes un novio muy lindo—Eso me hacía sentir un poco molesto—como sea, lo siento mucho Ethan—me di media vuelta y fui a mi lado de la habitación—Eres un idiota...pero...sigue contando como una disculpa ¿No? —pensé y negué rápidamente. Yo también tenía cosas que hacer.

Dentro de poco habría un concurso muy importante para mí. Era la oportunidad de mi vida. Yo amaba actuar y producir sentimientos en las personas que observaban mi trabajo. Quería definitivamente dedicarme a eso. Pegué mi propio afiche junto a mi escritorio. Podría ganar una beca completa para ir a una escuela especializada en actuación. No tendría que terminar la preparatoria. Iba a dar todo de mi para ganar.

Narra Ethan

Había escuchado cada una de sus palabras y me sentía muy extraño. Sammuel era demasiado confiado para no saber que generalmente cuando una persona tiene un bajo rango en alguno de sus sentidos otro se desarrolla mucho más. Yo era capaz de distinguir sonidos, aunque estuviera escuchando música. Había notado cuando entro a la habitación y supe cada uno de sus movimientos.

—Así que piensas que Danny es mi novio—pensé sin detener el movimiento de mi plumilla sobre la hoja. Él no debía saber que yo lo había oído o seguro tendríamos una nueva pelea—Eres muy tonto, a mí la que me gusta es una chica llamada Zeina—detuve el movimiento de mi mano. ¿Me seguía gustando Zeina? Me quite los audífonos y los deje a un lado. Tomé m celular y me dirigí hacia la salida de la habitación—¿Qué? —me detuve solo un segundo ya que sentí la mirada del castaño sobre mí.

—Na-nada—masculló nervioso devolviendo la atención a un libreto nuevo. Por lo menos yo no lo había visto antes—Vas... ¿Vas a salir?

—¿Tengo que avisarte? —enarqué una ceja y el frunció el ceño.

—Mejor para mí, me siento más tranquilo cuando no estas cerca—no me estaba mirando así que una parte de mi sabía que no estaba hablando enserio.

—Volveré en un momento—no le di tiempo de responder y salí de una vez. Caminé un poco hasta alejarme lo suficiente—Bien Ethan, esto es importante—busque el número de Zeina y lo marque sin pensarlo, a esta hora ya no debería estar en la escuela.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora