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21:53 HS.

St: Tracy, disculpa que no te avisé antes pero ya estoy en Iconic. Te veo aquí, avísame cuando llegues del viaje. ✓✓

23:01 HS.

Suspiro ya sentada en la butaca del autobús.

Carl está a mi lado metido hasta las cejas en la música de sus auriculares.

Miro a un costado, por la ventanilla y el vidrio empañado transpira a causa de la diferencia entre las temperaturas del interior y el exterior.

Me acomodo dentro de mi grueso abrigo y cierro los ojos con el pesado libro en mis manos, recordando el día en que llegué a esta universidad. Parece que fue hace una eternidad, han sucedido tantas cosas que recordarme a mí misma que apenas ha sido más de dos mes, resulta algo que me cuesta.

Incluso a mí. Y debo admitir, creía que esto sería mucho más sencillo.

Quisiera tragarme mis propias palabras pero...extraño a mi madre. Es difícil, realmente difícil la vida sin ella. Estaba tan acostumbrada a depender de su compañía, que a la primera que me faltó, las cosas tomaron un camino lleno de dificultades aún cuando en ocasiones, su presencia me fastidiaba muchísimo.

Después de todo, de nuestras discusiones, de nuestros choques, peleas, risas, anécdotas, me cuesta la vida sin mi madre y no me quiero imaginar cómo podría reaccionar en caso de enfrentarla y encarar la tarea de hacerle el planteo de mi vida.

«Mamá... ¿cuándo pensabas decirme que papá está vivo? O estaba o, bueno, eso, tú me entiendes.»

No, no, no.

«Má, entiende que esto es muy difícil para mí aunque siento la imperiosa necesidad de saber qué mierda pasó por tu cabeza en el instante que decidiste apartarme de papá, mentirme, hacer mi vida un caos y....»

Bueno, tampoco eso.

Abro finalmente los ojos y hago una nota mental de cuáles son los puntos que verdaderamente debo hablarle:

»¿Por qué me mintió?

»¿Dónde estuvo papá todo este tiempo?

»¿Quién es él? O quién fue.

»¿Por qué nos mantuvo apartadas?

»¿De qué lado estuvo ella?

Y para cerrar limando asperezas:

»Esta vez, ¿para cuándo postergaste tu matrimonio?

Es que las últimas veces que hemos hablado ha sido por chat, SMS o llamadas más esporádicas que al comienzo y casi todo ha redundado sobre lo mismo: su miedo a casarse con Richard. Tampoco es que le daré a este señor el trato que se le daría a un padre pero no considero justo que lo siga haciendo sufrir. Aunque me produzcan arcadas, creo que él la ama sinceramente y ella va y viene como una colegiala.

Una sacudida del bus me devuelve a la realidad y distingo que ya ha tomado por una autopista que da salida directa de la ciudad.

Vuelvo mi mirada al grueso libro que me he cargado para empezar en el camino y me tengo que llenar de valor antes de empezarlo pese a que la ansiedad me está matando.

Es como para el final de Rosas Para Jude. Si bien, moría de ganas por leer ese último capítulo, la autora nos hizo sufrir subiéndolo en cinco partes que valieron la pena... hasta que Darius se quedó con la hermana de Jude y todo valió mierda.

De todas formas sigo amando la novela y muero por saber si Annie decidirá o no subir la segunda parte.

El punto es que al comienzo quería leer el ultimo capítulo, me mataba la ansiedad por conocer el final sin embargo si lo hacía, temía con lo que podría encontrarme.

Exactamente lo mismo que me sucede ahora con estos "Hombres que se convierten en halcones" de un autor anónimo.

Bueno, aquí vamos...

Y abro la primera página.

-¡¿ESTO ES UNA PUTA BROMA?!

-¿Ah?

Me llevo una mano a la boca y miro a mi alrededor por el grito que he soltado.

Miro a todas partes y están las miradas de los pasajeros clavadas en mí, indignados por lo que acabo de soltar. No lo he dicho en tantas veces que he ido leyendo en el bus pero sí lo hago ahora con esta extraña biblia endemoniada que resulta ser...

-¿Me has hablado?-pregunta Carl sacándose los auriculares de los oídos.

-Eh... no...-murmuro y miro a las personas de alrededor-. Disculpen, disculpen, todo ha sido un horrible malentendido.

Una mujer lleva en brazos a una niña, algunos asientos más adelantes de nuestro costado. El problema es que la pequeña curiosa no quita sus ojos de mí lo cual me angustia todavía más así que hago la estupidez de mi vida levantando el libro y mostrándole su contenido:

-¿Ves? No hay nada. Yo... yo me compré este libro y sólo son un montón de hojas en blanco. ¡Un terrible mal entendido!

-Tracy...

-Pediré que me devuelvan el dinero-intento ser graciosa pero la risa tonta incomoda tanto a la niña que la madre la obliga a dejar de mirarme.

Me vuelvo a Carl quien murmura por lo bajo:

-Estás dando explicaciones a una niña de cuatro años.

-¿Cuatro? Oh, vamos, los niños lo entienden todo.

Pero qué demonios estoy diciendo.

-Ya...-me calmo-. Es que... este libro... No tiene nada.

Suelto el grueso tomo en sus manos y él abre los ojos como platos a ver lo que acabo de dejarle.

-¡SANTA MIE...!

-¡Chissssst!-le llevo mi mano a la boca.

Cuando me aseguro de que tiene un poco de autocontrol, me vuelvo para mirarle.

-¿De dónde diablos sacaste esta... PRECIOSURA?-exclama lo más bajo que puede.

Acto seguido mete mano en las cosas de su mochila y saca un lápiz negro.

-No es la Death Note-le cuento.

-Por supuesto que no lo es. Oh, Dios Santo. ¿De dónde lo sacaste?

-Lo encontré en una biblioteca antiquísima de la IVU-miento a medias-. Pero ¿qué tiene de fabuloso si no puedes leer lo que sea que tenga?

El me mira y suelta en tono de obviedad:

-¿Es que no sabes cómo se lee esto?

-¿Acaso me estás jugando una broma?

-No, Tracy. Mira.

No tengo idea de dónde lo ha aprendido pero Carl toma un lápiz y lo pasa de costado por la página.

Entonces noto que hay puntos marcados en toda la primera hoja cuales a medida que se van tiñedo de grafito, van develando una figura...

-No... puedo creer...-empiezo.

Tengo la quijada por los suelos, prácticamente.

-Créelo-afirma él-. Tachas me enseñó a leer su cuaderno.

Lo que aparece en la hoja es un enorme triángulo en punta con un ojo al centro y una inscripción debajo.

ETHAN.

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BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora