Capítulo 87 - Cruciatus

Comenzar desde el principio
                                    

Me levanté y acerqué a él ante la atenta mirada de Severus. Voldemort me tendió su propia varita.

- Se de primera que tienes una enorme cantidad de poder y ahora es solo tuyo - se colocó tras mi espalda y me rodeó con sus brazos, como si fuera a enseñarme como usar una varita -. Ahora muéstrame de lo que eres capaz - susurró mi oído alzando la varita en dirección a Severus.

El pelinegro cerró los ojos y respiró profundamente. La varita temblaba en mis manos.

- Querida, si no quieres que te castigue tendrás que hacer lo que yo te diga - colocó un mechón de mi pelo tras mi oreja - Empecemos con algo simple, repite conmigo: Crucio - abrí la boca, pero las palabras se quedaron atascadas en la garganta - No te escucho - con la mano que no sujetaba la varita atrapó mi cara y apretó sus dedos contra mi piel.

- Cru-Crucio - un débil haz de luz rojo salió de su varita.

Como no podía apartar la mirada cerré los ojos.

- Muy mal querida, aún está de pie. Severus tiene ya experiencia, no se doblegará si no le pones más ímpetu. Tienes de que desearlo.

- No puedo.

- Vaya, ¿le tienes cariño? Lyra, me voy a poner celoso, y como lo haga me desharé de cualquiera que sea un incordio para conseguir mi propósito. Supongo que Severus no te importará lo más mínimo en comparación de... Tu hermano, por ejemplo - apreté la varita con fuerza debido al asco que me estaba produciendo escucharlo- Eso está mejor. Ahora hazlo.

- Crucio - el rayo salió con mayor intensidad y velocidad que antes, impactando contra el pecho de la persona que amaba.

Cerré los ojos instintivamente.

- Oh, no, no, no. Esto tienes que verlo. Disfruta.

Abrí los ojos y vi a Severus de rodillas y apoyado sobre sus brazos. No se escuchaba nada, tampoco podía ver su rostro, eso no me tranquilizaba lo más mínimo.

Al poco vi sangre caer al suelo y me horroricé. ¿Cómo pude haber hecho yo aquello? Esa maldición no se realizaba correctamente si no lo sentías realmente y además con una varita ajena aminoraba drásticamente la potencia de cualquier hechizo.

- Oh si, lo has hecho muy bien - volvió a coger su varita -. Poco a poco irás disfrutándolo, aunque es mejor cuando gritan de dolor. Severus, nos vemos mañana, y te recuerdo que yo no seré tan blando como ella, aunque con semejante poder dudo que haya dejado el listón muy bajo, a pesar de las pocas ganas que le ha puesto. Nos veremos pronto querida.

Desapareció de allí sin dejar rastro alguno. Lentamente me acerqué al pelinegro y nada más tocarlo aparecimos en la Hilandera de nuevo.

Sin decir palabra se levantó ocultándome su rostro y se fue a la cocina. Al escuchar el grifo abierto fui a por él. Estaba enjuagándose la boca y salía bastante sangre.

Me aferré a la tela que cubría su espalda. Cuando terminó se dio la vuelta y agarró mis manos temblorosas.

- Tranquila - le escuché decir.

- Lo siento... - me rompí de nuevo ante él.

- No tenías opción - sonaba como si se estuviera intentando convencer a sí mismo.

- Nunca me lo perdonaré.

- Volvamos al castillo - se inclinó hacia el fregadero por última vez y escupió sangre.

- Déjame ver tu lengua - le pedí.

- No es nada - intentó quitarle importancia.

- Por favor... - le supliqué.

Dark Shadow ~Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora