Especial 12: Yamada Hizashi.

9.3K 1K 519
                                    

Especial 80k lecturas.

—¡Oh! ¡[Nombre], llegaste! ¡Pasa, pasa! ¿No te perdiste por el camino?

—Hola, Hizashi. Y no, no me perdí —reiste ante su comentario mientras entrabas a su casa.

Desde que entraste a estudiar para ser profesora de inglés, tu tutor ha sido Yamada, quién impartía clases en la prestigiosa UA. Lo conociste gracias a la aplicación de citas, aunque sólo han salido como amigos más que nada. Tenías en mente que él, siendo un pro héroe y profesor a la vez, no tenía tiempo para el amor, y eso te cagaba un poco. Hace poco que empezabas a ponerte nerviosa cada vez que se acercaba y todo iba porque te estaba gustando.

—¿Cómo te ha ido en las clases, pequeña [Nombre]? —preguntó cuando ya los dos estaban sentados en la sala de estar. Pusiste una cara de frustración—. Creo que no tan bien, ¿No?

—Estoy a punto de terminar el último semestre, y aún no consigo dónde hacer mi práctica profesional.

Hizashi después de que le contaste eso, se echó a reír, cosa que hizo que te taparas los oídos, su risa siempre había sido un alboroto. Te quedaste mirándolo sin entender por qué su reacción.

—¡Perdón, querida [Nombre]! Pero si tenías un problema así, pudiste decirme y yo te ayudaba.

—¿De verdad? —Este asintió con una sonrisa, pero cambió a asombro cuando te tiraste encima de él en un abrazo—. ¡En serio muchas gracias, Hizashi! ¡No sé qué haría sin ti!

Lo apretujaste mucho más fuerte, estar tan cerca de él te hacía sentir mariposas en el estómago. No ibas a desperdiciar esta cercanía.

—Ah, jajaja. ¡[Nombre], estás muy cariñosa! —gritó devolviéndote el abrazo—. Si esto sigue así, otra va a ser la situación, Yeah.

Durante el abrazo mantenías los ojos cerrados, pero cuando dijo eso los abriste como huevo frito. Te separaste de él para mirarlo atónita, sabías a lo que se refería. Tus mejillas se volvieron rojas cuando viste como las de él empezaron a cambiar de color también.

—¿Eh, yo dije eso? —dijo desviando la mirada y rascándose la cabeza. Se levantó rápidamente del sillón y se fue como un rayo a la cocina—. ¡Iré por algo de comer! —gritó antes de desaparecer.

Tu cuerpo no reaccionaba a lo que él había comentado, tal vez solo fue un comentario errado, pero no dejabas de pensar el cómo sería lo que dijo.

De una te golpeaste las mejillas con la palma de las manos, dando un sonoro estruendo. Tenías que dejar de pensar en eso, habías ido porque te invitó a pasar un rato juntos como amigos.

Suspiraste renegada, no te gustaba eso de solo amigos.

—¡Volví! —gritó entrando a la sala con una bandeja llena de dulces y galletas—. Sé que te gusta el azúcar, así que te traje esto.

—Muchas gracias —susurraste tomando una galleta.

El ambiente estaba raro. Hizashi no era alguien que estuviera callado mucho tiempo, pero ahora mismo parecía una tumba. Volviste a sacar otra galleta cuando terminaste la primera, lo único que podías hacer era comer y sentirte incómoda.

—Hizashi —llamaste después de tragar la comida, este te miró inclinando la cabeza—. De nuevo, muchas gracias por tu ayuda.

Trataste a animar el ambiente, querías al Hizashi hablador, no al callado.

—Aw, pequeña [Nombre] —dijo posando su mano en tu hombro—. ¡Sabes que puedes contar conmigo siempre, yeah!

Reíste por ese "Yeah", siempre era gracioso escucharlo.

Siguieron comiendo, ahora un poco más animados. Le hacías preguntar sobre sus clases o sus estudiantes, y él te preguntaba sobre tu vida amorosa.

—¿Y, conociste a alguien en tus clases? —dijo acomodándose como vieja chismosa en el sillón. Esta era una de las cosas que amabas y odiabas de él.

Te quedaste pensando en que contestar, si conociste a varios pero nadie como él.

—Conocí a alguien, pero no por mis clases directamente.

—¿What? ¿Cómo así? —preguntó tomando una posición extraña, dejando ver una mueca.

Tus manos empezaron a sudar, no sabías si decirle lo que sentías o no. Podía salir bien, o podías pasar la vergüenza más grande referente al amor.

—Bueno... Es un poco hiperactivo, le gusta la música y cantar, aunque lo haga mal —reíste al recordar cómo tarareaba el héroe—. A veces es gritón, bueno, siempre es gritón. —Yamada se puso pensativo, como si todo lo que le decías le hiciese familiar—. Tiene el pelo rubio y parece un rockero, aunque de eso no tiene nada. Habla inglés, es profesor y un gran héroe.

Hizashi se quedó callado, procesando todo lo que le dijiste sobre quién era ese alguien que te tenía enamorada. Cuando por fin entendió todos tus dichos, levantó la mirada, viéndote por encima de sus lentes.

Tu sonrojo no podía ser más notorio, al final igual le dijiste indirectamente lo que sentías. No esperabas nada a cambio, solo que no fuera tan malo.

—Eso no me lo esperaba —dijo arreglando sus lentes que se habían deslizado—. Yo siempre pensé que me veías solo como un amigo.

—Al principio era así, y me gustaba pasar tiempo contigo, pero ahora...

Te quedaste callada mirando tus manos, no tenías más palabras.

De repente sentiste como el chico te daba un golpe en la espalda y te abrazaba de costado. Tosiste ahogada por el golpe tan seco.

—¡Hey! ¿Por qué esa cara? ¡No te he dicho nada y ya supones! —Levantaste la mirada, y te quedaste cara a cara cuando giraste tu cabeza a su dirección—. ¡Y pensaba que el friendzoneado era yo! Jajajaja. —Después de ese comentario, su semblante carismático cambio a uno relajado y calmado.

—¿Friendzoneado? —Comprendiste lo que trató de decir, le gustabas pero también tenía miedo de decirlo por que pensaba que solo lo veías como amigo—. Me siento estúpida.

El chico se rio, cosa que hizo nuevamente que te taparas los oídos.

—¿Y ahora? —preguntó con una gran sonrisa en su rostro. Te acercaste a él y le diste un beso en la comisura de sus labios, este se sorprendió pero no dejó de sonreír. Te abrazó mientras te daba un beso en la nuca—. Eso me agrada.

Ahora que los dos sabían los sentimientos del otro, cualquier cosa podía pasar, y más si estaban en su casa, pero esa es otra historia...

Citas a ciegas [One Shots | BNHA]Where stories live. Discover now