CAPÍTULO 39

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POV PAULA GALINDO

La marea de emociones que me invadían en este momento me tenían muda, estaba sentada en un sillón del living con mi mejor amiga frente a mí aún de píe, caminaba de un lado a otro tratando de calmarse, la conozco tanto como para saber que ésta situación se le salía de las manos y ella odiaba no tener el control de las cosas.

- Daniela, me estas mareando- dije sin levantar la mirada del tapete, ella tomo asiento en la mesita frente a mí con las manos apretando sus rodillas.

- ¿Y bien?- preguntó exasperada.

- Calle, quiero que sepas que nuestra amistad es lo más importante para mi después de mi familia, eres mi hermana...- ella bufó mientras rodaba los ojos- no estoy mintiendo; hice las cosas que hice para protegerte...

- ¿Proteger, Paula?- sus manos pasaban frenéticamente por su cuero cabelludo- yo no necesitaba tu protección, necesitaba tu sinceridad, eso hacen las hermanas, confían la una en la otra.

- No podía decirlo, no es tan fácil como parece, nuestros padres estuvieron de acuerdo en contarme las cosas porque tú estabas enculada con Garzón- solté mirándola por primera vez a la cara, su rostro estaba rojo de la ira.

- Nuestros padres... Paula, tú estabas de acuerdo con la relación que mantenía con María José, muchas veces fuiste mi cómplice, sabías que la amaba, que la amo... nuestros padres fueron unos egoístas de mierda- se levantó de la mesa para ir al mini bar y sacar la primera botella que encontró, le dio un trago largo mientras regresaba a su posición inicial.

- Ellos solo querían el bienestar de ustedes y por lo mismo las dejaron estar aún con todo el riesgo que eso implicaba Daniela- soltó una sonora carcajada- es cierto aunque no lo quieras aceptar, siempre fuiste una rebelde con todas esas mierdas de las carreras, las drogas ¿y así esperabas que ellos se fiaran de ti?- su mandíbula se tensó.

- Al parecer ya no tienes ni puta idea de mis sentimientos en ese entonces, tú eras perfecta paula, presidente estudiantil, notas perfectas, siempre fuiste un prospecto, mi padre estaba constantemente comparándome contigo y nunca hubo un reproche de mi parte ¡Maldita sea!- El golpe que le dio a la mesa con la botella me hizo estremecer- yo me sentía orgullosa de ser tu mejor amiga, tu hermana.

- Calle...- traté de hablar.

- ¡CÁLLATE!- gritó- cierra la puta boca, no te atrevas a hablar si es para criticar mi comportamiento de hace años, sabías la presión con la que lidiaba por ser hija de el Gran capitán Germán Calle, mi padre pensaba lo peor de mí, nunca estuvo orgulloso, nunca fue a ninguno de mis partidos, el arruino mi oportunidad de una beca deportiva porque según él yo debía seguir sus pasos, tú fuiste libre de elegir tu profesión y diablos, amo ser parte de la policía, pero no tuve elección.

- Lo siento Calle, yo...- quise de razonar con ella.

- Tú nada, me vas a contar exactamente todo lo que sabes y después hablaremos de nosotras, o lo que queda de eso- sus ojos destellaban de toda la ira que tenía contenida.

Suspiré audiblemente mientras organizaba las ideas en mi mente, nunca estuvo entre mis planes contarle esto a Daniela ahora, quizá nunca pero sabía que debía hacerlo.

Empecé hablándole de la cercanía que tuvieron el señor Calle, juan Carlos Garzón y mi padre, me remonte a lo unidas que eran nuestras familias y que todo el embrollo en el que estábamos metidas se debía a nuestros abuelos, su "trabajo" en Colombia y todo el dinero que se robaron producto de actividades ilícitas.

....

- ¿Entonces supones que la persona que está detrás de todos los ataques a Garzón tiene que ver con la mujer misteriosa de la fotografía?- preguntó para darle otro trago a la botella de tequila

- Estoy casi segura de que es así- afirmé sin titubear; escuchar la risa cínica de Daniela me sobresaltó, la miré con cara de no entender y ella masajeo su frente mientras sonreía.

- Tu teoría es buena, pero no es acertada, te puedo asegurar que esa mujer no tiene nada que ver, bueno, si tiene que ver pero no como piensas- dijo sin dudas, sabía que Calle tenía alguna idea de todo lo que estaba pasando, pero al parecer en este momento contaba con más información de la que yo pude obtener durante todos estos años.

- ¿Cómo puedes estar tan segura?- me atreví a preguntar.

- Hay cosas que ignoras por lo que veo, pero no es algo de lo que desee hablar ahora y teniendo en cuenta que en estos momentos no tienes más información de la que puedo tener yo, doy esta charla por terminada- Daniela se levantó de la mesa tambaleándose un poco, se había bajado media botella en menos de una hora y eso es mucho aun para ella.

- ¿Podemos hablar entonces de nosotras?- pregunté tímidamente, no quería presionarla.

- Mañana buscare un lugar donde quedarme- me quedé helada, sabía que esto traería consecuencias pero no sabía hasta qué punto y definitivamente esto no era lo que esperaba- necesito tiempo lejos de ti para considerar si puedo perdonarte, realmente ahora no puedo confiar ni en el aire que respiro a tu lado- cada palabra me destruía un poco más.

- Dani... no... no tienes que irte, esta es tu casa también- me puse de pie para acercarme a la mujer que ahora me daba la espalda- escucha, podemos salir de esto, lo vamos a superar- traté de convencerla.

- ¿Cómo superas tantos años de mierdas ocultas? ¿Tantos años de tener un rastreador en tu cuello pensando que era un regalo sincero? Estabas controlándome la vida desde los 17 y yo no caí en cuenta, ¿si quiera me consideras realmente tu amiga?- todos sus cuestionamientos me mataban, tenía toda la razón, pero mierda, ella no tenía idea en este momento, ella ha sido mi única amiga.

- Las cosas no debían ser así, escúchame- mi voz sonaba desesperada, la vi dirigirse a la puerta y estirar la mano hacia el perchero para tomar su chaqueta- te necesito conmigo, debemos trabajar juntas para enfrentar todo esto, tenemos un oportunidad de vencer a quien sea que nos esté tratando de joder.

- Ese es el problema Pau, a mí ya me jodiste tú- sus ojos vidriosos me hicieron caer en cuenta, la había lastimado demasiado.

- No te vayas, hablemos, lo vamos a solucionar- sujetaba su hombro frenéticamente mientras trataba de evitar que abriera la puerta- no me puedes dejar sola.

- Suéltame, paula- su voz gélida se plantó frente a mi desesperación que no me permitía deshacer mi agarre- QUE ME SUELTES- Rugió mientras estrellaba la botella contra la pared, solo pude divisar los cristales esparciéndose a nuestro alrededor y un líquido mojándome levemente.

- Joder, tía- No se en que momento pero Alba llego al lado de Daniela tomando su mano con cuidado, solo en ese instante me percaté de que estaba llena de sangre- venga, debemos ir a un hospital.

La española cubrió la mano de Calle con su chamarra mientras dejaban el apartamento, no pude moverme, no pude hacer nada más que escuchar como los sollozos iban en aumento.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Where stories live. Discover now