CAPÍTULO 45

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POV POCHE

La marea de pensamientos que inundaron mi cabeza me estaban ahogando literalmente, la mujer de mi vida estaba frente a mí, desmoronándose y yo estaba catatónica, no emitía mas sonidos aparte de los sollozos que se escapaban sin que pudiese hacer nada al respecto.

El anillo era hermoso y el zafiro vibraba gracias a mis temblorosas manos; Calle estaba en silencio presagiando quizá cosas equivocadas, no estaba lista para casarme, no ahora, no cuando corría el riesgo de que todo se arruinase, de que Daniela perdiera su empleo, de que la muerte me la arranque de los brazos pero si quería pasar el resto de mi vida con ella, si la amaba y estaba dispuesta a todo.

- María José...- volvió a susurrar frente a mí, sus pulgares secaron mis lágrimas dejando caer las suyas propias- dime algo, por favor- dijo suplicante mientras acariciaba mi rostro.

- Yo... yo- nada, no salía nada y me desesperaba no poder ser valiente para afrontar la situación.

- ¿Tú qué?- presionó la castaña- estoy muriendo Poché, necesito que me digas que estás pensando, necesito saber qué sientes, necesito saber si quier...- tapé su boca con una de mis manos, no podía dejar que lo preguntara, no podría negarme si lo hacía.

Así que la besé, la besé con toda la tristeza que mis labios me permitían y ella resignada me recibió igual de destruida.

- Quiero que lo conserves- dijo ella al separase un poco de mi boca, cerró la caja apretándola en mi mano, yo negaba con la cabeza- yo no puedo quedarme con el, haz lo que quieras, guárdalo, bótalo, regálalo, lo que desees- dijo con la voz quebrada.

Asentí finalmente, su teléfono interrumpió el momento y ella contesto de inmediato al ver de quien se trataba.

Se alejó un poco y en menos de treinta segundos estuvo de regreso.

Caminamos en silencio hasta la camioneta, quería hacerle saber a aquella castaña que la amaba demasiado, que me sentía muy estúpida por no aceptar, que mis miedos tontos estaban arruinando las cosas, que hiciésemos todo con discreción pero no pude, no pude volver a la realidad sino hasta que escuche cono Calle le ordenaba a Cabello que me llevara a la mansión y que le avisara en cuanto estuviese hecho, no impedí que cerrara la puerta dedicándome la mirada más triste que he podido ver en mi vida, no detuve el vehículo en cuanto empezó a andar, no pedí que dieran la vuelta y que volviésemos por ella, simplemente me quede ahí sentada en el asiento de atrás en silencio mientras acariciaba aquella caja en el bolsillo de la chaqueta de la mujer a la que le acababa de romper el corazón.

- Llegamos escuche la voz de cabello quien había abierto la puerta para mí, entramos a la gran casa y me encerré en el despacho, necesitaba liberar todo lo que sentía, necesitaba alcohol en mi sistema así que cometí quizá la mayor estupidez de mi vida.

- Vale- hable al escuchar como descolgaban- ¿estas libre?- le pregunte a mi hermana que haría en ese momento y al recibir como respuesta un "pensaba ir a verte" obtuve luz verde para invitarla a ir de fiesta.

Le informe a Cabello quien inmediatamente se negó pero le dije que no estaba negociando, que podía ir con o sin ella y a regañadientes aceptó, mi irrisoria actitud no me dejaba ver la magnitud del error que podía cometer con lo que estaba a punto de hacer pero en éste momento no me importaba mucho más que el presente.

Después de dos horas y siendo media noche llegamos al club, no a cualquier club, a Bloody Moon.

Si iba a cometer una estupidez debía ser dentro de mi zona de confort.

Carter se encontraba en la entrada de aquel lugar con una amplia sonrisa, hace mucho no frecuentaba el lugar y de verdad me alegraba verlo.

- Nos honra con su presencia- dijo el hombre rubio con la vista puesta en Cabello.

- No es para tanto Carter, espero no ser inoportuna pero ya sabes que necesito espacio en la zona VIP- Dije mientras tomaba la mano de Valentina.

El encargado del lugar asintió mientras ingresábamos al elevador, la música de aquel lugar ya me estaba poniendo en ambiente y no tardamos en llegar al exclusivo balcón con cualquier tipo de bebidas a nuestra disposición, Valentina estaba tomando un coctel virgen debido a su régimen dietario y yo, pues yo estaba que me tomaba hasta el agua del excusado.

- ¿Esa no es Daniela Calle?- escuché como mi hermana susurraba cerca de mí para que la espectacular morena sentada en mis piernas no pudiese oír.

Llevaba un buen rato coqueteando con aquella chica, no se sentía para nada bien pero no me podía controlar, simplemente estaba bajo el impulso de mi idiotez.

Mis ojos bajaron a la barra y ahí estaba ella, riendo y siendo feliz con quién sabe que zorra.

Me levante de inmediato casi tirando a aquella chica que termino por irse no sin antes dedicarme uno que otro improperio, me terminé la copa número... emmm.... No sé cuántas llevaba ya pero eran muchos Cosmopolitan.

Bajé por las escaleras hasta la pista de baile y de ahí a la barra, me acerque al par de mujeres y ferozmente me lance a los labios de Calle quien al percatarse de que se trataba de mi los recibió gustosa.

- Poché- dijo ella al separarme de forma un poco brusca de su boca- ¿Qué haces aquí?- dijo mirándome con reproche.

¿Aquí en el club o aquí interrumpiendo?

Era el colmo.

- Creo que la que debe responder preguntas eres tú, infiel- mi voz dejada por el rastro del licor le pareció cómica, una sonrisa prepotente se asomó en sus labios- ¿Quién es la zorra con la que estás?- pregunte aún ignorando la cercana presencia de aquella mujer quien parecía no inmutarse por mi comportamiento.

- María José- tensó su agarre en mis brazos- estas ebria, no sabes lo que estás diciendo ven te presento.

Me hizo girar en sus brazos para quedar frente a aquella mujer de cabello negro y traje ejecutivo.

- Nela, te presento a María José Garzón- dijo Calle y la mujer frente a mi ensancho una hermosa sonrisa mientras extendía su mano- María José, ella es Marianela González.

- ¿Entonces ya te acostaste con Daniela?- pregunté mientras estrechaba su mano, la mujer lejos de incomodarse miro a Calle de una forma que no me gusto para nada mientras sonreía.

- Bueno, si lo hubiese hecho no me apenaría decirlo- Dijo mirándome a los ojos, me estaba desafiando- pero lastimosamente no.

Estaba a punto de insultar a aquella mujer atrevida ¿Quién mierda se creía que era?

- Poché, creo que es hora de que vayas a casa- más que pedirlo lo estaba ordenando.

- Por supuesto- dije- pero tú vienes conmigo- sentencie.

- No puedo dejar tirada a Nela, yo la invite y yo debo llevarla a su casa- el pisotón que di en el piso debió escucharse hasta en china.

- Cabello la puede llevar- presioné.

- Ya te dije que no, estás aquí con valentina, no la puedes dejar tirada- dijo ella con la voz gélida, si sabía que estaba con Vale era porque me había visto y si me había visto seguramente también vio toda la escena con aquella morena.

- Calle- dije mientras intentaba abrazarla.

- Calle nada, ya me queda muy claro porque no quieres compromisos María José y te advierto que este juego lo podemos jugar las dos- dijo mientras asentía con dirección al ascensor y a los pocos segundos Cabello estaba detrás de mí.

- ¿Piensas dejarme ir sola para quedarte con ella?- pregunté al borde de las lágrimas.

- Tú me dejaste sola en el muelle, no me pediste que me fuera contigo ¿Por qué debería hacerlo ahora?- esa pregunta había terminado conmigo, no tenía nada que reprochar, Calle tenía toda la razón y yo no pretendía seguir discutiendo por eso, simplemente me deje llevar por Cabello como lo había hecho hace un par de horas.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant