CAPITULO 1

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POV DANIELA CALLE

Un rayo de sol atravesaba la ventana de mi habitación "Mierda", olvide cerrar las persianas la noche anterior, me dije, como no iba a olvidarlo, sentí una punzada en la sien producto de la resaca por mi desliz de anoche, hacía mucho tiempo que estaba controlando la bebida, pero ayer realmente necesitaba un trago, o dos, o tres... qué más da. Me dirigí al baño para hacer mi aseo matutino, tenía mucho que hacer esa mañana, había resuelto un caso de violación y la verdad es que fue agotador, el maldito había abusado de su propia sobrina, su hermana, la madre de la niña fue cómplice de tan atroz crimen, con un marido borracho, un hogar derrotado, ella descargaba su ira en la pequeña niña de ocho años, de tan solo recordar las declaraciones de aquel cerdo mi mente se nublaba, nunca había lidiado con psicópatas de esa clase, sin remordimiento y con satisfacción de su premio, la virginidad de una niña que quizá jamás se recuperaría de tan terrible experiencia, sacudí la cabeza y aleje esos recuerdos de mi cabeza, necesitaba tener la mente fresca.

Salí de la ducha con un albornoz, mi cabello aún estaba húmedo y resbalaban gotas de agua a través de mi rostro, deslice la mano dentro del closet escogiendo una camisa blanca e impecable, como siempre, pantalones negros, botines del mismo color, use el secador para retirar el exceso de humedad en mi cabello, me vestí y di un vistazo al gran espejo frente a la cama, observe con minuciosidad mi reflejo buscando cualquier imperfección en mi atuendo, todo estaba bien, baje las escaleras hacia la sala de estar donde ya estaba mi compañera de piso.

-Buen día cariño- bese la frente de la mujer rubia sentada en el sofá.

-Buen día, zorra- Respondió con una sonrisa pícara.

-No sé cuándo nos perdimos el respeto en esta relación- Bufé fingiendo enojo, la verdad es que amaba a esa tonta, Paula y yo somos mejores amigas desde que estábamos en pañales, nuestros padres eran grandes amigos, ambos sirvieron en el departamento de policía de los Ángeles en el cual ahora laboro yo, Paula por su parte había elegido un camino similar, era abogada penalista y de las mejores, abrió su propio Buffet en honor a nuestros padres, "Galindo & Calle", dos hombres que lucharon para proteger y servir.

-Vamos Calle, ¿desde cuándo andas tan sentimental?, ¿todo bien con tu periodo?- Dijo mostrando sus dientes perfectos- Sabemos lo insoportable que te pones cuando llega la marea roja- seguía provocándome, mientras yo vaciaba un poco de leche en mi plato de cereales.

-JA, parece que alguien está demasiado animada esta mañana, ¿con quién te acostaste anoche?- lance desde la mesa de la cocina donde estaba sentada desayunando, recibí una mirada juguetona por parte de la rubia y por poco escupo todo el cereal que tenía en la boca, trague y tosí fuerte mientras me incorporaba rápidamente- Joder, ¿sigue aquí?- me baje de la mesa acercándome a la chica que solo se burlaba de mi curiosidad, hacia año y medio que Paula había terminado su compromiso con el imbécil de Juan Pablo Zurita y desde entonces no hubo cabida para el romance en su vida- Responde, pendeja- lance emocionada.

-No, no sé de qué rayos hablas Calle, estás loca- salió de la cocina aun sonriendo, oh si, conocía esa sonrisa, mi flaca estaba jodida por alguien.

-Vamos Pau, sé que te dieron una buena follada anoche, aunque no lo quieras admitir- camine hacia la chica de ojos Cafés, siempre me habían gustado sus ojos, eran como un mar profundo lleno de secretos- por ahora tendré que tragar mi curiosidad, debo ir a la estación, pero esto no se quedara así- deje un beso en su mejilla y descolgué mi chaqueta de cuero negra del perchero- Nos vemos en la noche nena.

-¡¡Patea unos cuantos traseros Calle!!- Grito antes de que cerrara la puerta del apartamento.

Hacia 10 años que vivíamos juntas, yo estaba a punto del colapso cuando ella apareció en mi juramento de bandera, no pude estar más feliz, mi día estaba completo.

*Flashback*

- Ya madre, arrugas mi uniforme- suspire para luego sonreírle a la mujer que se encontraba abrazándome emocionada.

-Ay hija, tienes que entenderme, no todos los días te conviertes en policía, tu padre amaría verte con ese uniforme- me dio una mirada melancólica.

- Lo se madre- solté tratando de ocultar que mi garganta estaba rasgada, dios! Estaba tan feliz y triste a la vez

- Felicidades, chica rara- escuche una voz muy familiar detrás de mí- te queda realmente bien ese pantalón, ese culazo JODER!!- cuando gire sobre mis talones pude ver esos ojos marrones.

-Paula Galindo- grite y nos fundimos en un abrazo- ¿Cuándo volviste?- pregunte sorprendida, la rubia había partido a Massachusetts a encaminar su carrera de derecho luego de ser admitida en Harvard, siempre nos mantuvimos en contacto pero verla aquí era una total sorpresa.

-¿Creías que me iba a perder tu primer día con ese sexy uniforme?- me dio una sonrisa cálida mientras me analizaba de pies a cabeza- Sabes que a papá le hubiese encantado estar aquí, así que, vine en representación de toda la familia, mamá te manda muchos abrazos, dice que está orgullosa- dijo con un brillo especial en los ojos mientras me extendía una caja negra alargada.

-Dios Galindo, ¿Cuándo te volviste tan sentimental?- dije sonriendo- No tenías que traerme nada, de verdad- remarque.

-Oh vamos, acéptalo, te encantara- dijo mientras ponía la caja en mis manos.

La mire con insistencia pero me dio una sonrisa, abrí la caja y lo que vi me erizo la piel, dos placas de plata, una con el nombre y nomenclatura de mi padre y la otra con los mismos datos del padre de Paula, estaban sujetados de una cadena igualmente de plata, no pude contener la emoción y sentí una lagrima rodar por mi mejilla, rápidamente sentí como alguien la limpiaba.

-Proteger y servir Daniela, estamos orgullosos de ti, ellos también lo están- susurro Pau con la voz entrecortada, nos abrazamos, no habían palabras para decir en ese momento, solo nuestros corazones siendo entregados.

*Fin Flashback*

Salí del edificio, busque mi auto con la mirada en el parqueadero, había olvidado donde lo dejé estacionado anoche, apreté el botón del mando con la llave para escuchar a mi BMW m3 desbloquearse, entre al auto y saque el arma de la guantera, guardándola en la funda que tenía en el costado a un lado de mi brazo derecho, Salí a la carretera con la voz de Amy Winehouse sonando a través de los parlantes pensando en el largo día que me esperaba.

Entre a la estación con un café que había conseguido en el camino, salude a la agente en recepción y me dirigí a mi oficina, tan pronto como me senté, escuche dos toques en la puerta.

-Adelante Villalobos- Suspire, viendo a mi compañero asomarse con un semblante serio.

-¿Qué sucede?- pregunte tomando un sorno de café.

- Tenemos un caso, asesinato- dijo, pero su tono era un poco preocupante.

-Rayos, yo esperaba un día tranquilo- me levante del escritorio caminando hacia la puerta- ¿Dónde fue?- pregunte.

-En Industrias Garzón- respondió el castaño frente a mí, mierda, esa era la cereza que completaba el pastel, este día sería interesante después de todo.

- Creo que alguien no estará feliz con los titulares del noticiario- suspire antes de salir de la oficina seguida por Sebastián Villalobos, mi compañero desde hace 2 años.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora