CONTRA EL TIEMPO (Caché)

CAPITULO 73

POV POCHÉ

Una semana había transcurrido desde la ultima vez que vi a Daniela, una semana en la que estuve envuelta en pensamientos contradictorios, ganas de buscarla, ganas de desaparecer, ganas de besarla. aún no tenia el valor de deshacerme de los anillos que ella me había puesto, simplemente no podía. 

Valentina no se había separado de mi en ningún momento, sabía que estaba dejando de lado su trabajo y sus compromisos pero tampoco tuve las agallas de pedirle que retomara su vida, aún la necesitaba. 

Un día después de abandonar aquella casa y de dormir lo suficiente como para estar lucida de nuevo. Hablé con Cabello, le había puesto las cartas sobre la mesa con respecto a su trabajo, no tenía dudas, ella era la mejor para ésto, ya nos conocíamos y además era demasiado responsable, pero no podía darme el lujo de que Daniela aún tuviese control sobre lo que significaba mi seguridad, nuestra conversación fue corta pero llegamos a un acuerdo.

Le pedí que decidiera, seguiría trabajando con Calle y Galindo o trabajaba directamente para mi, no recibiría mas ordenes de aquellas mujeres, no les diría nada y para asegurarme le extendí un contrato aquella tarde, contrato que contenía cláusulas de privacidad, le di dos días para pensarlo pero ella lo firmó minutos después de leerlo, me entregó el documento no sin antes lanzar una frase que me dejaría pensando.

"No es ético que yo me haga cargo de tu seguridad, pero se que no estarías mejor con otra persona, hace mucho mi lealtad esta contigo"

Después de eso no hemos hablado mas, no ha habido necesidad, no he salido del pequeño apartamento que consiguió Vale y por ahora no pretendía hacerlo.

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- ¿Y si salimos a cenar?- preguntó mi hermana a media tarde mientras veíamos una serie a la que no le estaba prestando atención.

Últimamente estaba haciendo eso, dejaba la tv encendida para que el ruido inundara mis vacíos mentales.

- No se Vale, no creo que sea buena idea- contesté tratando de acomodarme mejor entre las cobijas.

- Vamos bebé, tengo mucha hambre y estoy harta del domicilio- dijo ella haciendo un gesto de desaprobación.

La miré durante unos segundos esperando a que cambiase de opinión pero finalmente cedí ante sus pretensiones.

- ¿Qué se te antoja?- dije mientras me levantaba con pesar de la cama y caminaba hasta el baño.

Ella chillo de emoción mientras me decía opciones cada cinco segundos.

Supongo que salir a despejarme no estaría tan mal después de todo.

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Estábamos dentro de aquel restaurante italiano con una terraza elevada espectacular, ya habíamos ordenado y mientras Valentina seguía discutiendo el hecho de que Cabello le había denegado la invitación a sentarse con nosotras yo estaba mirando fijamente la espalda de una mujer sentada a unas cuantas mesas de nosotras, ya sabia quien era, pero estaba rogándole a Dios internamente que no notara nuestra presencia.

- Cabello es un poco rígida, con mucha suerte consigo que me haga caso - respondí ante todos los reproches que me estaba haciendo mi hermana por no ordenarle a mi jefa de seguridad que se sentara con nosotras en lugar de estar en una esquina de aquella terraza.

La comida finalmente había llegado y mientras charlábamos pude desviar mis pensamientos de la presencia de aquella mujer. decidimos pedir una botella del vino que habíamos tomado para acompañar la cena y hablamos de muchas cosas mientras las copas se rellenaban, pronto yo estaba sonriendo genuinamente al recordar la rivalidad que tenia con mi casi gemela cuando éramos mas jóvenes, tener la aprobación de Juan Carlos era una prioridad en la mansión.