20.-Astronautas.

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Hallie recorrió la cuerda como si fuera un gatito persiguiendo un ovillo de estambre. Entre más se estiraba, se volvía más emocionante.

—Oye, Zac—voceó a través de la lata—. ¿Cuánto falta?

—No sé, no puedo avanzar.

—¿Por qué? —Hallie paró en seco.

—En el parque hay una anciana alimentando a unas cuantas palomas y no las quiero ahuyentar si paso por ahí.

Hallie rió bajito por lo tierno que sonaba. ¿No se suponía que intentaba ser un chico malo? Sabía bien que no era su estilo.

—Bien, camina despacio y un tanto lejos—sugirió ella, y para hacer tiempo, desbloqueó su celular. Enseguida recibió un mensaje de Tom:

Tom: ¡Mocosa! ¿Dónde estás? La profesora te está buscando.

Hallie rascó su nuca, eso era lo que precisamente quería evitar.

Hallie: Cúbreme, estoy por reunirme con Zachary.

Tom: Así que el raro volvió. Bueno, está bien :)

Hallie: Graciiiiiiiiias, te debo una \(^-^)/

Tom:  No me debes nada.

Hallie hizo una mueca, el último mensaje no fue de su agrado, acarició la pantalla del móvil pensando en cómo convencerlo. Pero inmediatamente Zachary interrumpió sus pensamientos.

—Funciona—susurró él—, sígueme el paso de la misma manera, no corras. Ya casi llegamos.

Hallie negó con tristeza la cabeza, por más que pretendía desplazarse de la manera que él pidió, la urgencia por volver y evitar sanciones de los profesores era más conveniente. Corrió dos cuadras sin apreciar la tranquilidad de dicha ciudad, y dobló la esquina, luego entró al parque y por sus ruidosas pisadas, terminó por ahuyentar a las aves.

La parvada alzó sus alas y voló lejos. Y adelante de éstas se iba descubriendo a la persona que esperaba paciente a Hallie.

Ahí estaba Zachary, con su rostro hacia el cielo, sentado a la fuente. Con sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero negro.

De pronto Hallie aminoró el paso, sintió que le faltaba la respiración. Era por correr a toda velocidad, ¿verdad? Sí, seguro era eso.

Contempló a Zac, quien seguía con la mirada en el vuelo de las palomas, parecía ser parte de las esculturas de la fuente, o ser un modelo para una sesión de fotos, todo parecía encajar, hasta que casi pierde el equilibro y cae al agua.

Por suerte, se recargó en una mano y simuló que nada había ocurrido. Error. Hallie lo presenció todo y soltó una fuerte carcajada, la cual hizo brincar a Zachary de un susto y, por ende, volver a perder el equilibro.

Esta vez sí resbaló. Gran reencuentro.

—¡Hey!—auxilió Hallie. Bueno, al menos lo ayudará a levantarse. Zachary tendió su mano—¡La lata se va oxidar!—recogió el metal y así, ignoró rotundamente a Zac.

Y él con la mano en el aire prefirió sacudir su cabello. —Yo también estoy bien, gracias—se reincorporó haciendo una abdominal.

¿Contigo sin Internet? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora