CAPÍTULO 62

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POV POCHE

Había despertado hace un par de días, cada vez que estaba lúcida me alteraba demasiado, así que, decidí mantenerme calmada para evitar ser sedada de nuevo, no voy a mentir, mi mente aún estaba totalmente desubicada, es como si hubiese vivido dos vidas; solo recordaba aquella cabaña, el olor del café de esa mañana... aun puedo sentirlo, buscaba a Calle.

Calle...

Luego el disparo y es en ese momento en el que pierdo la noción de la realidad.

Soy María José Garzón, tengo 29 años, soy la CEO de Industrias Garzón.

¿Cuándo vería a Daniela?

Llevan demasiado tiempo haciéndome exámenes, hace unos minutos hablé con una mujer acerca de mis lagunas mentales y me dijo que era normal, que con el tiempo todo volvería a su sitio con ayuda de terapia.

- Señora Garzón- me había perdido tanto en mis pensamientos que no había notado la presencia de Cabello.

- ¿Dónde está Calle?- pregunté ansiosa.

- En la estación, ella literalmente vive allá y aquí en el hospital, cada vez que está aquí, tu estas profunda, pero vendrá luego- la mujer tenía una férula en el brazo derecho.

Asentí desganada.

- ¿Qué pasó con esa gente?- pregunte haciendo referencia al padre de Paula y a Villa.

Aun no me cabía en la cabeza que precisamente ella estuviese detrás de esto, no tenía motivos, no había necesidad, pudo acabar con mi vida en muchas ocasiones... tantas oportunidades, tantos momentos en los que estuvimos a solas.

Simplemente no lo entendía.

- Manuel Galindo está detenido y Laura...- las palabras habían quedado en el aire y de repente una punzada cruzó a través de mi pecho.

- ¿Qué pasó con Villa?- insistí con desesperación.

- Esta prófuga- su rostro serio no dejaba cabida a ninguna duda- hay dos agentes afuera custodiando las 24 horas, es peligrosa, tiene el mismo entrenamiento que la comandante y se sabe de sus amplias influencias- dijo la mujer con expresión gélida.

- Daniela la está buscando- pensé en voz alta y la que había sido mi jefa de seguridad asintió.

- Sabemos hasta ahora que el padre de paula le había dejado a ella una libreta de nombres a los cuales debía llamar en caso de necesitar ayuda, el de Villa encabezaba la lista, ella tenía un puesto importante en Washington y lo dejo en cuanto recibió el llamado.

- Pero ella dijo que en Washington nunca había podido ascender por el sexismo, que era una simple agente- dije con confusión.

- Y todos creímos eso, pero era capitana de la dependencia equivalente a la de Daniela en DC- Cabello se acercó a la cama mientras sacaba una grabadora del bolsillo de su chaqueta- escucha esto.

Presionó uno de los botones y la grabación empezó a correr.

"Fue seleccionada por Germán para hacer parte de ese grupo de niños criminales de élite, no contaba con que ya ella trabajaba para mí desde los quince, esas niñas de las calles son fáciles de convencer"

Esa era la voz del señor Galindo.

- Villa dio la orden a los Caballeros para que asesinaran a Mario, ella los convenció diciendo que él estaba detrás de Daniela, la comandante fue esa noche a liberarlo para capturarlo legalmente, ella lo golpeo porque él amenazó con matarte pero lo dejó con vida- era imposible de creer toda la situación.

- ¿Hizo todo eso solo por lealtad a Galindo?- pregunté incrédula.

Cabello negó.

- Hay razones de las cuales no puedo hablar pero te aseguro que a ella la movían otros hilos- la mujer guardó el aparato nuevamente en su bolsillo y se despidió con la promesa de estar afuera haciéndose aún, cargo de mi seguridad.

- Cabello- llamé antes de que cruzara por el umbral de la puerta- ¿También tú estabas en la lista de Paula?- pregunté esperando a que la respuesta fuese negativa.

- Lo estaba, pero le debo más a Germán y a Daniel, creo que Manuel lo supo, por eso recurrió a Villa y no a mí- ella sonrió y se levantó la camisa hasta dejar ver sus costillas.

Un caballero tatuado con las iniciales de mi prometida adornaba su piel.

Sonreí y asentí antes de que su rostro desapareciera de mi vista. El dolor de cabeza que sentía era demasiado desagradable pero no me podía quejar, si lo hacía corría el riesgo de que me administraran sedantes nuevamente y por nada del mundo quería estar dormida de nuevo.

Dos toques en la puerta me sobresaltaron y al instante mis ojos se quedaron pasmados ante la presencia de aquella mujer.

- Hola- su voz denotaba nerviosismo, uno que nunca le había escuchado, aquella mujer segura no estaba frente a mí, ahora lo único que veía era vulnerabilidad.

- Hola, respondí con media sonrisa estirando una de mis manos para hacer que se acercara.

Lo hizo...

- Lo siento- dijo mientras estrechaba su mano con la mía- no cumplí mis promesas, todo es un desastre.

- No tienes que disculparte, eres la menos culpable aquí, si hay alguien que debe pagar es tu padre- Paula sonrió con pereza mientras agachaba el rostro tratando de ocultar las lágrimas que amenazaban con salir.

-Liss


CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now