∆ Imaginas Marvel ∆ #WhateverItTakes

Steve Rogers

Título: Lo siento.
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Caminabas por los pasillos de tu casa que compartías con el ídolo de América, que casualmente venía detrás tuyo. Hace unas cuantas semanas habían estado teniendo problemas, más que nada discusiones. Y siempre era el mismo motivo, tu hermano.

-¡Ya Steve! ¡Estoy harta de oír lo mismo!

-¡Pues si me escucharás no te lo repetiría tanto!

Bufaste molesta.

Justo cuando llegó tu hermano vinieron los problemas y discusiones. Lo protegías mucho, eran como "uña y mugre" según Tony, solo eran ustedes dos y se cuidaban el uno al otro, pero según todos los demás se sobre protegían. Y aunque no lo quisieras admitir, estabas más pendiente de él que de tu esposo.

-Debes dejar que viva su vida, ¡es mayor a ti!

-¡Es mi hermano! ¡el único que me entiende y me comprende!

-¿Y yo soy invisible? ¡yo te apoyo en todo menos en esto!

-¡Si nos casamos es porque nos apoyamos en todo!

-¡Pues yo no me casé para esto!

Lo miraste triste, eso si te había dolido.

-¡Pues entonces no sé para qué rayos te casaste!... ¿Por qué no te vas con Carter? Tal vez ella te de buenos motivos..

Te miró serio y a la vez enojado.

-¡Pues tal vez lo haga! ¡al menos ella si puede traer hijos al mundo!

Tu corazón se apretó fuertemente en tu pecho, eso fue demasiado, incluso para alguien como él. Te vio con cara de arrepentimiento y trató de hablar pero corriste a tu habitación a encerrarte.

-TN, abre por favor... Lo siento, yo no quise decir eso.. Amor por favor abre...

Tenía razón, estabas enferma y era culpa hereditaria, tú tía tenía lo mismo pero no creíste que te podía suceder lo mismo. Lo que más querías era tener hijos, un pequeño al cuál vestirías como Steve, o a una pequeña a la cual peinarías y vestirías como princesita; pero la realidad era otra.

Agarraste una mochila y metiste solo lo esencial para sobrevivir unos días, tenías una tarjeta de crédito que te regalo Tony con dinero suficiente como para irte a otro país. Saliste de tu cuarto y evistaste cualquier contacto con Steve, este iba detrás de ti llamando tu nombre, suplicando y llorando, te dolía igual pero el daño ya estaba hecho.