CAPITULO 12

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POV PAULA GALINDO

No sé en qué momento la situación se me había salido de las manos, hasta ahora había logrado mantener a Calle al margen de nuestros fantasmas del pasado, de las quimeras que nos persiguen pero sabía que en algún momento mis cartas dejarían de ser tan eficaces, ahora tuve que sacar el primer as de la manga.

Era poco más de la una y cuarenta de la madrugada, estaba sentada frente a un escritorio viendo unas imágenes en la pantalla gigante al otro lado de la habitación, había construido un bunker privado en una de las bodegas abandonadas a las afueras de la ciudad, pasaba completamente desapercibido ya que por fuera seguía teniendo la misma apariencia que cuando lo compre pero por dentro ya era otra cosa, en el primer piso había un garaje al cual solo tenías acceso con una clave, de lo contrario solo lograras ingresar pasando una serie de trampas algo mortales.
Este sitio era custodiado por otra persona durante el día, además de la vigilancia permanente de una serie de cámaras ubicadas a dos kilómetros a la redonda, sensores de movimiento y un monitoreo aéreo, sí, soy un poco paranoica pero la información y una serie de artefactos que tengo en mi poder lo ameritan.

Debo pensar bien que es lo que debo decirle a María José, ella estaba sumergida completamente en este lio y tenía el derecho de saberlo pero demasiada información tampoco sería muy buena, si le contaba todo me expondría a mí y a mi aliado en esta guerra y no es lo que necesito.

Escuche un pitido, al instante las imágenes que estaban reflejadas en la pantalla desaparecieron, ahora se mostraba la señal en directo de las primeras cámaras de seguridad ubicadas en el camino, una motocicleta había ingresado a la zona cercana del bunker, si es la persona que estoy esperando me dará la señal al llegar a la entrada de la bodega, espere unos minutos, la motocicleta fue estacionada y de inmediato hizo un cambio de luces, tres veces para ser más exactas, era Poché, le permití el acceso oprimiendo un botón del escritorio, las tres puertas fueron abiertas y las trampas codificadas.

La mujer condujo hasta estar dentro, bajo de la moto y retiro el casco que cubría su cabeza, hable por el alto parlante.
- Ve a las escaleras que están detrás de la pared frente a ti, sube, es la primera puerta- ordené.

La peliazul asintió e hizo el camino que le indique, abrí la puerta corrediza de metal dejando ver a la mujer con un rostro sorprendido.

- Buenas noches, Garzón- salude- adelante y toma asiento.

- Buenas noches, Galindo, debo admitir que no esperaba mucho al ver la fachada de este lugar, pero vaya que me sorprendí.

- La idea es que nadie note que estamos aquí- respondí con una sonrisa.

- Necesito saber, tienes un bloqueador de señales y ondas telefónicas ¿no?- Preguntó.

- Si, lo tengo, ¿Cómo lo supiste?- pregunté sorprendida.

- Mi reloj electrónico dejo de funcionar a tres kilómetros de aquí- respondió- pero eso no es importante, me dejaste muchas dudas en el hospital, ¿Por qué estoy aquí?

- Quieres ir directo al grano entonces- ella asintió- está bien, pensé que esto que está sucediendo pasaría más adelante y no ahora, me refiero al robo de tu empresa- vi que sus ojos se ampliaron un poco, pero ella logro mantener su compostura aunque sus dedos estaban apretando fuertemente el brazo de la silla.

- ¿Cómo podías saber del robo de la empresa? ¿Tuviste algo que ver?- cuestionó calmadamente.

- No, no tengo absolutamente nada que ver con eso, pero mi oponente en esta guerra si, como puedes ver estoy muy bien equipada, con artículos de tu empresa y de tus aliados en el extranjero, dependo de tu tecnología, ¿Por qué me convendría que cayera en manos de otras personas?

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now