Cap. 140

2.5K 306 67
                                    

Narra Ethan

Arrugue la vigésima hoja de mi vida. Nunca había sentido la necesidad de tirar tanto papel para crear una historia. Mi inspiración me había abandonado y ahora tenía problemas para terminar mi manga para el concurso. Eso sin mencionar que faltaba una semana con tres días para volver a casa y los exámenes me estaban jodiendo la existencia.

—Maldita sea...—susurré chocando mi frente con mi restirador.

Desde el incidente con Sammuel todo había ido para mal. No hablábamos y el ambiente se tornaba incomodo cuando estábamos en la misma habitación. Razón por la que no podía concentrarme. A este paso no podría participar y perdería la oportunidad de mi vida.

En ese instante la puerta se abrió y la causa de mis molestias iba entrando tan tranquilo mientras hablaba con su mejor amiga.

—Ya te dije que no Briana—quien sabe que le estaría pidiendo esta vez y no me interesaba.

— ¿Por qué no? Seria maravilloso.

—Porque yo no soy cantante—ahora si mi inspiración había muerto. De reojo los observaba y eso me dio algo de curiosidad y mil comentarios sarcásticos que preferí omitir.

—Yo pienso que lo haces muy bien.

—Yo solo soy actor. No sirvo para cantar. Cantar y bailar es algo que no me sale bien. Las artes corporales son tan variadas—Tal vez debería participar como chica, seguro engañaría a todos con ello—sé que no debo cerrarme. Pero es que actualmente soy un simple actor. Un musical no me aseguraría una beca—Olvide que era pobre.

—Pero es lo que todos harán. Destacarías más si te arriesgaras—se cruzó de brazos y yo decidí mirar a otro lado. No estaba de ánimos como para meterme en su tonta discusión. Pero para mi desgracia los seguía escuchando.

—Puede que tengas razón. Pero si mi actuación es brillante, me haría destacar. ¿No lo crees? Practico tantas horas como mi horario me lo permite—De mi parte no lo había escuchado practicas últimamente—Estoy durmiendo cuatro horas actualmente—De alguna forma eso me preocupaba y trataba que no se notara demasiado. Estúpido corazón y estúpidos sentimientos.

Decidí abrir uno de mis cajones y sacar mis audífonos. Entre menos contacto tuviera con él, pronto podría dejar de sentir. Como lo había hecho con Zeina, solo debía seguir adelante, como siempre lo hacía. Solo o no, debía seguir y la música me ayudaba a desconectarme de la realidad.

Narra Sammuel

La "discusión" con Briana se había alargado más de lo que me hubiera gustado y a final de cuentas no me había convencido de hacer un musical. Saqué un grueso libro del cajón de mi mesita de noche y lo mire. Era el libreto de lo que presentaría; bueno, por lo menos presentaría un fragmento de ello. Una bolita de papel llegó hasta mis pies y levanté la mirada, la dirigí hacía el autor de toda la basura en una parte de la habitación y suspiré.

Me levanté y puse la bolita en el bote de basura. Lo escuché bufar, frustrado. Nunca lo había visto/oído así, tan ofuscado.

Tomé otra bolita de papel del suelo y, por un segundo, sentí el impulso de lanzársela a la cabeza para después reírme de su malísima puntería. Pero eso es lo que hubiera hecho el yo de hace una semana, no el yo de ahora.

Boté la basura en la papelera y decidí irme de la habitación; si él llegaba a quitarse los audífonos y se daba cuenta de que yo estaba hi, seguramente el ambiente se volvería de lo más incómodo.

Tomé mi libreto y me dirigí a la puerta, le eché un último vistazo a ese idiota y suspiré. ¿En qué momento había decidido Dios que todo pasara de esta manera? ¿Cómo podía ser tan cruel? Sacudí la cabeza para sacar esas preguntas sin sentido de mi cabeza y salí definitivamente.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora