-Pues ya lo sabes.

-Con que rock, ¿eh?... Vámonos - se puso de pie de improviso.

Comenzó a andar e incluso tuve que correr un poco detrás de él para alcanzarlo.

Después de un rato andando llegamos ante unas rejas viejas, pero hermosas, con enredaderas enroscadas alrededor de los barrotes de hierro. Lo que más llamaban la atención era una especie de águila simétrica respecto a su mitad, por lo que tenía dos cabezas. Me sonaba bastante...

-El Sacro Imperio - dije casi por inercia.

-Ajá - él metió la varita en la cerradura y la puerta se abrió automáticamente -. Tu primera - se hizo a un lado para dejarme pasar.

-¿A dónde me has traído?

-A la mansión Prince.

Me giré asombrada hacia él y solo recibí una de sus dulces risas como respuesta.

-¿De-de verdad? - pregunté aún sin creérmelo.

-No, espera, te he traído a un colegio muggle - dijo con un tono ácido.

Era difícil no sentirme mal ante esos comentarios mordaces. Él pareció notar mi incomodidad y se arrepintió rápidamente.

-Yo... esto... lo siento, no era mi intención. Lyra... - me acarició la mejilla.

-No te preocupes agarré su mano, la aparté de mi cara y la apreté entre mis manos.

-Soy un bastardo, no sé cómo es que sigues aquí a mi lado.

-Porque te quiero idiota - me acerqué a él y le di un corto beso.

-No te merezco.

-Claro que sí.

-Anda, vamos a dentro.

Seguimos el camino hasta que vi una preciosa casa de dos pisos, con una fachada de ladrillo y detalles en madera.

-Sé que no es tan grande como la tuya, pero algo es algo.

-¿Bromeas? Es hermosa. Además, la mía es demasiado para una sola familia.

-Entremos. Mi hermano y yo teníamos pensado cambiar algunas cosas que estaban algo antiguas, pero aún está todo a medias.

El interior era sorprende, todo era muy luminoso y con colores cálidos, rojos, marrones y amarillentos. Pasamos por el salón y a través de un amplio pasillo llegamos al comedor.

Él apartó una silla e hizo un gesto que invitaba a sentarse. Una vez que me hubo arrimado a la mesa él se sentó en frente y con un chasquido hizo que un maravilloso manjar apareciera en la mesa, junto a la vajilla y el mantel, pero eso es algo secundario.

-Siento que no haya cocinado yo, pero los elfos de la familia cocinan mejor que yo.

-Mentiroso.

-Échale mano ya a las patatas que sé que le has echado el ojo.

-¿Qué llevan? - dije cogiendo la fuente y apartándome un poco en un plato.

-Tu pruébalas primero.

-¿Lleva algo que no me gusta?

-No, tu solo hazlo.

Pinché unas cuantas con un tenedor y me las llevé a la boca. Noté una explosión y combinación increíble de sabores, ¿cómo algo podía saber tan bien?

-Por Merlín, me está produciendo un orgasmo.

-Exagerada - se rio.

-Los orgasmos culinarios existen - lo señalé con el tenedor - y no son asuntos de broma - cogí más.

Dark Shadow ~Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora