▲ 184 ▼

60.2K 5.2K 2.1K
                                    

Desde el primer instante en que Audrey se aparece, es evidente que no le gusta en absoluto encontrame hablando con mi ex.

Mucho menos en el instante que me siento en el sillón y Rebecca se me sube a las rodillas.

Al fondo de la sala puedo notar su presencia mientras la hermana intenta seducirme para recobrar algo que hace tiempo quedó perdido entre ambos, sin embargo ahora parece estar echando chispas en busca de fuego.

Audrey sabe que tuve un pasado "romántico" con su hermana y esta a su vez conoce mi vínculo cercano cual aún sostengo con mi colega de pelo verde (me pregunto cuándo fue la última vez que se lo tiñó, hasta no hace mucho lo conservaba de color morado).

-Así que... ¿Cuándo llegaste?-me pregunta la conejita, entre tanto grito y música.

-Hoy. Supongo.

-Es decir que aún no has tenido tiempo de hacer unas cuántas cosas. ¿Crees que podamos almorzar juntos un día de estos?

-Yo...

-Perfecto. ¿Mañana te parece?

-Mañana tengo que...

-Podemos almorzar en Omega's. Tengo vales para dos.

«¿Vales?» ¡Ja!

-Rebecca-empiezo a incomodarme un poco y me reubico en el sillón con la intención de que me brinde espacio, no obstante aferra sus manos a mi cuello y me resulta imposible quitármela de encima-, no creo que eso pueda ser posible...

Se la ve preciosa y me calienta como mil demonios pero algo dentro de mí me empuja a querer apartarla.

Es un sentimiento que me hace sentir ansioso, con asco, con ganas que clavarme un embudo en el pecho y sacar esa maldita sensación que llaman «angustia».

Y todo por culpa de ella.

Si estamos juntos me siento mal pero si nos separamos me la paso peor.

Estoy soltero, diablos, siempre lo he estado, no soy una persona de compromiso, no debo rendirle cuentas a nadie. ¿Por qué diablos, entonces, no puedo hacer lo que me venga en ganas? Puedo tener en las rodillas a la conejita más sexy de todo el mundo y aún así es imposible quitarme la sensación de angustia, de dolor que me agujerea el pecho.

-¿Cómo dijiste?-me pregunta horrorizada y parpadeando del asombro.

-Que mañana no podremos...

-¡Fantástico! Entonces lo hagamos hoy.

-¿«Lo hagamos»?

-El almuerzo-me guiña un ojo-. Podemos comer algo.

-Son más de las siete, casi las ocho de la noche, qué demonios ¡esta no es hora para almorzar!

-¿Y cenar?

-Por favor-la empujo aunque sigue aferrada a cal y canto a mis hombros. No quiero tener que forzarla pero si me sigue asfixiando de este modo, no creo poder ser muy paciente.

-Hey, estúpida.

La vocecita me llega desde atrás del sillón.

Cuando me giro, encuentro a Audrey echando fuego por sus ojos clavados en los de su hermana.

Los dos nos quedamos paralizados al escucharla, espacio del cual se vale para añadir:

-Él no quiere que estés encima suyo, ¿no te das cuenta?

-Oh, Lucecita De Los Ojos De Papá-corresponde Rebecca-, yo también me siento muy feliz por volver a verte.

-Theo quiere que te apartes-insiste haciéndole caso omiso.

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora