-Stark ignora todo esto Pietro. Lo hacen para controlarnos. Y estamos cayendo en su trampa. ¿No te das cuenta?
-Mientes.- soltó de repente, haciendo que ella lo mirara incrédula.- Me quieres engañar.
-¡¿Es en serio?!- alzó la voz.- ¡¿Crees que soy capaz de engañar a la persona que más me importa?!
-¡Si te importara no habrías puesto a Wanda en riesgo!
-¡Solo hice lo mejor para ella!
-¡Solo arruinaste su vida al igual que la tuya!- ella retrocedió. No podía creerlo.- Tu hermana firmó los acuerdos para protegerte, pero tú quieres hacer lo que te da la gana y para no sentirte sola también arrastras a la mía.
-No tienes idea de lo que dices Maximoff. ¡Tú no sabes nada sobre mí!
-¡Sé que si no hubieras nacido tu madre y tu padre estarían vivos y los acuerdos no existirían por ti! - listo. Acababa de tocar fondo. Lentamente, el corazón de Morganna se destrozó, y se hizo evidente cuando soltó un sollozo y la ventana explotó envuelta en fuego. Ni siquiera la velocidad de Pietro lo pudo salvar de aquel violento ataque que sufrió a manos de la muchacha envuelta en un aura de dolor. Chocó de espaldas contra el muro y vio que la chica lo miraba con ira. Y por un momento pensó que lo mataría. Pero no.
-No te mataré. No soy tan cruel como tú.- y no la vio más.
*Tiempo normal*
El camino hacia su destino se le antojó inexistente. Toda su cabeza estaba centrada en recordar. Después de la guerra civil todos se habían separado. Por lo que sabía, a ella le habían hecho algo después de atraparla pero su hermana Natasha la había liberado, y ambas habían desaparecido... Hasta la llegada de Thanos. Donde obligadamente tuvieron que volver a verse. Donde por su tonto orgullo no pudo reconocer frente a ella que tenía razón. Donde su indiferencia solo provocó que el corazón de Anna se lastimara más. Todo el equipo se había enterado de sus acciones y ahora le dirigían un silencioso reproche, y él solo podía culparla. Pero al mismo tiempo una minúscula parte de su alma le agradecía por haber salvado a Wanda de aquel infierno que por desgracia ella tuvo que pagar. Solo cuando Natasha, harta de ver la tensa relación que llevaban entre sí decidió encarar al corredor y contarle la historia de su hermana antes de golpearlo dos veces con el puño, solo ahí él se animó a hacer lo correcto y pedirle perdón.
Para esto, ya era demasiado tarde.
*Flashback*
Unas horas después, Thanos había atacado, dispuesto a todo para tomar la gema de la mente y la del tiempo y así hacerse con el control. Y todos habían sido gravemente heridos. Wanda, dispuesta a morir peleando con tal de evitar que un desfalleciente Visión muriera, se enfrentó al titán loco siendo ayudada por Morganna. Pero no podían vencerlo con lo débiles que se hallaban. Y en ese momento una onda hizo que Anna cayera y se golpeara contra una roca en la cabeza.
-¡Morganna!- gritó Pietro con miedo. Pero luego, vio a Thanos cercando a Wanda, haciendo emerger puntas metálicas de vibranium de la tierra. Y vio como una la atravesaría irremediablemente.
- ¡No, por Dios, no!- y corrió hacia ella para intentar salvarla. Nunca lo vio venir.
En un segundo, un destello de fuego empujó a Wanda hacia un lado para evitar su muerte. Pero ella no fue tan rápida. Y de repente, el vibranium la había atravesado ante la mirada aterrada del gemelo.
-¡Noooo! ¡Anna!- sus gritos no valieron nada para el monstruo morado, empeñado en hacer sufrir a la que se había atrevido a desafiarlo. Con las fuerzas que le quedaban, ella intentó hacerle frente. Pero no pudo. Otras dos puntas salieron y volvieron a herirla. No había salvación posible.
Vengativa, la bruja escarlata explotó en ira y atacó a Thanos haciéndolo retroceder y dándole tiempo a Pietro para acercarse a Anna, pero era en vano: ya era tarde para la Romanoff más joven.
-Perdóname...- sollozó mientras sostenía su cuerpo agonizante. Ella lo miraba en silencio.- Lo siento tanto, por todo lo que te hice.- besó su frente ya fría y pálida. Y ella habló.
-Sácalos de aquí. A Wanda y a Visión. Sálvense.- sus ojos se iluminaron por última vez casi al mismo tiempo que Thanos se levantaba.
-No... No. ¿Qué vas a hacer?- ella sonrió una vez más.
-Te perdono.- Y luego nada.
*Tiempo normal*
-Maximoff.- la voz fría de Natasha lo sacó de sus pensamientos y abrió los ojos para ver a la pelirroja.- Ella dejó esto para ti... Antes de irse ese día en el que...- sus ojos verdes se llenaron de lágrimas y le tiró una carta bruscamente.- Solo léela después de que esto termine.- y recién reparó dónde se encontraba. Era el último reconocimiento que le iban a hacer a Morganna Romanoff, de 19 años, fallecida en la batalla contra Thanos al absorber gran parte de la energía de las gemas en su cuerpo antes de destruir al titán, y por consiguiente, a sí misma, en una arrolladora explosión.
Todo fue justo como ella pensaba que era cuando alguien odiado a lo largo de su vida moría. Todo el apoyo y las palabras hermosas solo habían llegado cuando ella se fue. Todos los vengadores lo sabían y muchos sentían que formaban parte de ese grupo ya fuera por una u otra razón. Pero había uno en especial que se sentía totalmente destrozado. Y ese uno era Pietro Maximoff. Cuando todo terminó, y los héroes volvieron a la torre en un ambiente tan frío como desolado, él decidió abrir la carta...
"Yo te salvé ese día porque te amaba. Yo te prometí que nunca iba a dejarte solo. Tú me dijiste que nunca me harías daño. ¿Entonces por qué ahora rompes tu promesa?"
Por última vez, besó la carta y dejó que las lágrimas corrieran. Ahora se daba cuenta de todo el tiempo que había perdido. Amándola en silencio, cegándose por orgulloso, creyendo que era él el que tenía siempre la razón. Pero, así como todos los demás, él había llegado demasiado tarde.
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Miércoles... Este imagina si me puso la piel de gallina- Escritora mis respetos a ti por la gran imaginación que tienes.
Espero les haya gustado, hace mucho no nos poníamos sad, somos masoquistas :"v/
Si alguna de ustedes quiere enviar un imagina, ahora lo puede hacer a este correo porque sale más fácil steffany_aguilar@hotmail.com y si quieren saludar o algo también pueden hacerlo :3
¡¡¡YA CASI SOMOS UN MILLÓN!!!
Voten, comenten y agreguen el libro a sus listas de lectura.
Síganme.
Las quiere muchísimo, su escritora.
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