▲ 164 ▼

74.3K 5.2K 872
                                    

Miércoles 5 de Octubre

Luego de una agotadora jornada, empiezo a bostezar mientras indago impacientemente en mi ordenador del IIMD.

No importa cuánto calibre el brillo, mis ojos cada vez ven más amarilla la pantalla. En ocasiones tan borrosa que me encuentro obligada a ir en busca de una nueva taza de café en la improvisación de cocina de mala muerte que tienen en esta "guarida superespecial".

Ahora mismo me encuentro con Howard. Un chico afroamericano, de cabello rapado y ojos azules, tres años mayor, quien se encuentra cursando su último año de Ingeniería Electrónica.

Es agradable aunque diría que lo encuentro un poco falso en su modo de ser. Imita tanto a Evans, lo idolatra a tal punto que ya no sé si estoy hablando con una verdadera versión suya o un clon mal diseñado.

Se ha pasado toda la tarde taladrándome los oídos respecto a sus tan increíbles modelos de Investigación siempre eficientes desde una perspectiva del Lenguaje.

Cuando por fin parece que me dará unos minutos de respiro (o bien se ha dado cuenta de que hace un par de horas que la conversación se ha dispuesto unilateral), interrumpe mi tercera taza de café:

-Yo me largo. Volveré mañana, de momento siento que mis neuronas apenas hacen sinapsis.

-Ajá.

-¿Te mencioné que estoy trabajando en una red de conexiones inalámbricas que nos permitirán llegar siempre antes a los centros de cómputos más importantes que vayan surgiendo? Y todo gracias al método de Evans.

Fíjate que no has hecho más que hablar sobre eso toda la bendita tarde.

-Ajá-digo y sorbo un poco más del líquido amargo.

-Lo que no te he dicho es que haré un mapeo donde pueda localizar las áreas exactas de dónde surgen. Al menos, todos los sistemas operativos que respondan a mi modus operandi.

-Vaya. Genial.

-¡Sí, es asombroso!

Acto seguido me dice algunas cosas que no tienen demasiada relevancia hasta que por fin toma sus cosas y se despide con un enérgico:

-¡Te veo mañana!

Y se va.

Los chicos de su estilo, por lo general, son ratas de biblioteca que poco tienden a hacer sociales con los demás. Exceptuando aquellos que probablemente muestren intereses similares.

Exhausta, sin muchas herramientas que de momento me resulten conocidas, vuelvo a mis apuntes en una mesa que yacen a mis espaldas. Tengo la ligera certeza de que tiene que haber un método más efectivo para llegar a Jacob que no sea un simple buscador cual me arroje coordenadas de los lugares conocidos donde ha vivido.

Hasta llegar a un punto ciego donde nadie más lo ha podido localizar.

Y porque... siempre las coordenadas están conectadas.

Es que si La Base de Datos posee info precisa sobre el paradero de Tachas, también la tiene del hombre que se supone...es o fue o sería mi papá.

Yo creo que lo tendrías mucho más sencillo si enfrentas a tu madre y le preguntas.

Lo he pensado.

¿Cuándo?

Ahora mismo. He considerado que el Fin de Semana para Padres será una buena ocasión.

Miro la hora en mi móvil y caigo en la cuenta de que pronto será momento de cenar y una idea se me cruza por la cabeza: le escribo a Carl para invitarlo a cenar esta noche, no obstante me contesta de inmediato que está aprovechando su noche libre para estudiar así que no lo molesto más.

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora