Especial 19: Bakugou Katsuki.

11K 1.5K 436
                                    

Especial 160k lecturas.

—¿Seguro que esto no duele? —preguntaste al rubio mientras te ponías los protectores por todo el cuerpo. Bakugou refunfuñó irritado al escuchar por 5ta vez la misma pregunta—. Digo, tenemos protección, ¿pero qué pasa si llega justo en la piel? ¿Tienen atención médica acá? ¿O me protegeras tú?

—¡Cállate! —gritó harto de tantas preguntas, pero tú lo único que hiciste fue poner mala cara.

—¡Nadie me viene a callar, perro rabioso! —refutaste con un insulto a lo que Katsuki apretó los dientes. Sus miradas de odio no se hicieron esperar—. Eres... Solo te pregunté lo básico.

Bakugou desesperó y salió del cuarto de cambio. Suspiraste frustrada y terminaste de cambiarte para luego salir donde se encontraba el chico.

El juego consistía en 4 grupos de tres personas, con una pistola de pintura correspondiente para cada integrante. Lo único que tenías que hacer era pintar al equipo contrario y dejarlo eliminado. El ganador era el último equipo en pie o quién llegara al centro del laberinto primero, pues el terreno era un laberinto con 4 entradas y con la base al centro de este mismo.

—Preparados, —Se escuchó por el megáfono alguien hablar, tu equipo consistía del rubio, otro chico pelinegro y tú—, listo, —Tragaste en seco, sabías que hacer equipo con el rubio era mala idea, pues nunca escuchaba—, ¡Empiecen!

Los tres entraron corriendo por los pasillos del laberinto, los primeros minutos no era más que seguir y buscar el camino correcto, pero cuando empezabas a adentrarte más, mayor era la probabilidad de toparte con alguien. Algunos decidían estar juntos, otros separarse.

—¡¿A dónde vas?! —preguntaste al chico al verlo ir por otro camino. Bakugou no te contestó y salió corriendo dirección contraria.

Dudaste si seguirlo o no, pero al final decidiste por ir en su misma dirección. Escuchaste la voz del otro chico gritándoles, pero tu solo tratabas de no perder de vista al rubio. Pero en una intersección el giró a la izquierda, cosa que hiciste igualmente, lo que no pudiste hacer después fue encontrarlo.

—¿A dónde se fue? —Tenías tres caminos al frente tuyo, y no sabías en cual se había ido Bakugou—. Estúpido oxigenado.

Decidiste ir por el camino de en medio, corriendo y rezando que ningún otro grupo se te apareciera de sorpresa. Empezaste a doblar por otra vía, pero empezaste a escuchar murmullos al doblar. Te pusiste nerviosa y te escondiste, al parecer estaban peleando dos grupos de equipos diferentes.

Derepente sentiste como sujetaron tu hombro, diste un pequeño grito agudo y tomaste tu pistola rápidamente apuntando al otro chico, quién era el pelinegro de tu equipo. Bajaste el arma suspirando de los nervios.

—Perdón por asustarte —susurró, pues se había dado cuenta que doblando la esquina estaban peleando—, ¿tu novio no está contigo?

Lo miraste avergonzada, negaste ante su pregunta.

—No es mi novio... —respondiste. Dejaste de hablar al escuchar pasos y los dos retrocedieron un par de pasos.

Dos chicas aparecieron y ambos empezaron a disparar bañandolas en pintura, habían sido eliminadas por ustedes. Te giraste hacia el chico y chocaron los cincos felices.

—Sigamos —dijo el pelinegro corriendo a tu lado—, por cierto, soy Inuoka. —Se presentó, asentiste y miraste al frente.

—[Nombre] —dijiste.

Ambos siguieron, pero ahora más alertas. El laberinto podía ser grande, pero era fácil llegar al centro. Un par de metros más adelante se encontraron con otro tipo, pero este estaba lleno de pintura, era una alerta de que alguien estaba cerca. O que Katsuki podría ser.

—¡Mira! —gritó el chico apuntando al frente. Estaban en un pasillo largo con varios caminos en perpendicular, pero al fondo de este se encontraba lo que era un claro, un espacio despejado, pues era el centro—. ¡Si llegamos ganamos!

Asentiste, pero no estabas segura de correr, pues era bajar las defensas y aún era peligroso cantar victoria; pero tu compañero de equipo hizo lo opuesto y empezó a correr por el pasillo. Lo seguiste un poco alejada.

De uno de los camino cruzados salieron 3 chicos y empezaron a dispararle sin piedad, quedando lleno de pintura y fuera del juego. No habías alcanzado a reaccionar, más que esconderte en uno de los pasillos.

Te vieron y apuntaron hacia ti, pero uno de ellos se llenó de pintura desde atrás, Bakugou había llegado justo a tiempo eliminando uno de tres, ahora era 2v2. Apuntaste al enemigo y le disparaste antes de que se diera cuenta, quedando solo uno.

Avanzaste donde Bakugou para estar más cerca, pero eso te hizo blanco del chico del otro equipo, disparandote. Paraste esperando el impacto, pero no llegó.

Te fijaste que Bakugou te había protegido de la pintura con su cuerpo. Te quedaste parada mirándolo.

—¡No me mires, estúpida! ¡¡Corre y gana esta mierda!!

Te sorprendiste y asentiste ante su grito. Corriste directamente a la meta, pero el otro chico empezó a disparar a lo loco tratando de darte, aunque sin resultado. Dejó de disparar y empezó a correr, estaba detrás de ti.

Eras un blanco fácil, así que te paraste y rápidamente le diste una bala de pintura directo en el pecho, estaba eliminado. Volviste a correr antes de que cualquier otro jugador llegara y te eliminara.

Justo cuando pasaste por el arco de madera, una alarma sonó por todo el lugar, anunciando ganador.

—¡¡Ganamos!! —gritaste saltando de alegría. A lo lejos venía caminando el rubio y más atrás venía corriendo el pelinegro—. ¡Ganamos! —gritaste feliz.

Antes de que Bakugou se acercara, Inuoka llegó y te abrazó, levantándote del suelo y haciéndote girar. Reíste, pues estaba entusiasmado igual que tú. Luego te dejó en el suelo, sin soltar tu cintura.

Todo era paz hasta que Katsuki tomó del cuello al chico y lo separó de ti.

—Apartate, raro —habló enojado mientras lo soltaba.

—¡Katsuki! No seas así. —Recriminaste por su actitud. El rubio te miró y se acercó a ti—. No tienes que ser tan idio...

No te dejó terminar por el beso que te estaba dando. Era extraño que estuviese mostrando sentimientos frente a otras personas, pero lo aprovecharias. Se separaron, y el rubio se alejó no sin antes hablar.

—Bien hecho.

Te quedaste pensativa, para luego sonreír por su actitud. Qué Bakugou te agradeciera era como un premio, pero el beso era el regalo máximo.

Fuiste detrás de él, esperando que te dijese otra vez esas palabras mágicas.

Citas a ciegas [One Shots | BNHA]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang