Especial 17: Kirishima Eijirou.

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—¡Eijirou, ya destápame los ojos! —gritaste al pelirrojo tratando de soltarte con tus manos—. ¿Dónde me trajiste?

Sentiste como el chico te tomó de las manos y te arrastró un poco más hacia el frente, solo podías escuchar el bullicio de la gente y los gritos por todas partes. Kirishima te había traído vendada de los ojos con un pañuelo de él, pues quería que fuese una sorpresa su cita; gracias a eso tuvieron que explicar varias veces que no estabas siendo raptada, sino que solo era una sorpresita de parte de él.

Agarraste con firmeza las manos del estudiante de UA, apoyándote más en su brazo fornido para no caer al suelo por no poder ver nada. Pararon de repente, y dejaste de sentir al chico al lado, ahora estaba atrás des-amarrando el nudo del pañuelo.

—¡Qué tal? —gritó dejándote ver la gran entrada al frente tuyo cuando tus ojos se acostumbraron a la luz; te asombraste al ver a dónde te había traído.

—¡¡¿Tokyo DisneySea?!! —Tu reacción fue despavorida. Kirishima dejó de sonreír al verte tan exaltada.

—¿Acaso no te gustó mi sorpresa? —dijo en un tono decaído.

Lo miraste rápidamente y negaste con fuerza, no querías que pensara que estabas siendo mal agradecida o algo por el estilo; pero sabías que las entradas no eran muy baratas que digamos, y que él te diera ese regalo sorpresa solo porque sí, te apenaba de sobremanera.

—No no no, Eijirou. —Trataste de explicarle—. Si me gustó que me trajeras a un parque acuático, pero no era necesario venir aquí. Sé que es caro y...

—¡Y yo quería darte lo mejor! —exclamó sin dejarte terminar de hablar. Lo miraste avergonzada, pero le diste una sonrisa para que se tranquilizase. Eijirou al ver tu sonrisa sonrió de igual manera, tomó tus manos entre las suyas, aún con el pañuelo en estas, y las elevó entre ustedes—. Por favor, déjame consentirte.

Al ver su insistencia para que entraran, asentiste feliz y emocionada. Iba a ser tu primera vez dentro de un parque como ese.

—Está bien, pero —dijiste soltando tus manos de las suyas y atrapando su brazo apoyándote en el— déjame compensarte después.

—¡Seguro!

Después de esa conversación, decidieron por entrar al parque temático. Cada que pasaban por una atracción mirabas impactada todo, algunos con emoción y otros con terror.

Fueron paseando primeramente para revisar cuáles eran las atracciones con menos gente, y cuáles eran las más cotizadas. Aunque había uno que definitivamente querías subirte.

—Con razón me pediste que trajera un cambio de ropa. —Pensabas que irían a la playa o algo parecido, pero esto era mejor que todo lo demás. Kirishima sonrió mostrando sus afilados dientes.

—No te lo esperabas, ¿verdad? —rio suave cuando negaste con la cabeza. Te soltaste de su brazo y él te sujetó la mano entrelazandolas—. ¿Ya sabes dónde quieres ir?

Te quedaste pensando en cuál de las decenas de actividades ir primero, todas tenían sus pro y contras.

—Vamos a esa. —Apuntaste al lado derecho del chico, empujándolo hasta allá también.

Era una rueda giratoria que te mojaba los pies cuando se doblaba. Esperaron en la fila hasta que pronto era su turno, los dos se sentaron al lado del otro, pues todos los asientos estaban uno al lado del otro.

La atracción empezó a funcionar, y empezaron a girar y a girar mientras iba subiendo el juego, hasta que un momento empezó a posicionarse en forma diagonal, siendo así como en un momento estaban en lo más alto o en lo más bajo mojandose los pies.

Después de un par de minutos se bajaron de la atracción y salieron a buscar sus zapatillas, que tuvieron que sacarse antes de subir para no mojarlas.

—¡Estuvo divertido!

—Sí, ¡pero ahora hay que ir a uno más fuerte! —comentaste emocionada formando puños con tus manos, Kirishima asintió feliz y ambos fueron directamente a la atracción más alta.

Era un tobogán, donde podías subirte a un inflable redondo y bajabas dejándote llevar por la corriente hasta una piscina de gran magnitud. Ambos esperaban impacientes hasta que su turno fuese el siguiente.

—Qué nervios —susurraste al darte cuenta ya en la cúspide la gran altura que tenía la infraestructura, apretaste nerviosa la mano del pelirrojo, haciendo que se diera cuenta de tus temblores.

—Hey, [Nombre] —llamó. Alzaste la vista para mirarlo—. Si no quieres subir, podemos desistir —dijo dando una opción, pero sabías que todo el tiempo de espera que pasaron hasta llegar allá arriba no iba a volver, y mejor era solo tirarse. Le sonreíste al chico mostrando seguridad.

—No te preocupes, Eijirou —dijiste avanzando junto a él hasta el segundo puesto en la fila—. Estoy bien.

Kirishima asintió y sonrió ante tu valentía por querer seguir. Los llamaron para subir en el flotador, era con una capacidad de dos personas, una atrás y una adelante. Miraste a Eijirou y luego decidiste por sentarte adelante.

—¿Estás bien ahí? —preguntó preocupado mientras se subía atrás tuyo—. Aún podemos cambiar...

Negaste con la cabeza, estabas decidida en ser la primera, así ya no tendrías miedo para la segunda ronda.

—Estoy bien. —Te afirmaste de los costados donde existían manijas para sujetarse. Podías sentir el aliento del chico en tu cuello y como sus piernas se enredaban con las tuyas. Cerraste los ojos tranquilizandote para luego abrirlos de inmediato—. Que estés conmigo me reconforta.

El pelirrojo iba a hablar, pero decidió por solo afirmarse antes de que el trabajador los empujara por el tobogán de agua.

Salieron disparados desde arriba, lo único que podían ver era el tubo azul que los rodeaba y el agua caer bajo ustedes. Tus gritos y los del chico eran uno solo, a veces cerrabas los ojos del miedo pero volvías a abrirlos sin desistir. Ya casi al final, sentiste como las manos de Kirishima te afirmaron de la cintura con fuerza y te acercaban a el.

—¡Sujetate! —gritó antes de que salieran del tubo al aire, y a la piscina. Fue tanto el impacto de la balsa que se dio vuelta, tirándolos al agua.

Asomaste la cabeza buscando oxígeno, y te encontraste con Kirishima al frente tuyo. Nadó un poco para estar más cerca.

—¡Eso fue peligroso, Eijirou! —Le salpicaste con la mano un poco de agua, pues al momento que se soltó para abrazarte fue cuando la balsa se desestabilizó y cayeron. Kirishima solo reía mientras trataba de defenderse de tus ataques de agua.

—¡Pero fue divertido! —gritó acercándose y tomándote de la cintura bajo el agua. Le golpeaste varias veces el pecho para que te soltara, pero en ningún momento lo hizo.

Dejaste tus manos en su pecho, mirandolo con su cabello caído por el peso del agua. Te ruborizaste al pensar en lo guapo que se miraba, y desviaste la mirada hacia un par de niños jugando en el agua.

—[Nombre] —llamó Kirishima para que lo mirases. Hiciste caso, solo para darte cuenta de como juntó sus labios con los tuyos en un beso corto. Tus mejillas empezaron a calentarse de la vergüenza, mientras que el pelirrojo solo reía por tu cara—, te quiero.

Te escondiste en su cuello para que no viera en el manojo de nervios que eras ahora, pero sentías las vibraciones de su risa alegre. Seguían abrazados uno del otro, y sin dejar de disfrutar el momento cerraste los ojos dejándote llevar por él.

—Yo también te quiero.

Citas a ciegas [One Shots | BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora