Capítulo 93 - Sección Prohibida

Zacznij od początku
                                    

PdV Lyra Malfoy

Desperté sobresaltada y con la cama vacía. Inmediatamente miré el reloj, las nueve menos veinticinco.

Era bastante temprano para que Severus se hubiera levantado sin mí. Levanté la cabeza, buscando algún rastro de él. Lo único que encontré fueron unas sábanas que aún conservaban algo de su calor.

"Se va a enterar" pensé apartando la fina sábana de lino de encima y levantándome. Cogí los pantalones cortos que se encontraban en la mesilla y entré al servicio.

Tras tirar de la cisterna me puse los pantalones y me paré por un segundo a mirar el reflejo en el espejo. La antigua camiseta de pijama de Severus, blanca con el escudo de nuestra casa en el pecho, me quedaba ridículamente grande, apenas se veían los pantalones.

Salí del cuarto y hasta mí llegó el olor a café recién hecho. Cualquier cosa que pasara en ese momento por mi mente fue reemplazada por hambre y gula. Como marioneta sin consciencia mis pies comenzaron a andar hasta el comedor, donde la cafetera humeaba aún. En la esquina de la mesa vislumbré al pelinegro.

- ¡Severus Snape! - este se sobresaltó ante mi grito, encogiéndose de hombros - Cómo te atreves a dejarme sola en la cama.

Entre a la sala decidida y al levantar la mirada me quedé paralizada. En la mesa se encontraban sentados los dos hermanos, quienes estaban volteados mirándome, y tras ellos Albus Dumbledore y Minerva McGonagall. Esta última tenía una expresión de severa.

Mi pulso se disparó, pero intenté mantener la compostura y me senté entre el pelinegro y el peliblanco.

Todos tenían frente a ellos una taza transparente de café, todos de distintos colores. De la nada apareció ante mí un café muy cargado y sin leche, tal y como me gustaba, y un pequeño brioche.

- Buenos días, Lyra - comentó amable Dumbledore.

- Buenos días - respondí cortés, como si la escena de apenas unos segundos no hubiese sucedido.

- ¿Por dónde íbamos? - el anciano miró en dirección al pelinegro.

- Porque la muestra de veneno es prácticamente idéntica a la cola de la quimera y no tiene nada que ver con una serpiente normal. También había en la muestra restos de esencia mágica.

- En definitiva, quieres encontrar una maldición que pueda convertir a un hombre en serpiente.

- Una mujer - especifiqué uniéndome al hilo de la conversación -, estas suelen estar más afectadas por las maldiciones sanguíneas. Eso amplía la búsqueda.

- Pero si estuviéramos hablando de una bestia, no sería capaz de hablar parsel - intervino McGonagall.

- Norm lo hace - respondí con simpleza. La quimera apareció en ese instante y se sentó en mi regazo.

- Minerva es aquí quien más conoce la sección prohibida, será de gran ayuda para buscar dentro de secciones. Los cuatro vamos a tener parece una larga mañana por delante - iba a quejarme de que me excluyeran, pero Albus continuó - Nikolaj, si quieres unirte serás bienvenido, pero no creo que quieras pasar tu único día a la semana libre entre libros que no te agradan y sin poder descansar.

- Bien, en quince minutos os espero en la biblioteca. Voy a activar la chimenea para que podáis ir directos al dormitorio.

En cuanto el anciano se puso de pie, su acompañante también lo hizo, dejando tras sí un incómodo silencio.

Me quedé mirando mi café fijamente, jamás algo tan sencillo me había parecido tan interesante. Escuchaba como Nikolaj, intentando hacer el menor ruido posible, dejó discretamente la estancia.

Dark Shadow ~Severus SnapeOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz