CAPÍTULO 49.1

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POV DANIELA CALLE

Al volver al sitio de la explosión encontré a una Laura consciente y a Cabello hablando por teléfono, necesitaba hablar con alguien de mi entera confianza y me queda claro que estas dos mujeres en este momento no lo son.

Solo un nombre me venía a la cabeza.

Alba Paul Ferrer.

Eran aproximadamente las tres de la tarde y sabía que no podía moverme más de aquel lugar sin que resultase sospechoso, estaba exhausta y los signos del maltrato habían empezado a aparecer en mi cuerpo, las extremidades me dolían, mis sienes palpitaban alocadamente; los oficiales acordonaron la zona para recolectar evidencia, los restos de la Jeep fueron trasladados a la oficina forense para ser evaluados pero a estas alturas dudaba de que pudiesen encontrar algo.

Después de los cuestionamientos y demás preguntas del comisionado que llevaba el caso de la muerte de Ruiz del cual aún no había sido descartada del todo, nunca pudieron hacer la conexión y tampoco pudieron retenerme gracias a Nela, ella había sido mi salvadora en todo ese asunto por el que aún me acosaba aquel hombre.

El solo hecho de pensar en la exhumación de los cadáveres de aquellos hombres me estaba dando duro, quería con todas mis fuerzas que los restos de Germán estuviesen ahí, en ese ataúd desgastado aunque algo muy pequeño dentro de mí anhelaba verlo de nuevo y solucionar nuestros problemas, que estuviese aquí guiándome en toda esta mierda, pero, lo preferí muerto que culpable; debía resolver esa situación por mí misma, sin otros policías ya que ni yo sabía con qué me iba a encontrar.

Por otro lado estaba el tema de María José, no sabía dónde estaba y aunque me pesaba sabía que en parte era mi culpa toda esta estúpida situación, tuve todo delante de mis narices y nunca me di cuenta de nada, pedirle que se casara conmigo fue demasiado apresurado pero fue el mismo miedo a que se marchara el que me hizo actuar de forma precipitada.

Sabía que solo había una persona que podía darme respuestas y le buscaría porque seguramente también tenía a poche, encargarse de arruinar su vida había sido su tarea desde hace mucho y ahora no sería la excepción.

No tenía auto y necesitaba hacer todo por mi cuenta así que, en cuanto los hombres de Cabello llegaron nos fuimos hasta la mansión, Villa se había ido a la estación para preparar el informe de lo sucedido y se lo agradecía, sabía que estaba prácticamente haciendo todo mi trabajo pero ella sabía las circunstancias que me impedían estar al cien.

- Iré a cambiarme de ropa y de paso llamaré a Lauren- se excusó Cabello entrando a la mansión- asentí mientras observaba el cigarrillo temblando entre mis dedos, estaba más alterada e lo que quería y me era imposible controlar los impulsos de mi cuerpo y fueron esos mismos impulsos los que me hicieron recordar.

Hace un tiempo logré ver unas coordenadas en el cuarto de Paula, coordenadas que en ese momento no había entendido pero estuve tantas veces en ese lugar.

Apagué el cigarrillo con la suela del zapato y camine hasta donde recordaba que estaba el garaje, necesitaba algo para movilizarme y rápido; afuera de aquel lugar había una Ducati idéntica a la que tenía en mi adolescencia, no lo dude, forcé el encendido cortando y conectando algunos cables, me subí y salí de aquel lugar como alma que lleva el diablo.

-

Forzaba mis ojos mientras atravesaba nuevamente aquel camino de tierra, tenía cada una de las veces en las que paula había fingido ayudarme en la cabeza, ella solo buscaba hundirme, la que consideraba mi hermana había estado saboteándome siempre y la prueba de ello es Matu Garcés.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now