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Theo

-Me prometiste el Paraíso y me diste el Infierno. Ahora no esperes que vuelva a creer en ti.

Sus labios carnosos se mueven de manera suave, sin inmutarse y con total legibilidad. El problema es que tardo demasiado en distanciarme de la boca del ángel para interpretar el veneno que acaba de soltar.

El efecto de la ponzoña me clava en la sesera, liberando todo su efecto a cada célula de mi cuerpo. El modo en que sube el odio desde mi interior estalla contra mi cabeza terminando por atorarse en mi boca con un montón de palabras.

-¡¿Qué?!-es todo lo que sale.

¡Yo no le prometí ningún Paraíso, mierda! ¡Nunca le aseguré que podríamos tener una jodida relación como las de todo el mundo! No tiene idea de lo que es mi vida. No tiene idea de la persona que soy.

O quizá si... Eso explica que se haya mantenido distanciada de mí todo este tiempo.

Lo cual no justifica que piense que yo sea capaz de prometer semejante utopía. Entre nosotros, el único Paraíso posible es uno en que arden demonios en calderos de azufre. Y yo no la someteré a eso, los ángeles no deberían caer.

Lo que me molesta aún más es que...siempre, siempre tenga que interpretar las cosas a su modo de ver.

-¡Maldita sea, Tracy! ¡Te perfeccionas en formas para exasperarme!

-No...no te creas tan importante...

-¡¡¡Estás loca!!!

-Deja de...

-¡Sí, has enloquecido y me culpas a mí toda la mierda que llevas dentro!

-No me habl...

Antes de pensármelo dos veces, mis puños se alzan en el aire y se cierran en mi cabeza para tratar de detener la jaqueca que me está torturando.

Lo terrible llega en el instante que nuestro alrededor se anula, el tiempo se detiene y las cosas transcurren con tanta agilidad que mi cabeza tarda en procesar la intensidad de las emociones.

Mi reciente gesto con los puños va cargado de tanta agresividad y fuerza que el mundo se rompe a pedazos cuando Tracy reacciona a mi gesto como... como si le fuese a...

-Tracy... Yo...

-No-es todo lo que articula.

Está atónita. Ahora el color ha huido de sus mejillas y parece haber visto un fantasma. Qué digo, ¡ella es el fantasma!

-Tracy, yo no iba a...-¡claro que no iba a pegarle! Sin embargo, la imagen de ella encogiéndose de mí con sus pequeñas manos en alto me asalta nuevamente y es todo lo que mis ojos pueden ver-demonios, nunca tendría la intención de... no que yo crea...  

¿Por qué lo hizo?

¿Por qué reaccionó así? ¿En verdad pensó que yo iba a pegarle? No, diablos, no. Sólo necesito explicarme, que me escuche nada más.

Todo este tiempo lejos de ella ha sido una tortura, sin embargo la he cagado de la peor forma que una persona la puede cagar.

-¡No!-suelta en un sonido gutural y da un paso hacia atrás.

Felicidades, cabronazo, mira lo que has logrado.

-Tracy, yo...

Vuelve a retroceder, encarnando el modo en que nos alejamos uno del otro cada vez más.

Finalmente me pasa por un costado y sale corriendo como si yo fuese el monstruo más horrible que puede existir en la faz de la Tierra.

Se escapa.

No tiene que ser cierto.

Tu ángel está herido y se va con el corazón sangrando.

No ha sido mi culpa, mierda, no he sido yo...

Me vuelvo para verla salir corriendo mientras suelto las últimas palabras que soy capaz de decir:

-¡Tracy, por favor!

Mi voz sólo es un eco desgarrado, golpeando cada rincón de los solitarios pasillos en el piso de la escuela.



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BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora