Te cruzaste de brazos dándole la espalda al soldado. Mientras este solo sonreía hacia ti.
-Sabes que no puedes hacerlo, me amas.
Bufaste. Querías ir a una convención sobre la Segunda Guerra en un museo de artes, pero sabías que eso terminaría tarde y el lugar donde se ubicaba el museo era peligroso, y más siendo la novia del Soldado del Invierno.
-Si me acompañaras no estuviera peleando contigo.
Susurraste, Bucky te abrazó por la espalda apoyando su cabeza en tu hombro.
-Tengo una misión con Sam, ¿sabes lo estresante que será eso?
Reíste por lo bajo. Esos dos no podían coordinarse bien.
-Yo quería ir contigo.
-Aww... Me encantas tus pucheros.
-Calláte Barnes.
Susurraste sonrojada. Bucky rió.
-Ya sé cómo dejarás de estar enojada.
-¿Qué vas a hacer Bucky?
Empezó a acariciar tu cintura levemente metiendo sus manos debajo de tu camisa. Su tacto te ponía muy nerviosa. Comenzó a bajar sus caricias hasta por encima de tus bragas.
-Bu-buck...
-Shh... Solo disfrutalo.
Susurró en tu oído. Acarició por encima de tus bragas notando lo qué este causaba en ti.
-Me gustas así mojada hermosa.
Volvió a susurrar y tu tiraste tu cabeza en su hombro de placer.
Deslizó sus manos por debajo de tus bragas encontrando tu zona íntima. Lentamente acariciaba alrededor de ella haciendo jadear. Bucky metió un dedo en ti y gemiste de placer, empezó a moverlo circularmente. Mordiste tus labios evitando soltar gemidos.
-Anda grita hermosa.
Gruñió y metió otro dedo en ti haciéndote gemir fuerte. Los movía dentro de ti. Agarraste su cabello de placer mientras sacaba y metía sus dedos en ti.
-Buck... Ya...
-Vamos hermosa, hazlo para mí.
Aceleró sus movimientos, sacando y metiendo sus dedos dentro de ti. Gemiste fuerte y llegaste al orgasmo. Bucky besó tu hombro y sacó sus manos de ti lamiendo sus dedos.
-Mm... Delicioso.
Te sonrojaste, te beso la mejilla y se despidió para ir a la misión. Te acostaste en la cama con una sonrisa esperando a la noche para terminar lo que habían dejado pendiente.
********* ¡Traigan la Biblia!
Holis, espero les haya gustado la segunda parte de este especial, que me costará al menos dos semanas en la Iglesia.
*A veces ni vas.*
Calláte.
*Mi pregunta aquí es ¿por qué rayos estoy aquí?*
Estás aquí mi querido Tony para saber quién es el ganador del último especial.
