CAPÍTULO 4

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POV POCHÉ

Eran casi las 5 de la tarde cuando decidí que debía volver a casa, los recuerdos me estaban matando, ver a Calle me había descompuesto aún más que lo que pasó con Thompson, eso ya era mucho para soportar, todo era tan borroso ahora, solo recordaba mis lágrimas cayendo y mi confianza haciéndose pedazos- no seré más la niña a la que puede controlar y lastimar- me dije a mi misma.

*Flashback*

Estaba sentada en la primera fila de la clase, como siempre, cuando sentí una fuerza magnética que atrajo mi mirada, levante la cabeza y ahí estaba ella, tan perfecta con el bomber de la preparatoria y unos leggins negros que solo acentuaban sus piernas, estaba en el equipo de softball, lo sé por qué iba a todos los partidos solo para verla, cuando me percaté de que llevaba demasiado tiempo observándola fue muy tarde, ya tenía sus ojos avellana viéndome de forma misteriosa, ¡rayos!, me ha pillado y sé que me he puesto roja... rápidamente desvié la mirada volviendo a mi libro.

La clase ha sido aburrida, cuando sonó el timbre todos salieron tan rápido como pudieron, yo mientras tanto esperaba a que se calmara el alboroto, sentí una mano en mi hombro y mis fosas nasales se inundaron de un olor a vainilla mezclado sutilmente con el tabaco, conocía perfectamente esa combinación.

-Poché- escuche mi nombre ser pronunciado por una voz dulce y rasgada. Me puse de pie y estuve frente a frente con la chica que rondaba en mi mente.

-Daniela- Susurre tímidamente, ella me dio una sonrisa ladeada, debe pensar que soy una rara, quizá solo viene a pedirme que deje de mirarla como estúpida.

-Yo quería, bueno, quería pedirte un favor- dijo mientras se mordía el labio y ya yo estaba literalmente derretida, ¡¡que alguien venga a recogerme con un trapeador!!

-Cla... claro, ummmm, dime, ¿qué favor... necesitas?- está sonriendo, maldita sea, se está burlando de mí, debe pensar que soy una retrasada.

-Bueno, lo que sucede es que me he dejado la libreta en el casillero y no he podido anotar nada, creí que tú... bueno, podrías pasarme tus apuntes- no podía dejar de mirar sus labios, solo quería saber si eran tan carnosos como se ven.

-¿Mis apuntes?- pregunte sorprendida, Daniela Calle y yo hemos tenido casi las mismas clases desde el jardín de niños y jamás de los jamases se había acercado a pedir apuntes, ella era cool y popular, no es que yo no lo fuese, es decir, mi familia tenía mucho poder en la zona, todos querían ser mis amigos pero yo no confiaba en nadie, siempre fui solitaria, todo lo contrario de Daniela, ella siempre había sido más extrovertida, con muchos amigos, atlética e inteligente, era perfecta aunque cargaba un aire de misterio.

-Sí, tus apuntes, claro, si no te molesta- ladeo la cabeza esperando una respuesta y mis piernas se volvieron gelatina, dios si así me pongo con una mirada tierna como será con... Joder.

-Si- me apresure a responder y ella me observo con confusión- es decir sí, me molesta, bueno más bien no me molesta, si te los puedo prestar- su rostro era un auténtico poema y yo sabía que estaba haciendo el ridículo... oh! Dioses de las vergüenzas, no me ayuden mucho...

- Esta bien... bueno, ¿eso es un sí?- pregunto aun con confusión y yo solo me limite a extenderle la libreta en la que había estado escribiendo en clase para no seguir hablando y haciendo el ridículo.

-Gracias, prometo devolverlo mañana en la primera hora- me dio un guiño y salió del aula dejándome ahí, ahora si estando segura de que me tendrían que recoger con un trapeador y además necesitando un cambio de bragas.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz