21.- A kilómetros de distancia.

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n/a: La novela ha vuelto después de haber sido actualizada como última vez el año 2017. A partir de ahora, todo el material es nuevo. Espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo. Gracias y fin del reporte. 

Continuemos con su programación habitual.

Capítulo 21:  A kilómetros de distancia. 

La mente de Hallie estaba lejos, volaba tan alto que sentía el poder de viajar a la luna, sus emociones parecían una competencia de aviones en el cielo, la alegría de besar a Zachary gobernaba, pero también había emoción y agitación. 

El corazón le estallaba de amor, sus latidos eran tan fuertes que a su alrededor se convertían en fuegos artificiales, y parecían bombas.

Había tantos sentimientos cada vez que sus labios rozaban con los de Zachary que no era posible guardar en silencio todo lo que sentía. Se estaba quemando por dentro.

Por su lado, Zachary la besaba tan tranquilo y delicado, disfrutando cada movimiento lento, largo y prolongado. Estaba decidido a guardar ese momento entre la esencia de literatura que habitaba ahí, los besos quedarían sellados junto a los libros del rincón.

Así poco a poco se separaron por la necesidad de oxígeno, y la mirada del joven recorrió el lugar, esperando no haber sido observado por alguna bibliotecaria, o un escritor encubierto entre los miles de turistas que visitaban la amplia y bella biblioteca. Si alguien escribiera sobre su historia, preferiría hacerlo él mismo.

Suspiró pleno y apacible de no visualizar moros en la costa. Después dibujó una sonrisa atrevida.

—Señorita Santini—guiñó el ojo Zachary—. Usted ha provocado que comience a hacer travesuras en la biblioteca.

Hallie arqueó una ceja.

—Señor Blackelee, si esto hace en silencio, me gustaría saber qué más hace a escondidas—mordió levemente su labio.

Zachary volvió a reducir los centímetros que los separaban y posó sus manos en las mejillas de Hallie para dedicarle otro beso.

Esta vez fueron interrumpidos por la voz de la temible bibliotecaria y el silbato de un policía.

—Son ellos—señaló la señora de anteojos.

—Heeeey—volvió a sonar el silbato—, bajen de ahí ahora mismo.

El joven no dudó en tomar fuertemente la mano de Hallie y conducirla de vuelta al tronco del árbol artificial.

—Ven, vamos, antes de que nos alcancen—anunció con prisas Zachary.

La chica bajaba rápidamente los escalones con temor de tropezar. La naturaleza de ser torpe y caerse en el lugar menos apropiado la perseguía siempre. No olvidaba su grande y grave error en el vídeo.

—¿Por qué estamos escapando? —preguntó con dificultad al ver que tomaban el atajo trasero.

—Porque está prohibido besarse en la biblioteca—respondió sin mirarla, estaba concentrado en perder de vista al policía.

—¿Entonces no era broma? —trotó agitadamente Hallie—, ¿si era rebelión?

—Así es, y en mi lugar favorito. Imagina cuánto te quiero para hacer tal cosa.

Hallie paró de correr y quería tomarse unos segundos para contemplar enamoradamente a Zachary. El joven notó sus intenciones y le dedicó una sonrisa que le transmitía ese mismo sentimiento.

No obstante, fue imposible ponerse amorosos teniendo detrás al policía. Tuvieron que correr con mayor velocidad cuando estaba cerca de tocarlos.

¿Contigo sin Internet? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora