CAPÍTULO 52

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POV POCHÉ

Habíamos pasado rápidamente a un centro comercial para conseguir un teléfono para Daniela que tuviese el mismo número, ahora nos dirigíamos al supuesto lugar clasificado en que nos quedaríamos en lo que concluye la investigación.

No sé porque esta carretera se había convertido en un camino que frecuentemente tomaba, era como un lugar simbólico ya que en ella tuve la experiencia con mayor adrenalina de mi adolescencia, aquella carrera en la que Calle resulto ganadora y fue esa misma noche en la que nos tuvimos por primera vez.

- ¿Falta mucho, amor?- le pregunté a la castaña apretando su mano sobre la palanca, la había sujetado durante todo el trayecto, Calle por su parte no había apartado su mirada de aquel anillo que relucía brillante e imponente en mi dedo anular, sabía que debíamos hablar de eso pero también sabía que ese gesto significaba más que todas las palabras que pudieran salir de mi boca.

- No, mía, ya casi llegamos- me respondió subiendo su mirada a mis ojos por un leve instante devolviendo su atención a la carretera de tierra.

- ¿Tuya?- pregunté sonriendo sin poder contener mi emoción.

- Mía, María José- su sonrisa ladeada se asomó derritiéndome, el efecto Calle era demasiado para mí- ¿entonces soy tu prometida?- preguntó con un poco de emoción.

- Si aún no te has arrepentido de querer casarte conmigo- tan pronto como terminé de hablar sentí el impulso que el frenazo del auto había provocado, Daniela se había detenido en seco.

Su rostro estaba serio y me miraba con incredulidad, la mujer a mi lado se bajó del auto para rodearlo y abrir mi puerta, me desabrocho el cinturón para tomar mi mano y ayudarme a bajar.

No podía entender lo que estaba pasando su cabeza, mucho menos entendí cuando se arrodillo frente a mí.

- Sé que ya tienes el anillo puesto y que quizá no tiene caso hacer esto pero; María José... nuestra historia comenzó hace mucho y acabo muy rápido por causas del desastre pero, que te quede claro que lo que más anhelo es casarme contigo, que seas mi esposa, tener un perrito juntas, quizá hijos si quieres, hijos que lleven las pecas que adornan tu hermosa cara, con tus sentimientos- de las pocas veces que había visto llorar a Calle, ninguna había sido de felicidad y era lo más hermoso del mundo.

Me arrodille frente a ella tomando sus mejillas, seque sus lágrimas mientras las mías empezaban a caer como cascadas.

- No sé qué hice para merecer tanto- susurré y la bese, fue más juntar suavemente nuestros labios y así nos quedamos un buen rato- yo debería proponerte matrimonio- le dije abrazándola.

- Nos merecemos mutuamente por seguir luchando, por querer estar juntas aunque los pronósticos predigan que la tormenta nos pisa los talones, tenemos magia y esa magia nos mantiene unidas- Estábamos llorando, desahogándonos, estaba demasiado sensible por la muerte de Carter y luego la de mi secretaria, estaba demasiado aterrada de que Calle sea la siguiente, estaba a punto de subirla al Jet y llevármela lejos a un lugar en el que nos pudiésemos casar y olvidar todo pero sabía que la tranquilidad seria momentánea.

- Quiero todo contigo, un perro gordo y lleno de amor que se llame Ramón, hijos que tengan tu valentía y esa sonrisa prepotente que me enamora- la castaña se separó de mí y me ayudo a levantar haciendo lo mismo.

- Me aseguraré de eso- dijo mientras me ponía nuevamente el cinturón de seguridad, ella dio la vuelta y volvió a su lugar para seguir el camino a un lugar que seguía siendo desconocido para mí.

Después de unos minutos más andando salimos por un lateral de la carretera que recordaba, sabía que por ahí quedaba la cabaña que paula nos prestó el día de la carrera, pasamos de largo aquel lugar y más o menos a un kilómetro nos adentramos por un camino angosto lleno de flora frondosa, detrás de todos aquellos árboles se encontraba una hermosa casa, tenía pinta de haber sido remodelada recientemente ya que aunque contaba con el mismo frente de la cabaña de Galindo se podían ver la diferencia con respecto a la imagen de la misma.

- ¿Te gusta?- preguntó Daniela sacándome del trance en el que había entrado.

Asentí sonriendo mientras aparcábamos de la parte de atrás del lugar dentro de un cubículo que se cerró mientras bajábamos del auto; caminamos hacia unas pequeñas escalinatas por las que subimos adentrándonos en el pequeño patio elevado del lugar.

- ¿Es tuya?- cuestioné con curiosidad, sabía que Calle no era precisamente pobre pero también sabía que era un poco más sencilla en estas cuestiones.

- Es de ustedes- una voz masculina demasiado familiar retumbo a nuestras espaldas- regalo de bodas adelantado- sonreí y gire para ver como la castaña alcanzaba los brazos de su tío, junto a él estaba la tal Nela sonriendo.

- No tenías que hacerlo, Daniel- nos saludamos con un apretón de manos, aun no tenía la suficiente confianza.

- Espero que te guste, de ti depende que a mi ratona le guste también- dijo soltando una carcajada que nos contagió.

Después de saludar a la abogada y disculparme con ella por el numerito que le hice en el club, ella y Daniel se despidieron alegando que tenían mucho por hacer y que debíamos descansar.

Con mi prometida cenamos y nos sentamos luego en el sofá de la amplia sala, según Daniela, los vidrios eran inteligentes y a prueba de balas, se polarizaban por medio de un comando de voz al igual que las luces.

- ¿Cuál es el plan?- pregunté después de haber llegado al tema de nuestra estadía en el lugar.

- El plan es permanecer aquí mientras Villa se encarga de buscar el posible rastro del padre de Paula.

- Podría trabajar desde aquí si tuviese una laptop- dije mientras acariciaba el cabello de la castaña, ella estaba acostada en el sofá con su cabeza sobre mis piernas.

- Estoy segura de que hay una por aquí, mañana nos encargamos de eso- asentí, ya casi debía ser media noche- creemos que tu secretaria era la persona infiltrada en la empresa- confesó mirándome a los ojos esperando ver una reacción.

No me inmuté, a decir verdad, la actitud de la mujer últimamente se había tornado extraña, justamente hoy me entere de que no tenía familia, por lo menos no una cercana como ella decía, en su móvil solo tenía un número registrado y cuando lo marcamos aparecía fuera del área de cobertura.

- Puede ser- me animé a responder- ella conocía todo de industrias Garzón, desde la hora en la que se hace descargue de la mercancía hasta los puntos ciegos de las cámaras- dije meditando todo el riesgo que corrí teniendo a una persona que trabajaba con el enemigo así de cerca.

- No creo que ella sea la única infiltrada- la comandante se levantó del sofá y empezó a caminar de un lado para otro de forma lenta- por eso solo dos personas saben dónde estamos, aparte de Daniel y Nela- confeso.

- ¿Quién más lo sabe?- pregunté intrigada.

- Alba y Paula- respondió.

- Juraba que Villa lo sabía- confesé.

- No puedo confiar al cien por ciento en nadie mas- respondió con pesar- quisiera no desconfiar de Laura pero hay algo en su actitud que no me deja hacerlo del todo.

La observé esperando a que me explicara, ella soltó un suspiro y se sentó de nuevo a mi lado para comenzar a contarme a cerca de sus sospechas.

AnonimousCache  fue la primera persona en adivinar.
<3

-Liss

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now