▲ 119 ▼ (Primera parte)

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Theo

Th: Nerviosa? ✓✓

Tr: Hola! :) Mucho :( ✓✓

Th: Calma... Todo estará bien. Ya verás. ✓✓

Tr: Gracias. Todo el mundo me lo repite y no entiendo por qué pero no hace efecto. ✓✓

Th: Bueno pero yo no soy todo el mundo así que aplaca esos nervios y trata de conciliar el sueño. ✓✓

Tr: Ya me echas? ja ja... Disculpa. ✓✓

Th: Nada de eso. He tenido un día agotador. Desde que me dieron el alta no hago más que volver a esa clínica una vez por día y ya me pone mal. Además... no, no importa. ✓✓

Tr: ADEMAS??? ✓✓

Th: Descuida. Buenas noches. ✓✓

Tr: :( ✓✓

Tr: Buenas noches... ✓✓

Th: Aguarda. ✓✓

Tr: Dime. ✓✓

Th: Qué hay entre tú y Carlos? ✓✓

Tr: Quién? ✓✓

Th: El remilgado con el que sales del Club de Lectura. ✓✓

Tr: Ahhhh! Es Carl! Y nada, somos amigos. ✓✓

Th: Como nosotros. ✓✓

Tr: Algo así pero sin un...pasado, digamos. ✓✓

Th: Un pasado? ✓✓

Tr: Nada, creo que también prefiero descansar. No quiero volver a discutir por chat. ✓✓

Th: Por qué no me dijiste que tú y él tienen un «pasado»? ✓✓

Tr: Todo el mundo tiene un pasado y no es lo que estás interpretando justo ahora. Hasta pronto. ✓✓

Tr: Y gracias por recordar que mañana empieza mi vida en el campus. ✓✓

Th: Aguarda. ✓✓

Th: Desde la semana que viene iré y ✓ 

Th: Oh, mierda, AGUARDA POR FAVOR!!! ✓

Th: Ok. Si eso es lo que quieres. ✓



-Hace muchos años, en un pueblo lleno de gente buena, calles tranquilas y niños jugando en las aceras, un grupo de señores malos llegaron para perturbar la paz.

-¿Muy malos?

-Sí. Malvados. Nunca nadie conoció personas más crueles.

Mami tiene lágrimas en los ojos.

Mami habla fuerte para que no escuche los gritos que hay más allá de la enorme puerta de hierro que nos separa del mundo.

-¿Y qué hicieron con la gente buena?-le pregunto.

-Las personas del pueblo empezaron a desaparecer. Uno a uno. Las madres no dejaban a los niños salir cuando el sol se escondía y cada noche, gritos desgarradores provenían desde el bosque.

-¿Por qué esos señores eran tan malos?

Vuelven los ruidos y ambos nos quedamos en silencio. Ella empieza a temblar y por primera vez me siento el más fuerte entre los dos.

Debo protegerla de esos hombres que detuvieron el coche fuera de nuestra casa.

-Shhh-le digo con un dedo sobre mis labios.

Sus ojos desorbitados me hacen temer por mi hermanita que está creciendo dentro suyo. Ya queda muy poco para que nazca y me asusta mucho la idea de que le pase lo que a mi hermano mayor.

La última vez que estos hombres malos entraron a la casa, se pusieron muy feas las cosas, estaban muy enojados y una buena parte de esa noche horrible se me olvidó.

-No...te...muevas...-murmura mamá.

Trago saliva y escucho los pasos fuera.

Sería un enorme problema que hagan a un lado el mueble de biblioteca y descubran la entrada al escondite más seguro de la casa.

Fuera se oye que rompen cosas, abren puertas, dicen groserías y entre medio de tanto alboroto, los pasos de unos pies muy pesados se acercan más y más.

Vuelvo la mirada donde mi mami quien está sentada en el suelo para decirle que se quede tranquila, estaremos bien.

Pero en cuanto intento abrir la boca, el ruido del mueble cayendo al suelo me asusta y la puerta de hierro comienza a recibir duros golpes desde afuera.

-¡Theo!-exclama mamá procurando no levantar demasiado la voz.

Voy donde ella y me acuna en sus brazos con el fuerte deseo de que la puerta resista.

Hasta que un nuevo golpe impacta contra el hierro... Mamá ahoga un grito y yo doy un salto.


-Estás hirviendo de fiebre.

Abro los ojos con una sacudida tormentosa para distinguir que estoy en la cama, con el cuero cabelludo impregnado en sudor y las sábanas enredadas entre mis puños.

Miro hacia un costado esperando encontrar una persona de confianza que pueda contener mis ganas de arrancarme cada hueso del cuerpo.

¿Trac...?

No... mi repugnancia se incrementa al encontrarme con una mata de cabello verde rodeando un rostro tan difuso como el recuerdo de que anoche me embriagué y me acosté con ella.

Otra vez.

Ahora, en cambio, sucedió algo detestable que ni yo pensé que aceptaría jamás. Si los médicos se enteran, van a devolverme a la jodida clínica, además si ella se entera... Le prometí que nunca dormiría con nadie. ¿Lo hice con ella o fue en verdad, un sueño?

Cuanto desearía que esto lo fuere. Que sólo resulte una pesadilla más, demonios.

Tenía razón. Tracy tenía razón. Soy un maldito enfermo. Los demonios de mi cabeza no tienen cura mientras permanezca lejos de ella.

Intento cerrar los ojos y me incorporo de costado aunque la luz de mi móvil se enciende:

Tr: Buenos días. Me siento nerviosa, puedes volver a calmarme? :c ✓✓



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#BADBITCH #MARATON #DIA3

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BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora