6.- Mensajes subliminales.

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Todo había sido un mendigo sueño. Su subconsciente la había traicionado, había imaginado que Zachary estaba esperándola en la sala de su casa, pero en realidad no conocía su dirección, estaba casi segura de que tampoco conocía su nombre completo. ¿Cómo fue tan tonta para pensar que sabría más de su vida? Por supuesto que no, seguramente no cruzaba un pensamiento de ella en todo su día. Y en cambio, Hallie pensaba todos los días en Zachary.

Seguía arrepintiéndose de su comportamiento con él la última vez que lo vio, romper sus apuntes de clases no estuvo bien, en especial porque nadie brinda apoyo en el colegio. La preparatoria era muy individualista, ningún sujeto tiene buenas intenciones de ayudar si no recibe algo a cambio, o adquiere un beneficio. Por eso no solía creer en nadie, sin embargo, había notado que Zachary era de esos chicos que se sientan frente al pizarrón y toman nota de todo, además, Hallie había observado que su caligrafía era entendible, bonita y bien hecha.

Se giró en la cama y alcanzó su buró, tomó de él el pedazo de hoja arrugada que había quedado sin querer entre la suela de zapato el día que rompió los apuntes. Solo se podía apreciar las palabras: "Examen de química inorgáni...". Hallie rio porque no tuvo que presentar el examen.

Rio tan fuerte que se le escaparon unas lágrimas, pero ya no eran de gracia, sino de frustración. Estaba mirando en un punto fijo del techo de su recámara. Y a pesar de que había posters a su alrededor, se sentía sola. Otra vez completamente sola.

No tenía idea de la hora porque siempre lograba ver los dígitos en su celular, pero estaba casi segura que ya eran más de las tres de la tarde y ella apenas estaba despertando. Se levantó con mucho trabajo, y en vez de dirigirse a la cocina para comer algo, fue directo a la habitación de sus tíos, jaló la perilla que no tenía seguro y recogió su celular que ellos se lo habían decomisado la noche anterior con la intención de que ya no viera más de las redes sociales.

Ja, ilusos.

Hallie volvió a retumbarse boca arriba en su cama destendida y alzó levemente los brazos para ver su pantalla del celular y teclear al mismo tiempo.

Estaba escribiendo un mensaje de disculpa al número celular de Zachary, mas no lo envió. Se dio cuenta del error que cometería si enviaba ese texto. Descubriría que ella fue quien le regaló el celular.

Decidió intentar con algo mejor, y fuera del contexto que ellos ya sabían. El coraje se le esfumó, y prefirió seguir con su idea de conquistarlo por mensajes, al fin, no tenía que saber que era ella. Al menos así se podía ocultar del mundo.

Los mensajes tardaron días. Hallie le escribió cada día, y debido a que ella no estaba yendo a la escuela por vergüenza, tenía más tiempo en el día para molestarlo con más mensajes.

Fueron mensajes lindos, a veces un poco apresurados y precipitados, en otras ocasiones depresivos, luego felices... eran un tipo de terapia para ella, como un diario, porque no recibía respuesta alguna de Zachary. 

Número desconocido: ¿Sabes? He intentado no escribirte estos días, no veo que tengas interés, y lo peor de todo es que yo sí lo sigo teniendo, quiero hablarte, tengo tantas ganas de recibir un mensaje tuyo algún día.

Enviado el 13 de septiembre de 2013 a las 3:43 a.m.

Número desconocido:
Zac si mal no lo recuerdo, te he enviado 24 mensajes y sigues sin responder ¿algún día te dignaras a contestarme? ¿Sabías que a las chicas les molesta que no les respondan en días y por ende ellas tardan el doble en contestar? Tienes suerte de que yo no sea así, realmente me importas.

¿Contigo sin Internet? (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora