CAPÍTULO 48

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POV DANIELA CALLE

- No, Comandante, no podemos hacer eso- decía Villa mientras trataba de contactar a Galindo- Poner la alerta en las noticias nos restaría ventaja.

- ¿Qué clase de ventaja?- pregunté con la ira emergiendo de mi cuerpo- María José está en peligro, no tiene cordón de seguridad.

- Pero eso es algo que solo sabemos nosotras- intervino Cabello- Alertar en los noticiarios si sería ponerla en peligro, para el hijo de puta que les ha estado persiguiendo no sería difícil encontrarla.

La presión que sentía en ese momento no me dejaba pensar, no estaba sopesando los riesgos de las opciones que teníamos y me estaba dejando dominar por la frustración.

Villa, la jefecita de seguridad y yo habíamos decidido salir de la estación y atrincherarnos en la habitación de hotel en la que me estaba quedando desde que abandone el apartamento que compartía con la que hasta hace pocos días fue mi mejor amiga.

- ¿No contesta?- pregunté con desesperación a la pelinegra quien negó de inmediato.

Mi mente no se detenía, pensaba en los mil y un escenarios en los que Poché pudiese estar en riesgo y eso obviamente no me estaba ayudando a pensar con claridad; mi teléfono llevaba un rato vibrando dentro del bolsillo de mi pantalón y no lo noté hasta que las dos mujeres frente a mí me lo hicieron saber.

- Calle- contesté si ver el identificador.

- Jefa- era la voz de Villalobos- no hay rastros de Galindo, todo está revuelto, hay papeles por todos lados y las habitaciones están hechas un desastre- no puede estar pasando esto.

- Voy saliendo para allá- colgué sin dejar que me respondieran del otro lado.

- ¿Qué sucede?- preguntó Laura viendo cómo me ponía el blazer.

- Paula no está en el apartamento, hay señales de entrada forzosa- dije mientras me dirigía a la puerta con las dos mujeres detrás de mí- no les voy a decir que es lo que pienso porque supongo que también lo tienen en mente.

- ¿Crees que la reunión que tuvieron esta mañana tiene que ver?- preguntó Cabello mientras entrabamos al ascensor.

- Da la casualidad que se encuentran por la mañana y luego María José llega sin previo aviso a mi oficina- dije mientras trataba de conectar todos los puntos en mi mente- Matu Garcés- susurré.

Ya había hablado con ellas acerca del incidente por el cual Poché había decidido desaparecer, tenía el asunto dándome vueltas en la cabeza y las acusaciones de Garcés no lo hacían más sencillo.

- ¿Crees que Galindo te tendió una trampa?- Villa me miraba con recelo mientras que Cabello solo guardaba silencio, si ella me hubiese avisado de la pronta llegada de la peli azul probablemente todo se hubiese podido evitar.

¿Por qué Poché insistió en que no me dijeran que se dirigía a la estación?

No encuentro ninguna respuesta que no me lleve hasta Paula, Garcés admitió haber recibido órdenes precisas de ella y de su padre el día en el que María José me encontró en una situación comprometedora con otra, que hasta hoy me enteré de qué se trataba de Matu.

- Estoy casi segura de eso- dije mientras caminábamos hasta la Jeep- es imposible que las cosas pasen dos veces de un mismo modo.

Estábamos a unos cuantos metros del vehículo pero no pudimos llegar, el olor a gasolina inundaba mis fosas nasales y el aturdimiento no me dejaba enfocar la vista, todo fue demasiado rápido quizá mucho para gusto de quien sea que nos haya querido explotar.

Como pude me senté mientras buscaba a tientas mi arma, no sabía con seguridad lo que había pasado pero necesitaba estar preparada en caso de que algo más sucediera.

Buscaba a mis acompañantes con desesperación pero el humo y el fuego solo hacían la tarea más difícil; las sirenas eran lo único que podía escuchar de fondo junto con un pitido ensordecedor que no me dejaba si quiera hablar.

- ¡Calle!- escuchaba como me llamaban a lo lejos en repetidas ocasiones pero no podía distinguir la dirección de los gritos- mírame Calle- sentí unas manos frías sobre mis mejillas- escucha mi voz y enfócate en mi- era Cabello, ella estaba frente a mí con el rostro ensangrentado.

- ¿Estas bien?- pregunté en medio de mi confusión- ¿Dónde está Villa?

- La lleve hasta el otro lado del edificio- contesto la morena mientras me ayudaba a levantar- ¿estas herida?- no lo sabía, no sentía nada.

Laura estaba tendida en el suelo, levante su cabeza como pude para acomodarla entre mis piernas y la mujer que nos había cubierto estaba de pie apuntando en cada dirección que se le ocurría; poco a poco mis sentidos fueron orientándose.

Las patrullas nos rodearon mientras apuntaban, Cabello no bajaba la guardia y los oficiales gritaban cada vez más fuerte pidiendo que alzara las manos y tirase el arma, como pude acomode a Villa sobre la pared y me levante lentamente indicándole a los agentes que sacaría mi placa del bolsillo, al ver mi identidad bajaron las armas no sin que antes la morena bajase la suya.

- ¿Comandante, puede decirnos que paso?- negué ante la pregunta del oficial que se había acercado a tomar mi declaración.

Lo observé un rato sin muchas ganas de explicar demasiado.

- Creo que el auto en llamas muestra lo evidente- respondí con un tono de desprecio.

El hombre asintió y procedió a revisar a la mujer que seguía inconsciente, Cabello seguía mirando a todos los rincones que se encontraba, su actitud era muy extraña pero decidí no tomarlo en cuenta, ahora lo importante era saber cómo había llegado una jodida bomba a mi auto.

Mi bolsillo empezó a vibrar y supe que era mi móvil, al sacarlo de aquel lugar noté que la mitad de la pantalla había quedado con líneas negras a lo largo de la misma.

Un mensaje de texto que me costó demasiado tiempo descifrar estaba en la bandeja de entrada, era una dirección, dirección que conocía demasiado bien.

Caminé disimuladamente hasta la esquina de la siguiente cuadra esquivando a los oficiales que pasaban frente a mí, necesitaba llegar a aquel lugar con urgencia así que tomé un taxi al estar alejada del tumulto de gente.

-

- ¿Tienes algo?- pregunté al encontrar a aquella persona de espaldas admirando una de las bodegas abandonadas a la orilla de aquella carretera de tierra.

- Recuerdo cada una de las carreras que ganaste- su voz melancólica toco recuerdos de la difícil adolescencia que aún me perseguía- sé que no confías en mí, pero créeme cuando te digo que lo único que estoy tratando de hacer es ayudar- me removía incomoda intercambiando el peso entre mis piernas.

- Necesito que me des algo, debo volver cuanto antes- presioné.

- No tengo certeza aun, pero todo indica que un muerto está persiguiéndoles, necesitas exhumar tres cadáveres- dicho esto aquella silueta desapareció del lugar subiéndose a un auto sin placas.

No me había dicho a quienes debía exhumar pero tampoco era necesario que lo hiciera, ya tenía en mente los tres nombres que necesitaba.

- Liss

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now